El evangelio de Judas o causar confusión
Apareció en las primeras páginas de los principales diarios del mundo. Todos dedicaron amplios y generosos espacios como si la noticia estuviese destinada a hacer temblar los cimientos de la fe heredada por el divino Nazareno que tenemos especialmente presente por estos días.
Y como la novedad suele resumirse en sugestivos y engañosos enunciados en las primeras planas, el lector no crítico y conformista suele quedarse con el bagaje sensacionalista de la confusión que regalan esos titulares. Así, algunos diarios hacen de exegetas, letrados bíblicos y arqueológicos para descubrirnos el quinto evangelio que viene a ser ni más ni menos que el del Judas Iscariote. Además, los mismos diarios nos proporcionan las conclusiones tan socorridas que acusan a la Iglesia de entidad ocultista de otro tipo de «realidades» sofocadas a lo largo de la historia.
Para los que se precian de tener un mínimo de conocimientos culturales la aparición no supone ningún peligro. Saben que pseudos evangelios como éste los hay en abundancia. Es verdad que no se puede negar el valor histórico del hallazgo, en la medida en que ayudan a valorar la cantidad y variedad de grupos sectarios que parcializaban la verdad, según les convenía, otorgando la autoría de sus mentes fantasiosas a uno de los doce apóstoles para hacerla pasar por palabra de Dios.
La aparición tan traída de este manuscrito gnóstico ha cobrado resonancia en un mes en que los «científicos» han aportado de todo, eso sí, sin pretender dañar la fe. Nos han dicho que Jesús no caminó sobre las aguas sino sobre un pedazo de hielo a causa de las condiciones metereológicas en la Palestina de aquel entonces. Una universidad de Miami nos ha revelado el verdadero modo cómo fue crucificado Jesús apoyada en la ardua investigación de un crucificado de aquel entonces. Ya sólo falta que a las ensoñaciones de los expertos lleguen a ofrecernos las conclusiones definitivas, basadas en estudios «científicos» (faltaba más), sobre el porqué Jesús expulsó a los vendedores del templo. A como vamos, no resultaría extraño oír que le estaban vendiendo una tórtola con gripe aviar a dos dracmas más del precio fijo y con un 35% de iva: evidente, así cómo no enojarse y expulsarles del templo.
La aparición del pseudo evangelio de Judas no supone ningún problema para el cristiano. Las teorías sobre Judas no son novedosas. En 1973 la ópera rock «Jesucristo Superestrella» y en 1977 la novela de Taylor Caldwell, «Yo Judas», colocan al Iscariote en la línea que muestra la traducción del manuscrito presentado en Washington hace unos días y proyectado ayer domingo en un especial de dos horas en 163 países y 27 idiomas por el canal de televisión de la «National Geographic»
El éxito económico de «El Código da Vinci», próximo a salir en las salas de cine, ha abierto la posibilidad y ha dado incentivos monetarios a teorías de todo tipo. Michael Baigent, autor de «Sangre Santa, Santo Grial», ha escrito el libro «The Jesus Papers» (Los documentos de Jesús) en el que recicla la vieja historia de que Jesús sobrevivió a la crucifixión. Básicamente, para quienes rechazan tajantemente la posibilidad de los milagros, cualquier teoría, por extraña que pueda ser, es mejor que las afirmaciones cristianas. Desgraciadamente la resonancia y el impacto en mentalidades débiles y fáciles de influir, si no se les orienta a tiempo, será fatal.