Monseñor Mario De Gasperín Gasperín
1. Ya no solemos hablar simplemente de crisis o de época de crisis sino de una crisis de época, dándole a la crisis no sólo una dimensión permanente y duradera sino un vuelco en profundidad. Son muchas, sin duda, las crisis en que este cambio duradero y radical se desdobla: crisis social, de valores, de autoridad; crisis de instituciones, como el matrimonio y la familia; y crisis de personas, como las que atañen a la juventud o a la mujer.
Ante la crisis económica que padecemos, las familias pobres son las más afectadas. Toda crisis económica tiene en sus orígenes una crisis social (falta de solidaridad) y una crisis moral (injusticia). Aquí le ofrezco algunas propuestas sencillas para ayudarlo a recobrar los auténticos valores cristianos y poder así enfrentar la situación.
1. Nunca creer que somos los primeros que han leído la Santa Escritura. Muchos, muchísimos a través de los siglos la han leído, meditado, vivido, transmitido. Los mejores intérpretes de la Biblia son los santos.
2. La Escritura es el libro de la comunidad eclesial. Nuestra lectura, aunque sea a solas, jamás podrá ser en solitario. Para leerla con provecho, hay que insertarse en la gran corriente eclesial que conduce y guía el Espíritu Santo.
Con el Domingo de Pascua comienzan los cincuenta días de gozo y alegría por la Resurrección del Señor, se llaman tiempo pascual. Concluye este tiempo con el regalo de Cristo resucitado a su Iglesia: el Don del Espíritu Santo, en Pentecostés.
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Gemelos en la fe y en el martirio
La leyenda atribuye la fundación de Roma a los gemelos Rómulo y Remo, amamantados por una loba. Esto pudo realizarse cuando uno de ellos, Rómulo, asesinó a su hermano gemelo; de allí el adagio latino: “Mors tua, vita mea”: Tu muerte es mi vida.
Jesús, a quien tú persigues
Las marcas de Pablo
Cuando san Pablo escribe a los Gálatas pidiendo a Dios que “lo libre de gloriarse en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo”, no está exagerando ni usando un lenguaje metafórico; está hablando de su condición ordinaria de apóstol, para quien “el mundo está crucificado para él y él para el mundo” (cf Gal 6, 14). Llevar la cruz es la condición normal del seguimiento del Señor Jesucristo.
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Pablo de Tarso
Por su ciudad de origen es conocido el gran Apóstol de los gentiles, Pablo de Tarso. Pablo adorna con su nombre, con su vida y con sus enseñanzas a su ciudad natal. Se sentía orgulloso de su ciudad: “Yo soy judío, natural de Tarso de Cilicia, ciudadano de una ciudad importante” (Hech 21, 39).
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Año Paulino
El papa Benedicto XVI nos ofrece un año dedicado al gran Apóstol San Pablo, para recordar los dos mil años de su nacimiento y agradecer a Dios este regalo maravilloso que hizo a su Iglesia.