La conversión del corazón
La conversión del corazón
La conversión del corazón
Querer aprender a orar
Ha sido un esfuerzo inútil. Una y otra vez hemos explicado un punto de la doctrina de la Iglesia. La respuesta ha sido siempre la misma: rechazo, búsqueda de nuevas refutaciones, evasión, incluso críticas directas contra el Papa, los obispos, los sacerdotes, contra nosotros mismos.
Quizá fuimos un poco ingenuos. Creíamos que bastaba con explicar, con exponer, con citar documentos para que el otro pudiese llegar a ver y creer lo que nosotros vemos y creemos.
El tema del corazón contrito, de la conversión del corazón es el tema que debería de recorrer nuestra Cuaresma. Es el tema que debería recorrer toda nuestra preparación para la Pascua. La liturgia nos insiste que son importantes las formas externas, pero más importantes son los contenidos del corazón.
¿Dónde quedaron esos: "Mi reina", "cielo", "cariño", "gordita", "cuchi-cuchi", "hija", "flaco", "mi amor", "viejo", "mi prieta", "mi Rambo", "chaparra", "mi Supermán", " mi estrellita marinera", "mi David de Miguel Ángel", "mi Diana cazadora"... y tantísimos otros?. Hasta hace pocos años tener un divorciado en la familia era un motivo de vergüenza, pero esos tiempos ya pasaron, hoy en día los mexicanos estamos casi a la altura del primer mundo en esa "muestra de civilización". Estos fracasos, se deben a muchos factores que, a la larga producen enormes daños a los cónyuges y a sus hijos.
Juan 16, 20-23
Ha sido un esfuerzo inútil. Una y otra vez hemos explicado un punto de la doctrina de la Iglesia. La respuesta ha sido siempre la misma: rechazo, búsqueda de nuevas refutaciones, evasión, incluso críticas directas contra el Papa, los obispos, los sacerdotes, contra nosotros mismos.
Quizá fuimos un poco ingenuos. Creíamos que bastaba con explicar, con exponer, con citar documentos para que el otro pudiese llegar a ver y creer lo que nosotros vemos y creemos.
Cada día recibimos mil gestos de fidelidad y de amor de los que viven a nuestro lado. Nos llega el pan a la mesa gracias al trabajo de unos panaderos, al policía que regula honestamente el tráfico, al padre o a la madre que van de compras, al empresario que paga puntualmente y con justicia su salario, al campesino que sudó para ver crecer, poco a poco, unas espigas. Corre el agua por el grifo gracias a un plan local o regional para abastecer pueblos y ciudades con ese precioso don que baja del cielo y las montañas.
Canción al corazón de Cristo
Quiero hablar de un amor infinito
Que se vuelve niño frágil,
Amor de hombre humillado;
quiero hablar de un amor apasionado.
Con dolor carga nuestros pecados.
Siendo rey, se vuelve esclavo;
Fuego de amor poderoso,
Salvador, humilde, fiel, silencioso
Amor que abre sus brazos de acogida.
Quiero hablar del camino hacia la vida;
Corazón paciente, Amor ardiente;
Quiero hablar de aquel que vence a la muerte.
Quiero hablar de un amor generoso
Que hace y calla, amor a todos;
Buscándonos todo el tiempo,
Esperando la respuesta, el encuentro.
Ha sido un esfuerzo inútil. Una y otra vez hemos explicado un punto de la doctrina de la Iglesia. La respuesta ha sido siempre la misma: rechazo, búsqueda de nuevas refutaciones, evasión, incluso críticas directas contra el Papa, los obispos, los sacerdotes, contra nosotros mismos.
Quizá fuimos un poco ingenuos. Creíamos que bastaba con explicar, con exponer, con citar documentos para que el otro pudiese llegar a ver y creer lo que nosotros vemos y creemos.