Una persona es autónoma si actúa sin que nadie le estorbe, sin ser obligada a nada, sin tener que escoger lo que otros impongan. Una persona es autónoma si cada uno de sus actos dependen directamente de ella, nacen de su corazón y de su cabeza, sin condicionamientos, sin límites.
Postrado a tus pies, Jesús mío, considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña continuamente tu sacratísimo Corazón, te pido humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo para hacerme digno de las promesas y bendiciones que generosamente concedes a los que de veras te conocen, aman y sirven. ¡Mira que soy pobre y humilde, necesito de ti! ¡ Mira que soy torpe, y necesito de tu divina enseñanza para iluminar y guiar mi ignorancia!
Reflexionar es una conversión que no debe ser solamente una conversión
exterior, sino que debe ir sobre todo hacia la conversión del corazón. La
conversión del corazón que viene a ser el núcleo de toda la Cuaresma, es vista
por la Escritura, como un momento de elección por parte del hombre que debe
dirigir a Alguien. La pregunta es: ¿A quién dirigimos el corazón? ¿Hacia quién
me estoy dirigiendo yo? En este período en el cual la Iglesia nos invita a