GAMA - Virtudes y Valores
Conmover a una sociedad, a todo un país, es una empresa difícil, pero “Panchito” la logró. No diseñó un plan, una campaña publicitaria o una estrategia de marketing. Lo único que hizo fue compartir un sueño con la pureza y sencillez propias de las almas buenas y nobles.
Chile se conmovió con el sueño de toda la vida de un joven de 30 años: ser sacerdote. Una ilusión distinta, una fantasía extraordinaria, cuando quimeras como el ser famoso, rico o bello son las más socorridas entre la juventudes de todo el mundo.
Ya hace un más de un año desde que la sabia voluntad del Espíritu Santo nos ha regalado, pese a los quebrantos y declaraciones de los críticos anticlericales, un Papa que ha superado con una sonrisa, reflejo de su humilde sujeción al albedrío divino, las ingentes críticas que se han sucedido contra su persona y su papel como sucesor de Pedro.
Los antiguos no vieron en la mujer más que la belleza natural, los escultores y artistas la reprodujeron con perfección y formas delicadas: Fidias, Policletes, Praxíteles, Zeuxis, Parrasio, Apeles y Pausanias casi la idealizaron. Desde las letras, los diferentes autores nos regalan un reflejo de la multiplicidad de las formas de ser mujer en sus distintos personajes.
«Al rey la hacienda y la vida
se ha de dar; pero el honor
es patrimonio del alma,
y el alma sólo es de Dios»
(Pedro Calderón de la Barca, El alcalde de Zalamea)
Más conversos. ¿Conversos en el siglo XXI? Los sigue habiendo
Una aproximación
Al echar una mirada al panorama de la fe católica en el mundo actual, podríamos dejarnos llevar por la quimérica impresión mediática de que más bien está a la baja. A veintiún siglos de distancia cabe la pregunta: ¿aún hay quien se convierte? Y la respuesta es clara y tajante: sí. Aún hay quien se convierte en pleno siglo XXI, a pesar de esa extendida mala imagen que muchos tienen o dan del catolicismo.
Doris Lessing, un premio, una vida, una obra: pero fue un Nobel para el feminismo. Nobel de Literatura 2007
Un premio
Ya hace un más de un año desde que la sabia voluntad del Espíritu Santo nos ha regalado, pese a los quebrantos y declaraciones de los críticos anticlericales, un Papa que ha superado con una sonrisa, reflejo de su humilde sujeción al albedrío divino, las ingentes críticas que se han sucedido contra su persona y su papel como sucesor de Pedro.
Cada año, el calendario civil ofrece una amplia gama de celebraciones, memorias, conmemoraciones y aniversarios que valen la pena ser recordados. Nacimientos insignes se suceden a recuerdos de batallas emblemáticas; unos días se celebra la vida, otros se tiene presente al enfermo; se homenajea al padre, a la madre, al niño.
Para algunos, el día de su elección, los defectos hallaron un modelo concreto en quién encarnarse. Dijeron que era un Cardenal conservador y que, como Papa, no se esperaría menos. Y ha sido cierto. Él, como todos los Papas, es custodio de la verdad, de la única verdad que jamás cambia: la fe. Verdad que, a través de los tiempos, ha permanecido radiante y luminosa, gracias al Primado petrino que la ha conservado, mantenido e impulsado.
Desde inicios de 2006 la Iglesia cuenta con un naciente pelotón de hombres que quiere transformarse en ejército en orden de batalla por la defensa de la vida. Es una sociedad de sacerdotes llamada «Misioneros del Evangelio por la vida» o «Sacerdotes por la Vida» (Priests for life).