GAMA - Virtudes y Valores
Tácito, Suetonio o Flavio Josefo son sólo algunos de los escritores no cristianos que dedicaron párrafos a la persona de Jesús de Nazareth.
No obstante, para Luigi Cascioli, activista ateo, resulta más creíble que una secta judía decidiera escindirse del judaísmo y construyera una fábula sobre Quien constituye la razón de ser para miles de seres humanos, a partir de un modelo tomado de un líder guerrillero.
Hoy lo más sencillo y habitual es asegurar la infalibilidad de nuestra opinión amparándola en esa conjugación verbal que ha venido, poco a poco, adquiriendo familiar personalidad.
Si al ver salir de la escuela a un chico o chica cogiésemos una pistola y le disparáramos sin más ni más, nadie dudaría en llamarnos asesinos.
Son más de doscientas décadas de existencia y nunca se le ha permitido la calma, el sosiego. Ha padecido, como ninguna otra institución, el atroz azote de la persecución, de la difamación, de la calumnia, de la incomprensión…; y aún hoy continúa abrazándolos con la misma aceptación amorosa de esposa y madre y con el silencio propio de los corazones perdidamente enamorados.
Apareció en las primeras páginas de los principales diarios del mundo. Todos dedicaron amplios y generosos espacios como si la noticia estuviese destinada a hacer temblar los cimientos de la fe heredada por el divino Nazareno que tenemos especialmente presente por estos días.
Dicen por ahí que al principio Dios quiso poner un nacimiento y creó el universo para adornar la cuna.
Inventó el tiempo, hizo cielo, estrellas, luz, montañas, mares y océanos… Cuando ya estaba todo, vio que era muy bueno. Y le gustó tanto que decidió transmitir en directo el nacimiento de su Hijo a todos los diciembres de la historia y a todo corazón que tuviera un sitio para un belén, para un nacimiento. Así inventó la Navidad.
De unos años para acá la Navidad empieza a ser fuente de contrastes hasta hace poco desconocidos.
Si bien no ha perdido hasta el momento aquel cariz entrañable de las posadas, las reuniones familiares, el compartir con los amigos, poner el Belén, los villancicos, los buñuelos, el ponche y los aguinaldos, es inevitable aludir al ardid abiertamente buscado por algunos para sofocarla, extinguirla y enterrarla.
El hombre es un ser que se conmueve. Reprueba los actos de violencia e injusticia, más aún si estos suponen el cancelar una vida humana.
El hombre no permanece ajeno ante los padecimientos ni le es indiferente el dolor y las carencias del otro. Su sensibilidad, las más de las veces, le lleva a manifestar su inconformidad y le mueve a hacer “algo” porque sabe que atentar contra la vida humana no está bien, porque sabe que apagar la luz de una vida no es lo mismo que ahogar la luz de una vela.
Pocos eran los testimonios públicos de famosos que estaban dispuestos a manifestar su fe cristiana, a defenderla y hablar de la grande importancia que ha jugado en sus vidas.
Se hace grande eco de que el cristianismo está a la baja. Se hace pensar que creer es cosa de gente retrógrada o estancada en el pasado.