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Carta

Carta a Jonathan

Hola, Jonathan! ¿Cómo estás? Espero que muy bien.

Te pido disculpas si te mando la carta así, por internet. No tengo tu dirección, no sé cómo localizarte en el pueblo donde vives. Te lanzo el mensaje así. Sé que es difícil que te llegue, pero lo dejamos en manos de Dios. Quizá lo leerán otros chicos como tú, incluso a alguno podrá servirle. Sobre todo, quizá lo puedas leer pronto tú mismo. Ojalá.

Carta de Cenicienta

Con motivo de la publicación de uno de mis artículos recibí un curioso correo. Curioso, pues su remitente es muy joven. Me pareció oportuno publicar sus comentarios, y mis respuestas. La verdad es que disfruté mucho con este intercambio de correos, ya que me permitió comprobar que la madurez no es exclusiva de las personas mayores, sino que ha de ser proporcionada a cada etapa de la vida. También, porque queda clara la posibilidad de comunicación entre jóvenes y mayores, sobre todo en una época en la que pesa tanto la famosa brecha generacional.

Carta a Jonathan

Hola, Jonathan! ¿Cómo estás? Espero que muy bien.

Te pido disculpas si te mando la carta así, por internet. No tengo tu dirección, no sé cómo localizarte en el pueblo donde vives. Te lanzo el mensaje así. Sé que es difícil que te llegue, pero lo dejamos en manos de Dios. Quizá lo leerán otros chicos como tú, incluso a alguno podrá servirle. Sobre todo, quizá lo puedas leer pronto tú mismo. Ojalá.

¿Maternidad a la carta? No, gracias

En el pasado había hombres o mujeres que buscaban tener un hijo a cualquier precio. Si “hacía falta”, recurrían a graves injusticias: a la violencia sexual dentro del matrimonio, al adulterio, al divorcio para “probar” con otra pareja. Pero la ética y el derecho nos dicen, con firmeza, que nunca algo bueno (el nacimiento de un hijo) puede permitir el uso de medios injustos.

Carta a quien busca un camino verdadero

Me da mucho gusto poder hablar largo y tendido contigo sobre la verdad. Creo que el tema nos interesa a los dos. Las respuestas a las preguntas que vamos haciendo no son algo trivial ni irrelevante: según se responda habrá que tomar distintos comportamientos en la vida.

Te escribo con mucha confianza, y, sobre todo, con amor: amor de amigo, porque queremos encontrar la verdad y ayudar a los demás a encontrarla.

Carta de Cenicienta

Con motivo de la publicación de uno de mis artículos recibí un curioso correo. Curioso, pues su remitente es muy joven. Me pareció oportuno publicar sus comentarios, y mis respuestas. La verdad es que disfruté mucho con este intercambio de correos, ya que me permitió comprobar que la madurez no es exclusiva de las personas mayores, sino que ha de ser proporcionada a cada etapa de la vida. También, porque queda clara la posibilidad de comunicación entre jóvenes y mayores, sobre todo en una época en la que pesa tanto la famosa brecha generacional.

Carta de una misionera

He recibido carta de una misionera salesiana que lleva treinta años en Mozambique trabajando con los más pobres. Con gran esfuerzo por su parte y ayuda de buenas personas ha abierto una escuela para niñas huérfanas. Sus padres murieron al contraer el sida y han sido recogidas por las hermanas, que lo son todo para ellas.

Carta del P. Marcial Maciel con motivo de la Cuaresma 2003

Carta del P. Marcial Maciel con motivo de la Cuaresma 2003

La vida sólo tiene sentido cuando se ama, y el amor consiste en la donación plena de sí mismo a ejemplo de Cristo.

Cristo ayudado por el Cireneo. Vía crucis de la capilla del centro de noviciado de la Legión de Cristo (Salamanca, España).

¡Venga tu Reino!

1 de marzo de 2003

A LOS MIEMBROS DEL REGNUM CHRISTI

CON OCASIÓN DE LA CUARESMA

Muy estimados en Jesucristo:

¡Abre la puerta a Cristo!

¡Abre la puerta a Cristo!

Muchas, muchísimas almas tienen hoy necesidad de que alguien les hable de Cristo.

Carta dirigida a los jóvenes de la Universidad Anáhuac del Poniente, con motivo de un Via Crucis juvenil. México, D.F., 27 de marzo de 1996.

¡Venga tu Reino!

México, 27 de marzo de 1996

A los participantes en el Via Crucis juvenil 1996

Universidad Anáhuac del Poniente

México, D.F.

Muy estimados en Cristo: