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Carta abierta al Papa

¿No podría ordenar a todos los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles que orasen todo el día pidiendo por la paz?

Santidad: En nuestro mundo convulsionado no hay paz, ni alegría ni casi amor. Los cristianos hemos celebrado en la Pascua el triunfo de Jesús Resucitado sobre la muerte, el mal y el pecado. Pero la terrible y trágica realidad cotidiana contradice este anhelo universal de paz y amor. Parte de la humanidad parece se haya vuelto loca. Lo del Oriente próximo no tiene nombre. El odio, la violencia, el terrorismo, la muerte, la guerra, está a la orden del día. Es un infierno, un polvorín, cuya explosión tendría consecuencias imprevisibles para toda la humanidad.

Ante esta situación los esfuerzos humanos se quedan cortos. Ni las armas, ni la política, ni los pactos, ni las grandes potencias, ni los organismos internacionales son capaces de controlar la situación .Se les va de las manos.

S.S. ha hecho lo posible y lo imposible con sus viajes, sus alocuciones, sus escritos, sus convocatorias y su celo apostólico incansable, incluso a costa de su salud, buscando la paz y el entendimiento entre las religiones, etnias, culturas y nacionalidades del planeta. Tampoco, hoy por hoy, han tenido éxito.

Nuestro mundo se ha convertido en una nueva Babel. Camina sordo y ciego a su autodestrucción. ¿Es que no hay salida a tan angustiosa situación?.

Rotundamente SÍ y está en nuestras manos y en las de Dios, Señor de la Historia.

La oración de fe es el poder del hombre y la debilidad de Dios. ¿No podría S.S. ordenar a todos los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles de la Iglesia católica que ORASEN DÍA Y NOCHE ANTE EL SEÑOR SACRAMENTADO EN TODOS LOS TEMPLOS DEL MUNDO, PIDIENDO POR LA PAZ?.

SOLO JESUCRISTO, PRÍNCIPE DE LA PAZ ,PUEDE DAR AL MUNDO LA VERDADERA PAZ.