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Derechos humanos: ¿utopía o realidad?

Derechos humanos: ¿utopía o realidad?

La Declaración Universal de los Derechos Humanos llega en este año 2008 a su 60 aniversario.

Ello nos invita a iniciar un profundo examen de conciencia. ¿Qué ha sido llevado a cabo de cuanto, con tan buena voluntad, fue aprobado el 10 de diciembre de 1948? ¿Ha quedado en utopía un esfuerzo por promover la justicia universal? ¿O podemos decir que los derechos humanos han modificado positivamente el modo de vivir de los pueblos y de las personas?

La vida humana: valor fundamental y base de los demás valores

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha convocado a Audiencias públicas para discutir si la ley del aborto que se aprobó en el Distrito Federal el año pasado, va contra la Constitución Mexicana o no. Es una sensata disposición, pues favorece el derecho a la información, la discusión abierta con argumentos expresados, la transparencia en el quehacer público y la imparcialidad en la impartición de justicia. Dichas Audiencias se han tenido durante el mes de mayo y se prolongarán durante el mes de junio.

El que no haya sido cigoto o embrión antes de venir a este mundo, ¡que levante la mano!

El que no haya sido cigoto o embrión antes de venir a este mundo, ¡que levante la mano!

Hace unos días, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Lic. Guillermo Ortiz Mayagoitia, declaró que entre los temas de mayor relevancia para ser tratados por el máximo tribunal de la nación, se encuentran las acciones de inconstitucionalidad presentadas contra la ley de despenalización del aborto en el DF, que fue aprobada en abril de 2007 y pretende legalizar el aborto del menor de doce semanas.

¿Derecho de homosexuales?

Parece ser que una vez más se ha desatado en diversas latitudes de nuestro planeta un nuevo “avance” para defender los “derechos homosexuales” a través de marchas y manifestaciones en los Estados Unidos, en España, en Argentina, en Brasil e incluso en algunas ciudades de México. Por supuesto, en esta ocasión como las anteriores, el decir verdades a medias o mejor dicho el vestir a las mentiras como verdades es la mejor arma.