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Misericordia

La misericordia

 

P. Sergio G. Román

“Al amigo se le conoce en la enfermedad y en la cárcel”

Las prisiones son un verdadero infierno. No sólo por las penas físicas -que se agravan por la sobrepoblación y por el daño que se causan entre sí los presos- sino, sobre todo, por la pena moral del remordimiento en los culpables y de la justa indignación en los inocentes, que también los hay.

Perdón y Olvido

Hace algunos días, un alto funcionario militar provocó un gran revuelo al pedir, en un discurso público, perdón y olvido, en un discurso un tanto en clave, que fue sujeto a toda clase de interpretaciones. Me llamó la atención como hubo quienes le reprocharon el tomar un concepto católico, como el del perdón, aplicándolo a temas políticos.

Miserere - Salmo 50

Miserere Salmo 50


Misericordia, Dios mío, por tu bondad,


por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.


Pues yo reconozco mi culpa,


tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que

aborreces.


En la sentencia tendrás razón,

en el juicio resultarás inocente.

Mira, en la culpa nací,

pecador me concibió mi madre.

Tiempo de misericordia

Si bien es cierto que todo tiempo es bueno para reconciliarse con Dios, lo es, de un modo especial, el tiempo fuerte de CUARESMA (cuarenta días que anteceden a la fiesta de las fiestas cristianas, que es la Pascua). “Este es el día del Señor, éste es el tiempo de la misericordia”, nos recuerda a todos nuestra madre la Iglesia.

Pecado y misericordia

Pecado y misericordia

No es fácil reconocer que hemos “pecado”, que hemos ofendido a Dios, al prójimo, a nosotros mismos.

No es fácil especialmente en el mundo moderno, dominado por la ciencia, el racionalismo, las corrientes psicológicas, las “espiritualidades” tipo New Age. Un mundo en el que queda muy poco espacio para Dios, y casi nada para el pecado.

Solidarios en la misericordia

Solidarios en la misericordia

Uno de los daños más graves del pecado consiste en su fuerza aislante: nos encierra en nosotros mismos, rompe nuestra unión con la Iglesia y con los demás, nos hace más egoístas, nos aparta del amor.

Es cierto que a veces hacemos pecados “en compañía”, incluso en un ambiente de fiesta, de diversión. Pero luego, el mal cometido, el egoísmo presente en cada falta, nos hace extraños o enemigos de los de casa, incluso de quienes fueron compañeros del delito.

Madre de la divina misericordia

Cuando pensamos que Dios necesitó del hombre para ofrecer su Amor salvador. Cuando pensamos que quiso venir al mundo para caminar a nuestro lado. Cuando pensamos que el Cuerpo de Jesús necesitó una Madre que lo acogiese y amase para estar entre nosotros. Cuando pensamos que no hay Redención sin efusión de Sangre, y que no hay Sangre sin Encarnación... Entonces no podemos dejar de mirar a María, y llamarla, con el corazón lleno de esperanza, usando uno de sus títulos más bellos de la piedad mariana: “Madre de la divina misericordia”.

Vaciar el Purgatorio

Vaciar el Purgatorio

     Con el inicio del Año Paulino, la propuesta del Papa Benedicto XVI que va del 28 de junio de 2008 al 29 de junio de 2009 para conmemorar el bimilenario del nacimiento de San Pablo, ha comenzado también la gran oportunidad de obtener la Indulgencia Plenaria para el perdón de todos los pecados y para la remisión total de las culpas.