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Rebeca Reynaud

Filiación divina, primera parte

Hay que saborear lo que decía San León Magno: “el don que supera todo don es que Dios llame al hombre su hijo y que el hombre llame a Dios su Padre” (Homilia VI in Nativitate, 4). Toda nuestra vida cristiana es una gran peregrinación hacia la casa del Padre.

La misión del Espíritu Santo es la esperanza, es convencernos de que somos hijos de Dios. Juan Pablo II dijo algo muy profundo: El hombre va descubriendo en sí mismo su pertenencia a Cristo, y en él, su dignidad, la elevación a hijo de Dios, comprende su dignidad de hombre.

Filiación divina, segunda parte

Dios nos conoce hasta el fondo. Ninguno de nuestros esfuerzos se le escapa. El nos sostiene. Es siempre como un padre que enseña a sus hijos a dar sus primeros pasos. Dios es el único que da realmente la alegría. Nos imaginamos que a veces Dios nos aplasta con una mole de sacrificios, cuando son precisamente ellos los que nos alivian. Dios es sensible a nuestras delicadezas, dice Gabriela Bossis. Nada se pierde de los cuidados que damos a nuestra alma y a las almas de los demás. Nosotros no lo vemos pero en el Cielo sí nos ven.

Fidelidad a Dios y examen de conciencia

Solamente viviendo de fe podemos ser fieles. La gente que no es fiel ha perdido la confianza en Dios. La Virgen María es maestra de fe; le dijo que sí a Dios sin saber exactamente todo lo que había de venir con su fiat (hágase). Vivió tiempos de sorpresas – la Anunciación , la Visitación , la carencia de hospedaje en Belén, la visita de los pastores y de los Reyes Magos, la huída a Egipto- y tiempos de normalidad. Ese era el plan divino.

Fidelidad a Dios

Los cristianos de la primera hora tenían un concepto altísimo de la dignidad de su llamada. Comprendían que es imposible ser cristiano de verdad y pactar al mismo tiempo con el pecado.

Un autor del siglo XVI, español, escribe: “Entre todas las cosas humanas, ninguna hay que con mayor acuerdo se deba tratar (...) que sobre la elección de vida que debemos seguir. Porque si en este punto se acierta, todo lo demás es acertado; y, por el contrario, si se yerra, casi todo lo demás irá errado”, escribe fray Luis de Granada (Guía de pecadores).

El Acontecimiento Guadalupano es reconciliador

El pueblo mexica era esencialmente guerrero. Inicialmente, cuando venían de Aztlán buscando tierras, andaban sin rumbo y no eran recibidos por ningún pueblo. Se tenían bien ganado ese rechazo porque, cuando, por ejemplo, habían conseguido la buena voluntad del Tlatoani de Culhuacan, en cuyo territorio residían, le pidieron a su hija para convertirla en diosa de la guerra. El Tlatonani accedió. Poco después los aztecas invitaron al Tlatoani y apareció el brujo bailando revestido con la piel desollada de su hija.

El “qué dirán”

 Andar buscando la aprobación de los demás puede ser dañino para nosotros pues tendemos a sobrevalorar lo que otros hacen y a menospreciar lo que nosotros hacemos. “¿Qué van a decir de mí?”, es una pregunta que a menudo nos hacemos. Es una pregunta que se plantea con frecuencia en nuestras relaciones sociales, laborales y familiares.

En un aula de clases, muchos alumnos prefieren mantenerse en silencio ante las dudas, a levantar la mano y preguntarle al profesor, para no quedar mal.

El “día del Señor” y el precepto dominical

Dios ha hecho a los hombres con el fin de conducirlos a la salvación. Pero el hombre no es sólo cabeza, sino también corazón. Por eso Dios ha hablado al entendimiento y también al corazón del hombre, todo para obtener la conversión.

¿Cuál es el centro del domingo —o mejor— de “tu” domingo? un paseo, el cine, el trabajo, la comida familiar... A veces el centro no es Dios porque no sabemos lo que implica cumplir el precepto dominical, porque el domingo debería de ser el “Día del Señor”.

El “Angelus”

La 4ª aparición de la Virgen en Fátima no fue posible el 13 de agosto de 1917, porque en este día el alcalde tenía prisioneros a los 3 niños para  tratar de hacerlos decir que ellos no habían visto a la Virgen, aunque no lo logró. La aparición sucedió unos días después. La Virgen les dijo en esta aparición: "Recen, recen mucho y hagan sacrificios por los pecadores. Tienen que recordar que muchas almas se condenan porque no hay quién rece y haga  sacrificios por ellas".

Familias Fuertes y Unidas

Siendo el más precario de los seres humanos, el hombre requiere, para existir, de la aceptación de dos personas ajenas a él que en un momento determinado se unen y, en un acto supremo de libertad, le dan la vida. A partir del momento de la concepción, su existencia va a depender del amor, y su equilibrio, en parte, del de sus padres.

La familia es un islote privilegiado dentro de una sociedad despersonalizada. Debemos por ello preguntarnos cómo se potencia a la familia en su unidad y en convivencia y la amistad de sus miembros.