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Jesús Colina

Un celibato triste es un mal celibato

La vigencia y riqueza del celibato ha sido una de las cuestiones que más interés han suscitado en el Congreso mundial, el 11 y 12 de marzo, sobre el sacerdocio, organizado por la Congregación vaticana para el Clero, en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma. En el encuentro, una de las citas más importantes de este Año Sacerdotal, con la participación de 50 obispos y de más de 500 presbíteros, intervino Benedicto XVI para subrayar la necesidad de que el sacerdote tenga muy claro su pertenencia a Dios, y no a los vientos culturales de este mundo.

La Cuaresma del Papa

Como un penitente más, el Pontífice participó en la ceremonia de las cenizas, que le fueron impuestas en la basílica de Santa Sabina, de Roma, por el cardenal eslovaco Jozef Tomko, Prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Después, el mismo Papa las impuso a numerosos cardenales. 

Unidad en lo esencial

Publicada la Constitución apostólica del Papa para permitir la vuelta de anglicanos

«Yo pensaba que el anuncio original de Roma era muy generoso», reconoce el obispo anglicano de Fulham, en Inglaterra, John Broadhurst, pero el documento con el que Benedicto XVI establece cómo será la acogida corporativa de anglicanos que vuelvan a la comunión con la Iglesia católica ha superado sus expectativas.

Un año para redescubrir la grandeza del sacerdocio

¿Cree usted en la Iglesia? Si es así, tenemos una adivinanza para usted: ¿quién es la persona capaz de hacer presente a Cristo en la tierra como hace dos mil años, al repetir las palabras que pronunció en la Última Cena? ¿Quién es esta persona que puede perdonar los pecados en el mismo nombre de Dios? ¿Quién puede actuar en la persona de Cristo? Hay alguien así, y usted sabe quién es: el sacerdote

Dios es perdón

¿Qué hay más bello en la vida que experimentar el perdón de Dios? Sin embargo, por la crisis que el sacramento de la Reconciliación vive desde hace décadas, todavía hoy muchos creyentes siguen sin acercarse al confesionario