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La tentación demoniaca de la noche oscura

Ponemos a continuación un fragmento de la obra Decenario del Espíritu Santo de la mística Javiera del Valle, mujer santa extremeña que murió en 1930. Sus palabras sobre este tema son tan claras como profundas: Cuando el alma se resuelve a no querer nada si no es el seguir a su amado Redentor, y poniendo en El fija su mirada con el único fin de hacer por El, si pudiera lo que ve que ha hecho y sufrido por ella su adorable Redentor, enfurecido Satanás, prepara una gran batalla y a ella trae todo su ejército infernal.

Tiempo de Adviento

Tiempo de Adviento

Esta palabra viene del latín "Adventus". Este término que significa "venida"
era usado ya desde el medievo para indicar todos los eventos y preparativos que
se realizaban en una población en atención a la vista que algún alto dignatario
realizaría a ésta. La Iglesia adoptó esta expresión para identificar este tiempo
en el que, de una manera especial, el pueblo cristiano recuerda, que el Reino de
los cielos, es una esperanza ACTIVA. Por ello el tiempo de Adviento nos ayuda a

Tolerancia Cero

Tolerancia Cero

Detrás de esta frase, aparentemente antidemocrática, está la recomendación que un grupo consultor extranjero, mediante solo cuarenta y cinco millones de pesos, le da al gobierno del Distrito Federal, para reducir la delincuencia.

Tan bonitas… y tan feas

¿Puede alguien explicarme por qué, algunas mujeres si son tan bonitas, a veces son tan feas? Bueno, eso es lo que dicen algunos señores... yo no sé. Por lo pronto permítanme decirles que estoy leyendo un libro digno de ser recomendado. Su título es: “El feminismo ha muerto. ¡Viva la mujer!”.

T. P. Aleluya

En varios libros litúrgicos al término de algunas oraciones solemos encontrar la indicación “T.P. Aleluya” que significa: Durante el Tiempo Pascual debe terminarse esta oración diciendo: “Aleluya”. Habrá que aclarar que el Tiempo Pascual es el que se inaugura con la solemnidad de la Resurrección de Jesús, y termina, cincuenta días más tarde, con otra: Pentecostés.

Tan llenos de vacío

No cabe duda que estamos viviendo una época sumamente interesante, plagada de encantos, novedades, inventos, descubrimientos y aparatos asombrosos que en el pasado parecerían mágicos. Hoy lo imposible resulta fácil, y lo verdaderamente difícil es conseguir que algo nos asombre. Nos hemos acostumbrado a despertar con la noticia de que un nuevo electrodoméstico hace, en la mitad del tiempo, lo que el que compramos la semana pasada. Nuestras lap-tops viejitas, son mil veces más poderosas que el centro de cómputo de la NASA cuando el hombre pisó la Luna, ¡pero son Pentium 3!

Textos fuera de contexto

Con la facilidad que se tiene hoy para publicar sobre cualquier tema, resulta frecuente encontrar libros ricos en palabras, pero menesterosos de verdad y buenas costumbres. Si no estuvieran impresos, bien podrían servir como cuadernos, para darle mejor uso a ese papel. Así pues, muchos que se sienten orgullosos de haber publicado libros pueden asemejarse a quienes presumen de haber engendrado hijos, pero no han sabido ser padres: No basta.

Tú no ves lo que yo veo

No sé por qué, pero a los hombres suelen gustarnos los automóviles, y hace poco tiempo me llamó especialmente la atención una camioneta, modelo 1978, digna de presentarse en una muestra de autos de colección. Con todos sus accesorios originales y pintada de rojo brillante, que no desentonaba nada del conjunto. Ya sé que en gustos se rompen géneros, pero su dueño me comentó que todos los días suele escuchar piropos hacia su vehículo. En definitiva: estaba como para tomarle fotos.

Tú di sapo... y yo brinco

Resulta patente que la obediencia no está en sus mejores momentos. Obedecer suele ser mal visto y quienes lo hacen con frecuencia son considerados como seres inferiores. La razón es simple: quien obedece se somete a la voluntad del que manda. Es decir, la obediencia exige que alguien determine la ruta y los medios, adoptando la postura del superior, mientras que quien obedece habrá de conformarse con seguir el camino marcado, sin que muchas veces, ni siquiera se le pida su opinión.