Respetar la dignidad del moribundo. Consideraciones éticas sobre la eutanasia (9/12/2000)
ACADEMIA PONTIFICIA PARA LA VIDA
ACADEMIA PONTIFICIA PARA LA VIDA
Esta Navidad abundaran los regalos...
Regalos de todos los colores, olores, sabores, tamaños y hasta muchos de ellos innecesarios...
Por eso conviene recordar el sentido original y cristiano del Regalo...
Es Dios mismo quien nos hizo el primero y más valioso de los regalos: su propio Hijo para nuestra salvación...
El rostro profundo de la Navidad
Cada Adviento tendríamos que saber convertirlo en un hermoso momento para preguntarnos quién es Dios para nosotros. Si Dios es Alguien que influye, que transforma, que exige en nuestras vidas; o si, por el contrario, Dios es Alguien con el cual nos podemos permitir cierta indiferencia.
Te regalo a mi Santísima Madre, para que sea tu Madre.
Te regalo mi alegría para que tengas una fuente inagotable de paz.
Te regalo mis fuerzas para que te sostengas en tu cansancio cuando sirvas a los demás.
Te regalo la quietud de la noche bendita de mi nacimiento para que llenes tu alma de paz.
China nunca
ha sido un país muy religioso. Sus creencias no están impregnadas por la
divinidad, sino por la naturaleza.
Existen dos peligros en la vivencia del sacramento de la penitencia:
Rutina
Abandono (desafección práctica)
Mas perniciosa que la rutina porque corta los canales de la vida sobrenatural.
Por: Vittorio Messori
Tomado con permiso del editor del libro Leyendas
Negras de la Iglesia, Editorial Planeta Testimonio.
Solamente dos datos-pequeños, pero significativos e irrefutables-a
propósito de las habladurías acerca de las habituales riquezas de la
Iglesia.
Resurrección
Listo para resucitar,
dispongo mi alma para el gran acontecimiento,
tensando las cuerdas del arco,
es decir, los propósitos de ejercicios,
que he escrito con precisión y fervor.
Quiero, me interesa, hacerlos realidad.
De noche nos encaminamos a la iglesia
es Sábado Santo.
Cargo todas mis tinieblas
para que la Luz las destruya;
arrastro todos mis pecados
para que el Redentor los aniquile;
llevo mis tristezas, pesimismos
para que Cristo resucitado me transforme
rancho “pocasangre”
Iban mis ojos hacia las nubes
que recortaban el cielo azul;
a las montañas de enfrente,
tan verdes y tupidas de vegetación;
a las casitas de los pueblos ribereños
de tejados rojos;
al lago de aguas claras,
en que viajaban tranquilas las garzas;
a todo el valle, que gozaba
de tan profunda paz,
que yo sentía cómo penetraba