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Pelón

No se llamaba así pero hallaban cierto placer apodándole de esta manera. Solían burlarse de él siempre que podían: a la llegada y a la salida del cole, en los recreos, en las clases… Pero él nunca se enojaba y más bien solía regalarles una límpida e inocente sonrisa que no denotaba timidez nerviosa, sino tranquilidad.

Durante la mayor parte del curso fue el centro de atracción. Su puntualidad era impecable y, quizá, muy en el fondo, a todos nos causaba envidia ésta y muchas otras virtudes que vivía como sin darse cuenta.

El Papa en la ONU

Sería pretensioso querer sintetizar el riquísimo contenido magisterial del mensaje de Benedicto XVI en su reciente viaje a los Estados Unidos. Incluso hacer una presentación exhaustiva de su discurso ante la ONU va más allá de lo que ambiciona este breve espacio editorial. Más bien pretendo espigar algunos párrafos de su discurso a la ONU, en el contexto de los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre -que se cumplen este año-, que me parecen especialmente relevantes en el presente contexto cultural.

El principito

Ya hace un más de un año desde que la sabia voluntad del Espíritu Santo nos ha regalado, pese a los quebrantos y declaraciones de los críticos anticlericales, un Papa que ha superado con una sonrisa, reflejo de su humilde sujeción al albedrío divino, las ingentes críticas que se han sucedido contra su persona y su papel como sucesor de Pedro.

Prejuicios a la borda

Para algunos, el día de su elección, los defectos hallaron un modelo concreto en quién encarnarse. Dijeron que era un Cardenal conservador y que, como Papa, no se esperaría menos. Y ha sido cierto. Él, como todos los Papas, es custodio de la verdad, de la única verdad que jamás cambia: la fe. Verdad que, a través de los tiempos, ha permanecido radiante y luminosa, gracias al Primado petrino que la ha conservado, mantenido e impulsado. 

La prostitución, ¿un amor en venta?

La vida de cada ser humano depende de un motor fundamental, el amor. El amor late, como el corazón, con dos movimientos fundamentales: uno hacia afuera y otro hacia adentro, amar y sentirse amado. Quien ama a algo, a alguien, es capaz de todo. Quien se siente amado, protegido, ayudado, de un modo desinteresado y pleno, recoge energías para superar la enfermedad, el fracaso o la tristeza, y para construir todo lo bueno y grande que escribe las mejores páginas de nuestra historia.

Por qué me convierto del islam al catolicismo

Por qué me convierto del islam al catolicismo

Querido director: Lo que te voy a contar se refiere a una decisión de
fe y de vida personal, que, de ninguna manera, quiere implicar al
'Corriere della Sera', del que me honro en formar parte desde 2003, con
el cargo de vicedirector 'ad personam'. Te escribo, por lo tanto, como
protagonista de la vivencia y como ciudadano privado. El Domingo por la
noche me convertí a la religión católica, renunciando a mi anterior fe
islámica.

Pare de sufrir

Por Jorge Luis Zarazúa Campa

Se trata de una audaz campaña proselitista, dirigida por un grupo sectario de origen brasileño: La Iglesia Universal del Reino de Dios. He aquí sus principales características.

Uso abundante de los medios de comunicación