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Los nombres de los demonios

La gente suele creer que las palabras diablo y demonio son sinónimos, y como tales los usa. Pero la Sagrada Escritura no usa la palabra estas dos palabras como sinónimos. Por lo que dice la Biblia del Diablo, éste es un espíritu muy superior al resto de jerarquías demoníacas. La palabra Diablo o Satán o Beelzebub siempre son usadas en singular, así como sus otras denominaciones equivalentes (la Serpiente, el Dragón, etc). Mientras que la palabra demonio aparece unas veces en singular y otras en plural.

El nombre de una estrella

Inés no deja de mirar el cielo. Es la primera vez que se siente saludada por una multitud incontable de estrellas. Sus ojos van de un lado a otro, pero siempre se detienen en un lugar concreto.

Su padre también está extasiado, al ver tantas estrellas y al ver a su hija tan absorta. Inés, por fin, lanza la pregunta que crece en su corazón: “papá, ¿cómo se llama esa estrella?”

El niño que llevamos dentro

En cada adulto vive escondido un niño. Detrás de la corbata o de la blusa, detrás de las canas o de las gafas de sol, detrás de las prisas o del espejo, detrás de la mueca de tristeza o de la sonrisa entre irónica y escéptica... permanece un niño que no acaba de morir, que desea brillar con energías nuevas.

Nosotros, los otros Amadeus

Una año más en que después de un estupendo viaje de mil cien kilómetros, disfrutando las carreteras de mi país, me encuentro injertado en una actividad donde el estudio, el descanso, los ratos de deporte y la formación se conjugan de forma maravillosa. Este año estoy en Montefalco; hacienda que fuera ingenio de azúcar allá en los tiempos de antaño.

No me grites

Padre: “Me acuso de mi falta de paciencia”. ¡Cuántas veces habremos escuchado esta afirmación todos los sacerdotes cuando confesamos! Tampoco es raro que alguien comente algo así como: “ayer me dijo mi hijito de cuatro años: mami, no me grites”.

No todo lo que brilla es oro

¿Alguna vez ha visitado usted una mina? Sí, de donde sacan el oro, la plata, el zinc, el plomo. Pues yo estuve hace apenas tres días. Después de colocarme un cinto con la pila de la linterna, un chaleco reflejante, unos guantes de trabajo y un “auto-rescatador” que se debe utilizar en caso de incendio, y de escuchar las debidas instrucciones sobre el funcionamiento de estos aparatos, entramos por el tiro principal. En esta ocasión éramos sólo tres personas: un empleado de la mina, un trabajador nuevo, quien al igual que yo no había entrado nunca, y un servidor.

No me da la vida

Hay tantos recuerdos que quisiera revivir.

Hay tantos amigos con los que gozaría tomándome un café, durante las bellas horas de una tarde.

Hay tantos lugares que desearía conocer.

Hay tantos libros que me gustaría leer.

Hay tantos otros que quisiera escribir.

Hay tantos errores que desearía corregir.

Hay tantas heridas que quisiera aliviar.

Hay tantos conciertos que ansío escuchar.

Hay tantas cumbres que anhelo ascender.

Hay tantas tonterías que quisiera no haber escuchado.

Hay tantas críticas que preferiría no haber oído.

No conviene que esté solo

Oye mami: Si los papás no se pelean con sus hermanos, ni dicen mentiras, ni desobedecen. ¿De qué se confiesan? Este fue un cuestionamiento de una
pequeñita a su mamá según me lo contó la misma señora. ¡Bendita inocencia! Y bendita confianza que permite a un niño tener quien le resuelva sus dudas.
Cuánta sabiduría divina encontramos en aquel texto del Génesis cuando al crear Dios al hombre afirma:
“no conviene que esté solo” y es que la soledad es una de las peores realidades que puede enfrentar el ser humano.