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I

Itinerarios de vida cristiana

Recibí hace días unas palabras por Internet, palabras que estaban pintadas en una pared en la ciudad de Oklahoma, en el lugar donde se había producido un tiroteo:

-Dije: "Dios, me duele." Y Dios dijo: "Lo sé."

-Dije: "Dios, he llorado tanto..." Y Dios dijo: "Para eso es que te di lágrimas."

-Dije: "Dios, estoy tan deprimida..." Y Dios dijo: "Por eso es que te di el brillo del sol."

-Dije: "Dios, la vida es dura." Y Dios dijo: "Por eso es que te di a seres queridos."

Integración e Islam

Recuerdo cómo el 22 de julio 2001 estalló una bomba en una iglesia católica de Yakarta, capital de Indonesia, que dejó decenas de heridos: fue en la iglesia católica de Santa Ana, cuando el sacerdote comenzaba la homilía, durante la celebración de la primera misa dominical, en la que participaban unos 800 católicos. Hubo heridos a los que la metralla les arrancó las piernas de cuajo. El techo se desplomó mientras la gente corría horrorizada... episodios como este se podrían explicar a montones.

Infidelidad en el matrimonio

“Qué duro es olvidar una infidelidad”, he oído decir a distintas personas, llorando porque hacía uno, dos, más años que le pedía a Dios que le hiciera olvidar esta terrible experiencia de sentir “la traición”. Sensación de tristeza, desconcierto porque sucedió con la persona menos esperada, y desde entonces ya nada es igual: “ya no siento lo mismo que antes”. Hay melancolía, pues “la herida” tarda en cerrar, y el dolor puede hacerse insoportable hasta poder decir: “a veces mi cabeza va a estallar”...

Importancia de rezar por las vocaciones

Importancia de rezar por las vocaciones

ORDENACIÓN PRESBITERAL y DIACONAL

Homilía de monseñor Alfonso Delgado, arzobispo de San Juan de Cuyo (Iglesia catedral, viernes 11 de julio de 2008)

Hech 6, 1-7b - 2 Cor 4, 1-2.5-7 - Mt 9, 35-38

Queridos hermanos y hermanas en Jesucristo, queridos sacerdotes y diáconos, queridas religiosas, queridos seminaristas y formadores y profesores del Seminario de San Juan:

Iglesia y autoritarismo

La Iglesia católica es acusada con cierta frecuencia de ser una sociedad autoritaria, fundamentalista, incapaz de adaptarse a la mentalidad de su tiempo, insensible a los problemas y deseos de la gente común.

La acusación es lanzada especialmente por personas y grupos que promueven la legalización del divorcio, del aborto, de la eutanasia, del “matrimonio” entre personas del mismo sexo, del consumo liberalizado de las mal llamadas “drogas ligeras”.

Iglesia, relativismo y tolerancia

No es difícil encontrar pensadores y “expertos” que acusan a la Iglesia católica de dogmática y de intolerante. La Iglesia, según esta acusación, pretendería ser la única poseedora de la verdad sobre Dios y sobre el hombre, mientras que quienes pertenecen a otras religiones, o quienes son ateos, estarían equivocados.

Iglesia, ¿excluyente o incluyente?

Ser “incluyente” está de moda. Porque, según muchos, ser “incluyente” (o inclusivo) implica apertura, tolerancia, espíritu de respeto, capacidad de diálogo: virtudes fundamentales para vivir en una sociedad pluralista.

En esta perspectiva, quien es incluyente no pone fronteras, sino que establece puentes. No cierra la mano, sino que la ofrece con franqueza a todos. No insulta al diverso, sino que lo respeta. No condena, sino que comprende.

Iglesia y posesión de la verdad

Diversos autores atacan decididamente a los católicos porque “pretenden poseer la verdad”, porque piensan que los demás están equivocados. Tales críticas tienen distintos orígenes y variantes. Vamos a fijarnos ahora en dos principios o ideas que suelen sostener estas críticas.

La primera consiste en suponer lo siguiente: quienes creen poseer la verdad están incapacitados para el diálogo, porque es imposible dialogar si uno de los interlocutores cree poseer la verdad y piensa que el otro está equivocado.

Indígenas

Entre las muchas palabras que aparecen de vez en cuando en la vida pública hay una que reúne significados no siempre bien comprendidos: “indígenas”.