Hoy, Señor, vengo ante ti
bajo tu mirada a descansar.
Te entrego mi fe, mi esfuerzo, gratitud,
pues sólo tú mueres por mí.
Hoy, Señor, vengo ante ti
hoy, Señor, vengo a pedir
que no te olvides de mí
que me alientes una vez más,
que me vuelvas a levantar
contigo quiero caminar.
Hoy, Señor, vengo ante ti
con esperanza en tu Amor Salvador,
en tu Gloriosa resurrección,
Amén, amén.
Paz, paz, paz, el mundo pide paz, logra la paz en tu interior
y derrámala en la tierra.
Sólo la paz trae la paz,
la guerra engendra guerra.
Paz es la hermana del amor,
cuando vence no hay vencido.
Paz es la fuerza con que sale
el sol cada mañana,
es la conciencia universal
que descansa en su inocencia.
Siembra el árbol de la paz
por doquiera que tú vayas.
y el cielo entero regará
las semillas con tu paz.
Sólo si tienes puedes dar,
Hermano, hermana, ven conmigo,
recibe la paz de Jesús.
Yo golpeé tu rostro,
tú golpeaste el mío,
ven construyamos la paz.
Yo te invito a venir
con sincero corazón, delante de Jesús,
que cuelga injustamente
del madero de la cruz.
No se trata de decir:
que Dios puede perdonar,
se trata de comprender
que con Jesús comenzó el perdón.
Hemos venido aquí
con la alegría de ser hijos,
con la verdad detrás
y la esperanza de un motivo.
Hemos venido aquí
a entretejernos un futuro,
hemos venido aquí
a proponer por fin: la Paz.
Tú has venido, Tú volverás
te esperamos oh Jesús
estabas y vivo estás
sé nuestra vida oh Jesús.
El gran escritor y para muchos desconocido José Mª Pemán, a propósito de la condición e idiosincrasia de los españoles escribió una frase genial que muchos recordamos:”Es cosa relativamente fácil encontrar entre los españoles abundantes héroes del 2 de Mayo.
Lo difícil es encontrar uno solo para el tres, cuatro de mayo y demás días del año”.
El ser humano es paradójico: Se desarrolla en la adversidad, crece en lo difícil y se pudre en la vida cómoda y fácil.
¡Tranquilos todos, que si el presente es malo, el futuro será peor y quien no se consuela es porque no quiere!
Cada ciudadano se forma su personal juicio sobre la realidad que le ha tocado vivir a través de los diversos medios. En general, éstos, intentan reflejarnos como por un espejo, lo más fielmente posible, cuanto pasa en el mundo. Pues bien, a pocas personas reflexivas, se le escapa la dura impresión de que esto no funciona.
En las misas de Nochebuena y Navidad de la parroquia de Sta. María La Blanca de Alcorcón, se leyó una carta de un laico de la parroquia, que por su valor testimonial y el contenido cristiano de la misma, pareció oportuno al párroco y sacerdotes darla a conocer a la comunidad. Héla aquí, copiada literalmente:
Hola soy Jesús Canto, el hijo de Otilia y Enrique.
Al amanecer del 25, la noticia corrió como la pólvora de boca en boca, antes que los medios de comunicación la propagasen. Fue su obispo auxiliar, don Joaquín Mª López de Andujar, el que en breve comunicado, lo notificó oficialmente.
A todos, especialmente a sus familiares, seminaristas, religiosos y sacerdotes de Getafe, el triste evento nos golpeó brutalmente. Nos parecía increíble. Así tan de repente. De la noche a la mañana y sin que nadie, absolutamente nadie, lo presintiese.