Carta abierta al Papa
¿No podría ordenar a todos los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles que orasen todo el día pidiendo por la paz?
¿No podría ordenar a todos los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles que orasen todo el día pidiendo por la paz?
He recibido carta de una misionera salesiana que lleva treinta años en Mozambique trabajando con los más pobres. Con gran esfuerzo por su parte y ayuda de buenas personas ha abierto una escuela para niñas huérfanas. Sus padres murieron al contraer el sida y han sido recogidas por las hermanas, que lo son todo para ellas.
He aquí como se expresa una de las famosas de turno en la revista semanal Gala (nº 72).
"Nos entendemos de maravilla y casi estamos casados porque llevamos viviendo juntos dos años." Perplejidad y extrañeza en el lector(a). O se está o no se está. Menos mal que no añadió: "Estoy casi embarazada".¿A quién se pretende engañar y por qué?.
La mayoría de los bautizados españoles no han asumido, a juzgar por las encuestas y lo que se ve, uno de los principales deberes de su religión cristiana: "Santificarás las fiestas". EL Dios de Jesucristo, "Padre nuestro", ha perdido la batalla en el corazón y en la vida de sus hijos, frente al dios pagano del consumismo. Son los nuevos templos de la modernidad, Grandes Superficies, Corte Inglés, Hiper, Makros, Supermercados, Prycas, Continentes etc, los que atraen masivamente e interesan a la hodierna feligresía, que aún siguen considerándose "cristianos".
Entre las diversas y graves enfermedades que están presentes y hacen estragos en el alma de los católicos españoles, alcanzando una gran virulencia, especialmente, entre los jóvenes, ninguna más perniciosa, que la que me atrevo a calificar como subjetivismo religioso.
Cualquiera que haya estado en contacto con jóvenes, habrá podido constatar hasta qué punto está extendida esta enfermedad viral, comparable a un tumor maligno, en el aspecto somático.
No son pocos los católicos que ante los problemas, dificultades y males que ven dentro o fuera de la Iglesia, adoptan una postura pasiva de inhibición o de inútil crítica, sin arrimar el hombro para nada en mejorar la situación. Mientras, las fuerzas contrarias
hablan menos y actúan más, en un empeño común de desprestigiar la institución eclesial, enturbiar la situación religiosa o atacar los valores cristianos.
No son pocos los católicos que ante los problemas, dificultades y males que ven dentro o fuera de la Iglesia, adoptan una postura pasiva de inhibición o de inútil crítica, sin arrimar el hombro para nada en mejorar la situación. Mientras, las fuerzas contrarias
hablan menos y actúan más, en un empeño común de desprestigiar la institución eclesial, enturbiar la situación religiosa o atacar los valores cristianos.
Ante la proyectada manifestación pro Familia del día 18 J, algunos grupos minoritarios que a sí mismos se autodenominan “católicos de base”, han expresado públicamente su oposición y según algún medio digital, como RD, anuncian que “no obedecerán a los obispos” por las bodas gays.
Según estas mismas fuentes, tal resolución episcopal “aviva la división en la comunidad católica española”. Es preciso para aclarar ideas y no inducir a equívocos o confusión en el pueblo sencillo recordar lo siguiente:
Las fuerzas del mal avanzan imparables. En todas partes y por todos los medios, ante nuestros propios ojos, se atacan,-sin apenas reacción- los valores cristianos. Hoy no se respeta nada ni a nadie. Para muchos, democracia es sinónimo de vale todo.
Los mandamientos de Dios, pública y privadamente, son conculcados y pisoteados.
Hermosos documentos de la Jerarquía se escriben -(desde el Papa a todos los obispos)- animando a los seglares a que asuman las responsabilidades que les incumben, derivadas de su bautismo. Hasta la saciedad se repite que ellos deben asumir sus propios compromisos dentro y fuera de la iglesia. No sólo están en la Iglesia , sino que son Iglesia. Todo esto está muy bien y es muy bonito, pero tengo la impresión que se queda en TEORÍA y no se lleva a la PRÁCTICA, en la mayoría de nuestros laicos.