Pasar al contenido principal

C

Cristo, nuestro modelo

No tenemos otro modelo para forjar nuestra personalidad que Cristo, como nos lo presenta el Evangelio; le será de mucha utilidad meditarlo y deducir cómo las dos líneas de fuerza de esa vigorosa personalidad fueron el amor a las cosas de su Padre y el amor a los hombres por lo que tienen de necesitados; en torno a estos dos ejes organiza su vida, su doctrina y por esos dos amores abraza la muerte más dura que podamos imaginar.

Cristo nos pide ayuda

Mejor que mirar lo que te falta es alzar la mirada hacia la soberana belleza
de ese Cristo a quien amas y sigues y a la hermosura del fruto que
tendrá tu vida si la entregas totalmente a realizar los planes del
Movimiento.

¡Que maravilloso es saber que Cristo nos pide ayuda y espera algo de
nosotros! Pero también, ¡qué responsabilidad tan grande! Por tanto,
sigue poniendo en marcha, en movimiento, todo tu interés, todo tu

Cristo, motor de nuestra vida

Cristo apóstol que sale de sí mismo, que no se tiene en cuenta a sí cuando
tiene que realizar su misión, que la vive sin chapuzas, sin rebajas,
limpiamente. Cristo que busca la gloria de Otro, no su propia gloria,
el Cristo sereno, objetivo y humilde, no el Cristo agitado, paranoico y
soberbio; Cristo sereno y satisfecho de su vida, contento siempre y
seguro de sí, Cristo Dios y hombre, Señor de la historia, hijo de
María, amigo, compañero y hermano.

Cristo pone las condiciones para seguirle


Hubo un
joven que se cruzó en el camino de Cristo: se entusiasmó al oírle
hablar del Reino, al verle obrar los milagros, al contemplar la
imponente personalidad del Maestro, y quiso seguirle. Cristo le amó
como ama el ardor, la vitalidad, la capacidad de entusiasmo y grandeza
de los jóvenes, y le puso las condiciones para seguirle: una entrega
irrevocable, un sentirse desprendido de todo, dejarlo todo, para
poseerle a Él solamente. Aquí fue donde el joven retrocedió

Celebración de Dios

 Celebración de Dios

El precepto contenido en los libros de la Escritura referidos al día de descanso (Sábado/Domingo), no busca tanto la interrupción del trabajo, sino la celebración de las maravillas de Dios. Es la ocasión para recordar, que Dios es el Señor del tiempo y del espacio, que la obra creadora en su totalidad le pertenece y que en su alianza de amor, nos ha llamado a ser cooperadores en ella.

Cuerpo de Cristo

Cuerpo de Cristo

No son pocos los que actualmente dicen: Yo creo en Cristo, pero no creo en la Iglesia. Quienes dicen esto han olvidado que la Iglesia es el cuerpo de Cristo en donde cada uno de sus miembros lo va llevando a la plenitud. Desde el momento de nuestro bautismo pertenecemos a este cuerpo, es decir a la Iglesia pues hemos sido injertados en Cristo, de manera que la Iglesia es un organismo vivo que se alimenta de la Eucaristía y que a la vez está estructurado de manera orgánica a fin de que éste funcione adecuadamente.

Consejo Cardenalicio

Consejo Cardenalicio

Con el crecimiento de la Iglesia en el correr de los años, fue necesario ir creando diferentes instituciones que pudieran ayudar a su desarrollo pastoral. Una de ellas fue el "Consejo Cardenalicio". El Papa nombró a algunos hermanos (que en el principio no tenían que ser forzosamente Obispos) para que le asistieran como una especie de "senado". Sus funciones, a lo largo de la historia, han ido cambiando de acuerdo a las necesidades de la misma Iglesia.

Conferencia Episcopal

Conferencia Episcopal

Para poder organizar de una manera estable y caminar todos los obispos en comunión, estos se reúnen periódicamente en lo que se llama: "Conferencia episcopal". Esta, dependiendo de la región que comprende, puede ser nacional o internacional. En México tenemos la "Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM)" que sirve como medio de relación y comunión entre todos nuestros obispos. Está también, para Latinoamérica, la "Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM)".

Comunidades cristianas

Comunidades cristianas

Hoy en día nos damos cuenta de que nuestras "comunidades cristianas" están muchas veces lejos de tener la felicidad, paz y alegría que Dios da a sus Hijos. Muchos "cristianos", han llegado a creer que ser cristiano es ser bautizado o cumplir con una serie de ritos (bautismo, primera comunión, matrimonio, etc.).

Centros de culto

Centros de culto

El desarrollo de la Iglesia ha ido dando paso a nuevos centros de culto, los cuales siempre están ligados a la estructura diocesana o parroquial. Si en la diócesis un templo adquiere gran importancia por el santo al que está dedicado y la gente la tiene como un lugar de peregrinación, el Vaticano puede darle el rango de "Basílica". Esta puede ser Parroquia o no; de cualquier manera el encargado de la basílica recibirá el nombre de "rector"; si es parroquia además será párroco.