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Cristo, fundamento único

Si Cristo ha de ser el fundamento único que dé estabilidad a su vida, una vida que camina, que nadie puede parar, que surcará situaciones cambiantes en un mundo movedizo, ese Cristo ha de ser el auténtico, el Cristo del Evangelio, en su totalidad, el Cristo que pide abnegación para seguirlo, morir en el surco, odiar por Él la propia vida; no un Cristo a la medida de cada personalidad. No es Cristo el que ha de bajar a nuestras raquíticas medidas; somos nosotros los que hemos de subir hasta su plenitud.

Cristo es la solución

¡Pobres hombres! Van a tientas, saltando de una ilusión a otra, hasta que todas se acaban. Ahí van todos en bola: uno gritando: "comunismo", otro: "fascismo"; uno viene drogado, otro satisfecho, otro escéptico; uno baja riendo y al lado otro llorando... ¡qué ancho es el camino que lleva a la nada, y cuántos bajan por él!

La coraza de San Patricio

La coraza de San Patricio 

Me levanto hoy con una fuerza poderosa: la invocación de la Santísima Trinidad, la fe en las tres Divinas Personas y la confesión de la Unidad del Creador de la creación. 

Me levanto hoy con la fuerza de Jesucristo, hijo de María siempre virgen, con la fuerza de su bautismo, la fuerza de su crucifixión y su sepulcro, la fuerza de su Resurrección y Ascensión, y con la fuerza de su retorno, en la Parusía, para hacer Justicia. 

La Contracepción

INTRODUCCIÓN
Muchas veces escuchamos que existen leyes morales que prohiben el acto contraceptivo y algunos de nosotros las aceptamos y cumplimos por fe, mientras que otros las rechazan también por "fe" y el problema es que es rara la persona que se pregunta y que se responde seriamente si está bien o no realizar este acto, si daña a su persona y a su matrimonio, si afecta positivamente o negativamente la forma de ver a la persona humana.

Cuaresma (3)

Cuaresma  

“Las dificultades que presenta el panorama mundial en este comienzo del nuevo milenio nos inducen a pensar que sólo una intervención de lo alto (...) puede hacer esperar un futuro menos oscuro”, escribió Juan Pablo II (Rosarium Virginis Mariae, 49). El cuidado de la paz reclama de cada uno un constante dominio de sí mismo. Si en el corazón de las personas persisten rencores y malquerencias, no puede germinar allí la paz. Se debe purificar el alma del afecto al pecado.

La clave del éxito en el matrimonio

 La clave del éxito en el matrimonio

Castidad conyugal: "Amor triunfal de dos personas sexuadas".

Hablar de castidad en pleno siglo XXI puede parecer chocante y anacrónico. Tal vez porque, erróneamente, ese término suele aludir a un conjunto de negaciones del todo ajenas al amor, hasta acabar por identificarse con la pura y simple abstención del trato corporal.