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La Contracepción

INTRODUCCIÓN
Muchas veces escuchamos que existen leyes morales que prohiben el acto contraceptivo y algunos de nosotros las aceptamos y cumplimos por fe, mientras que otros las rechazan también por "fe" y el problema es que es rara la persona que se pregunta y que se responde seriamente si está bien o no realizar este acto, si daña a su persona y a su matrimonio, si afecta positivamente o negativamente la forma de ver a la persona humana. Pienso y en este capítulo voy a tratar de explicar porqué, que este es un tema serio que todo matrimonio debe de analizar y darle el lugar que corresponde para el bien de su familia.   
Es importante mencionar que este capítulo está inspirado tanto del libro (Etica Generale della Sessualitá, ed. Ares/Milano) como de las lecciones de Carlo Caffara.
Alguna vez una persona me comentó que tenía relaciones sexuales con su novia periódicamente, pero que no sabía si estaba bien o no que ella tomara la píldora, porque le estaba produciendo varios cambios hormonales y además había escuchado que el Papa no estaba de acuerdo con los anticonceptivos, que él estaba pensando seriamente en arriesgarse con los preservativos aunque fueran menos efectivos.
Yo presentía que todo lo que hacía y lo que planeaba hacer no estaba bien, pero no supe decirle porqué.
Entonces me preocupé por conocer un poco más sobre el tema.
Después de haber dedicado un tiempo razonable de estudio encontré algunos argumentos que me convencieron y de ahí me surgió la inquietud de compartirlo con los demás, por eso este capítulo es parte sustancial de mi libro.
QUÉ ES EL ACTO CONTRACEPTIVO
Como base para nuestra reflexión podemos referirnos a uno de los párrafos donde mejor se describe lo que es el acto contraceptivo, lo encontramos en el número 14 de la Encíclica Humanae Vitae del Papa Paulo Vl cuando dice: "queda además excluida toda acción que, o en previsión del acto CONYUGAL, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, SE PROPONGA, como fin o como medio, hacer imposible la procreación.”
Para empezar, quiero dejar claro que el acto contraceptivo, según la definición que acabamos de mencionar es una elección o una decisión, con la que los cónyuges se proponen hacer imposible la procreación, es decir, no es sólo la píldora como algunas veces se piensa, sino puede ser cualquier acto que tenga como fondo hacer imposible la concepción de una nueva persona humana, llámese píldora, cápsula, inyección, preservativo, coito interrumpido o un dispositivo intrauterino. (nota 1) 
(nota 1) Quiero, desde ahora dejar claro que aunque todos los ejemplos que acabamos de dar tienen la característica de ser actos contraceptivos, no son lo mismo porque conllevan efectos secundarios.  Por ejemplo: Una persona que utiliza una píldora anticonceptiva que sabe que tiene efectos abortivos está cometiendo un acto contraceptivo como el que comete el que utiliza un condón y al mismo tiempo está aceptando cometer un posible aborto, por lo tanto también un acto abortivo.
En el campo de la ética lo importante entonces, es lo que uno se propone, lo que uno escoge entre las posibilidades que se le presentan, no lo que sucede, es más, si unos cónyuges deciden tomarse una píldora para que por ningún motivo queden embarazados porque el doctor les comentó que no era recomendable un nuevo hijo para el útero de ella y la famosa píldora falla y al final de cuentas se concibe a una nueva persona humana , de todas formas cometieron un acto contraceptivo idéntico al que hubieran cometido si la píldora hubiese funcionado a la perfección, porque lo que está en nuestras manos son las elecciones, las consecuencias de estas se nos escapan, no del todo ciertamente ya que también somos responsables por lo que sucede con nuestros actos, pero el principal criterio para reconocer si un acto es malo o bueno, es decir nos conduce a perfeccionarnos o a dañar nuestra dignidad son nuestras elecciones libres.
Para tratar de dejar un poco más claro eso del principal criterio podemos añadir el siguiente ejemplo: Ayer fuimos al cine a ver una película que hablaba de la guerra del golfo, en la que un soldado que conducía un tanque decide disparar a otro tanque que salió de la nada y estaba apuntando directo hacia ellos, resulta que ese tanque era aliado suyo y murieron sus soldados. No me puedes decir que cometió el mismo acto el que decide traicionar a un compañero, porque tiene cuentas que ajustar con él, aprovechándose de la situación de la guerra, que este soldado que accidentalmente disparó a su amigo. Sin embargo me parece correcto que asuma las consecuencias de este accidente, es decir que apoye a los familiares de su amigo, que cumpla en lo posible con las responsabilidades que tenía su compañero, etc. Pero no debe asumir la responsabilidad de un asesinato que serían muchos años de cárcel, porque él no cometió un asesinato.
PRESUPUESTOS PARA COMPRENDER LOS ARGUMENTOS.
Es importante que antes de entrar de lleno en el primer argumento sobre la contracepción estar de acuerdo en una serie de presupuestos:
Número uno; siempre que hablemos del acto procreativo nos referimos exclusivamente al acto de poner las condiciones para la concepción de una nueva persona humana. 
Es decir, lo que biológicamente suceda no tiene que ver, si salieron medio defectuosos los espermatozoides, si creían que ella estaba ovulando y en realidad faltaban 4 días, o cualquier otro acontecimiento biológico que haya provocado que no se llegara a la concepción,  moralmente hablando, se realizó un acto procreativo si se pusieron las condiciones para ello, que son tener relaciones conyugales en un periodo que se presume es fértil.
Segundo presupuesto; cuando hablemos de cualquier acto o comportamiento, nos referimos a aquellos que son libres, los demás casos no entran en la reflexión de nuestro argumento a menos que te lo indique expresamente.
Tercero; para poder conocer si una posibilidad es buena o mala es necesario conocer la bondad o maldad de la realización de esta posibilidad, es decir, de cuando deja de ser posibilidad y se convierte en realidad. Por ejemplo: Si quiero saber si es mala o buena la posibilidad de que me de pulmonía debo de conocer lo que es la pulmonía y si concluyo que la pulmonía es un mal y claro que lo es porque es una enfermedad grave, no salgo a la calle en traje de baño durante un día helado y lluvioso a hacer algunas compras en el Centro de la ciudad, porque este acto es dañino para mi persona porque me puede dar precisamente pulmonía. Por lo tanto te repito, la valoración moral de una posibilidad es la misma a la valoración moral de la realización moral de esta posibilidad, la bomba atómica es un mal, por lo tanto la posibilidad de hacerla explotar es también un mal, sacarse varios millones de pesos en la lotería es un bien, por lo tanto la posibilidad de sacársela es un bien y por es bueno comprarse de vez en cuando un boletito.
Cuarto presupuesto; Es importante distinguir entre la elección y el porqué elijo lo que escojo, o en otras palabras entre la intención y la elección. Si quiero que me operen no es porque me encanta que me abran con un bisturí, sino porque quiero recobrar mi salud, en este caso elijo que me operen con el fin o con la intención de quedar sano.
Puede ser que un convicto tenga un comportamiento perfecto pero con la finalidad de salir rápido de la cárcel para vengarse del policía que lo capturó.
También suele suceder que una persona que tiene dinero decida donar un millón de dólares a un asilo, pero lo realiza por amor a Dios y a sus hermanos y otro lo puede hacer para deducir impuestos y quedar bien ante la sociedad y otro por filantropía.
En estos casos la elección es diversa a la intención, en el primero la elección es indiferente (ni buena ni mala moralmente hablando) y el fin o intención es bueno; en el segundo caso la elección es buena, pero la intención mala y en el tercero la elección buena y la intención perfecta, vanidosa o indiferente.
También existen casos en los que coinciden la elección y la intención, se puede decir que es la elección de un fin. Por ejemplo: Amo a mi esposa, porque merece ser amada.
Entonces son dos cosas diversas la elección y la intención, pero ¿cuál es la importante para saber si cometo un mal o un bien?
Redundando más en este tema dada su importancia hay que decir que para determinar si un acto es bueno o malo es necesario ver lo que la persona que lo realiza escoge hacer, ya que como dijimos antes, nuestra elección es lo que verdaderamente está en nuestras manos. Lo que nos puede determinar moralmente es lo que elegimos, no importa si es directamente nuestro fin o es un medio para alcanzar otro objetivo. Por ejemplo si yo doy cinco pesos a una persona que me los pide en la calle con la elección de ayudarlo a remediar su pobreza y un amigo que me vio me comenta que la persona a la que le di el dinero es más rica que él y yo juntos. Entonces no le di ninguna limosna ya que no remedié su pobreza, porque no era pobre, pero moralmente hablando sí di una limosna porque esa fue mi elección. Igual al revés, si yo apunto a una persona y disparo el gatillo de un rifle con la decisión de matarlo y fallo, aunque legalmente sea únicamente un atentado, moralmente es un asesinato.
Para que un acto sea objetivamente bueno es necesario que tanto la elección como el fin y las circunstancias sean buenas, en cambio para que no sea bueno, basta con que una de las tres cosas sea mala.
Voy a tratar de aclarar dos cosas que quizá no quedaron claras en los enunciados anteriores: #1) que quiere decir eso de que lo que elegimos nos determina moralmente y #2) Porqué lo más importante es la elección y no las intenciones o las circunstancias.
Al igual que nuestros padres nos donan una fisionomía física al aportar un óvulo y un espermatozoide que combinándose darán como resultado nuestro cuerpo, así nuestros actos darán como resultado lo que somos moralmente hablando, “Nuestros actos son nuestros padres morales”, más fácil, en base a qué se puede decir: Fulanito es ladrón, o mentiroso o caritativo o bueno o adúltero o asesino, no porque estudió la carrera de caridad o la licenciatura en adulterio, sino por los actos que comete.
En relación a la segunda aclaración, puedo decir que el argumento que comprobaría que nuestra decisión o elección es el centro de la moral es simplemente el sentido común, qué te suena mejor: El día en que se nos juzgue sobre nuestra vida, qué crees que sea lo que nos salve o nos condene, nuestras obras o lo que pasó con nuestras obras, qué te suena más lógico, pues obviamente lo que quisimos hacer porque es lo que depende totalmente de nosotros, en cuanto a lo que sucede seremos responsables de lo que sabíamos o deberíamos de saber que sucedería con nuestra elección pero a fin de cuentas eso va incluido en nuestra elección, lo que pase en el mundo fuera de eso no nos hace culpables o inocentes moralmente hablando, es imposible para el hombre ponderar todas las consecuencias de sus actos antes de realizarlos porque dependen también de otros factores como pueden ser leyes de la naturaleza, percepciones de los demás, etc. Precisamente la semana pasada un amigo español que nunca había visitado México, soltó una palabra que en su país es normal pero aquí es una fuerte grosería y nadie lo bajó de mal educado y realmente es una persona cultísima y jamás dice una grosería, si te fijas la consecuencia de su acto no dependió de él, sino de la percepción de los mexicanos.
Por eso dicen que en el paso a la otra vida nuestro único equipaje serán nuestros actos.
Quinto presupuesto: Es también necesario distinguir el acto de la voluntad al que llamaremos “acto interno” de todos los demás actos a los que nombraremos “externos”. Por ejemplo el acto de la inteligencia, el de escuchar algo, el de ingerir algún medicamento, etc. son actos externos y cualquier elección libre es un acto interno.
En ética no existen actos externos sin internos, pero sí puede haber actos internos que no se manifiesten en actos externos.
Para que quede más clara esta distinción podemos dar un ejemplo:
El hecho de que pase una moneda de mi mano a la mano de otra persona es un acto externo, ahora el acto interno podría ser que le estoy dando una limosna a esa persona, podría ser que le estoy pagando para que asesine a un enemigo mío, podría ser que lo estoy corrompiendo para que me de preferencia en un concurso, etc.
En cambio yo puedo odiar a una persona y no realizar ningún acto externo para manifestarle esa actitud interior que tengo hacia ella, sin embargo no es bueno que permita que el odio reine en mi interior en lugar de buscar el perdón, por lo que al yo fomentar ese odio en mi voluntad, no realizo ningún acto externo, pero sí uno interno 
Es importante recordar que esta distinción se refiere únicamente a actos éticos, es decir libres.
Después de esto queda por responder el siguiente interrogante ¿No hay acto externo sin interno, pero puede haber interno sin externo? La respuesta a esta pregunta es el sexto presupuesto.
Sexto presupuesto: Otra distinción que hay que observar es la de bondad inteligible y la de bondad sensible, la primera es aquella que únicamente puede ser percibida por la razón y la segunda también es percibida por los sentidos. Por ejemplo, el día de mi cumpleaños una prima llevó un pastel que se veía ralamente bueno pero escaso, éramos como 12 personas y yo me podría haber comido fácil la mitad por el sabor que tenía y su reducido tamaño. Había dos bondades que descubrí, la primera fue la sensible que me decía: “Ese pastel es un bien para mí y por lo tanto voy a buscar que me toque el pedazo más grande aunque otros se queden sin probarlo” La segunda bondad era ésta: Estoy dispuesto a tomar pedazo pequeño para que alcance para todos que mis invitados también merecen una parte del pastel.
(Relacionando el pastel con las riquezas: a veces éstas están mal distribuidas y es porque algunos nada más le hacen caso a las bondades sensibles, ven únicamente lo que es un bien para ellos y se olvidan de los demás, sin embargo también conozco gente que es capaz de tener un pedazo más pequeño del pastel de las riquezas para que otros reciban algo, es más hay algunos que hasta buscan cocinar un pastel cada vez más grande con la intención de poder distribuir un poco más a los demás. Este ejemplo del pastel nos ayuda también a ver que las cosas materiales siempre van a causar problemas a la hora de dividirlas ya que son limitadas, es decir si a uno le toca más a la fuerza al otro menos, a la hora de distribuir los recursos de un país o la herencia de una familia va a pasar como con el pastel. Para acabar con este presupuesto acabo de recordar otro ejemplo muy claro, el martirio, su bondad sólo la puede percibir la razón, es una bondad enteramente inteligible, es más los sentidos lo repelen. 
Por lo tanto, la bondad sensible es la que descubre en su objeto un bien para mí y la inteligible la que deja al objeto en su alteridad reconociendo que es un bien en sí mismo, que viene respetado y en lo posible promovido. Aquí lo importante es actuar de acuerdo al ser con el que me relaciono. Si es algo que merece ser utilizado, está bien que lo vea como un bien para mí y me sirva de él, en cambio si es por ejemplo una persona, merece ser respetada por su dignidad y no debo de convertirla en un objeto a mi servicio, sino reconocer su valor y buscar su bien aunque a veces haya que sacrificar el mío.) (Nota relacionada al tema)
Séptimo presupuesto: Hay que reconocer la doble bondad inteligible del acto conyugal. En primer lugar encontramos la bondad de la procreación que como dijimos, consiste en lo bueno que es poner las condiciones para la concepción de una nueva persona humana y esto es siempre un bien porque ya acordamos en el tercer presupuesto que la posibilidad de algo se valora conociendo la realización de esa posibilidad que en este caso es ni más ni menos que una nueva persona humana, un bien infinito.
Entonces, la procreación como dijimos es poner las condiciones para la concepción de una nueva persona humana, en realidad es simplemente una posibilidad, porque a lo mejor un matrimonio tiene relaciones conyugales en un periodo que presumen fértil y además no tienen problemas de esterilidad, sin embargo por “x” o por “y” no conciben un hijo. Por eso podemos decir que la procreación éticamente hablando es una posibilidad, sin embargo es una posibilidad que para nada es remota, no es como la posibilidad de ganar un sorteo en el que participan dos millones de personas, sino que es como la posibilidad de que no llueva en un día soleado, a lo mejor llega un temporal y llueve, pero lo más probable es que no cambie el clima.
Como la realización de la posibilidad de la procreación es una nueva persona humana y la persona humana es siempre un bien infinito, la procreación es siempre un bien infinito.  
Habría que preguntarnos porqué se dice que una persona humana es un bien infinito, existen muchos asesinos, violadores, tramposos, mentirosos, dictadores abusivos, etc., yo no creo que ellos sean un bien.
Para responder a esto podemos poner un ejemplo: Si tengo un cheque de diez mil pesos que me acaba de pagar un cliente moroso puedo usarlo para varias cosas, pero cabe la posibilidad que mañana se incendie mi empresa que no he asegurado, y me quede en la calle y caiga en una depresión y utilice este dinero para comprar la pistola con la que me voy a suicidar.
¿Porque exista esa posibilidad, conviene que rompa ese cheque?
Claro que no porque este dinero es un bien, independientemente de lo que se haga con él. Pues igual sucede con una nueva persona humana, es un bien independientemente de lo que haga después con su libertad. A nadie se le puede decir, es un mal que tú seas, sí se le puede decir es un mal lo que estás haciendo o las consecuencias de que tu seas son malas.
Voy a poner otro ejemplo para que quede más claro:
Hace poco en la ex Yugoslavia estaba la guerra en su máxima intensidad yo creo que las mujeres que estaban dando a luz en esos meses hubieran preferido tener a sus hijos en otra ocasión porque su parto les impedía atender a su familia, le dificultaba huir y la vida y alimentación de la nueva criatura no estaban para nada aseguradas, pues bien no se le podía decir a ese nuevo bebé, es un mal que tu seas, sí se podía decir que las consecuencias de tu existencia han dificultado las cosas.
¿Cuál es la diferencia?
El que venga a la existencia un ser con inteligencia y voluntad, con la capacidad de convertirse en hijo de Dios, con libertad, etc., es siempre un bien infinito, porque un ser con esas características es más valioso que todo el oro del mundo, ya que el oro es una piedra que brilla bonito, maleable, etc., pero es incomparable con un ser inteligente y libre. 
Estoy conciente que si esto se le dijera a una mujer pro-aborto o a un matrimonio que va a tener un hijo en la guerra y me dirán que es una tontería.
Por eso aclaré que se trata de una bondad inteligible que muchas veces no se puede percibir con los sentidos, como el martirio, sin embargo es la verdad y prueba de ello son los testigos que han dado su vida por otra persona, como Maximiliano María Kolbe, o como tantas madres que han muerto por sus hijos o un sinnúmero de personas que han arriesgado su vida por otros.
La verdad no la vamos a descubrir con el estómago, ni satisfaciendo nuestras pasiones desordenadas y prueba de ello son las vidas de los grandes “ídolos” que se han entregado a esto que en la mayoría de los casos acaban drogados, sin poder formar una familia estable o suicidándose. En cambio con la inteligencia o la conciencia, como le queramos decir, es la luz del hombre, es su verdadero ojo, que si se pierde se caminará en tinieblas.
Hace como un mes y medio asistí a la boda de un amigo que se la pasó llorando durante toda la ceremonia, sus familiares estaban conmovidos al ver a un hombre tan fuerte como él llorando, su madre decía, “mi hijo es de los que se toman en serio el matrimonio” y se sentía orgullosa de él, sin embargo otros dos amigos suyos y yo sabíamos porqué lloraba, lo que pasa es que unos días antes unos compañeros de su colegio le organizaron una despedida de soltero en las Vegas y le contrataron una prostituta encerrándolo con ella en una recámara. El día anterior a la boda desayunamos juntos y nos platicó que aunque ya se había confesado se sentía, perdóname que lo diga en los términos que utilizó él, “caca” de haber manoseado a otra mujer cuando le iba a jurar fidelidad y una donación total a su esposa en unos días. Yo también me la pasé llorando en esa boda, porque palpaba el enorme arrepentimiento que reinaba en el corazón de mi amigo.  
A lo mejor mi amigo descubrió un bien sensible en el placer de tener relaciones con una prostituta, pero no quiso ver el bien inteligible de guardarle fidelidad a su futura esposa y al final de cuentas predominó en su vida el inteligible y se arrepintió de lo que hizo.
Pienso que la principal fuente de nuestros errores y de nuestros pecados es la inteligencia, pero siempre que hacemos algo mal hay una gran influencia de nuestros sentimientos que nos hacen desconfiar de lo que nuestra inteligencia nos dice que deberíamos de hacer, sin embargo a veces sí hay que hacerle caso a los sentimientos, si te va a atropellar un coche no conviene ponerse a pensar sobre la bondad o maldad de quedar estampado en un parabrisas, sino que simplemente uno se siente en peligro y se quita. 
Lo importante es integrar nuestras dimensiones, es decir que las facultades superiores (inteligencia y voluntad) estén sobre las inferiores (Psique y físico).
Se trata de integración, no de destrucción de las inferiores, pero no voy a dar toda una explicación, porque nos desviaríamos mucho del tema, con una frase basta para meditar: “Es mejor amar con pasión, que sin ella, pero jamás convertir el amor en pasión”
Regresando al tema recordamos que éste séptimo presupuesto nos dice que la procreación es siempre un bien, porque la posibilidad de traer a la existencia a una nueva persona humana es siempre un bien, porque la persona humana es siempre un bien. 
Ahora me falta explicar la bondad unitiva del acto conyugal. Parto de la experiencia que tenemos y observamos de la existencia de una profunda y recíproca atracción entre el hombre y la mujer que nace de otra profunda experiencia de soledad, de una pobreza del propio ser, de percibirse como incompleto y por otro lado buscamos completarnos, llenar ese vacío y nos damos cuenta que ese espacio sólo puede ser colmado con el encuentro con una persona humana del otro sexo. Por eso esta bondad inteligible del acto sexual consiste en la donación y aceptación recíproca que crea una comunión interpersonal que como consecuencia cubre el espacio dejado por la experiencia de soledad.
Entonces la bondad del acto sexual es bidimensional, es unitiva y procreativa.
Vicente- De acuerdo, no es tan difícil aceptar que el acto conyugal tiene una bondad unitiva que acompaña a la procreativa.
Octavo presupuesto, por cierto el más importante para mi gusto: “El bien inteligible se debe de querer inteligentemente, pero jamás se debe de ir en contra de un bien”, es decir, hay circunstancias en las que no sólo es lícito no realizar un bien, sino que no se debe realizarlo. Por ejemplo un padre de familia no debe dar una limosna, si el único dinero disponible que posee es el que va a utilizar para alimentar a su familia. Aunque dar limosna siempre sea un bien, hay circunstancias en las que no se debe realizar ese bien, pero tampoco se debe de actuar en contra de ese bien siendo unos avaros y desinteresarnos del bien social y regañando a cada persona que vea dando limosna.
Otro ejemplo:
El lector estará de acuerdo que hacer deporte es bueno.
Entonces qué hace aquí leyendo este artículo, debería estar corriendo en Chapultepec.
Es que no es el momento.
No debe de realizar el bien de hacer ejercicio en este momento, porque las circunstancias no son adecuadas para eso, sin embargo el que las circunstancias no sean adecuadas no justifica nunca actuar en contra del bien de hacer ejercicio. Sin embargo, estaría mal el que para evitar que se corra en Chapultepec, consiga a varios amigos para que apunten los escapes de sus coches mal afinados hacia la pista, o poner insectos venenosos y tachuelas en el camino de los corredores.
Entonces es a veces lícito no realizar un bien, lo que nunca es lícito es ir en contra de un bien.
Último presupuesto: Debemos también tener claro que es diferente hablar de maldad o bondad objetiva y subjetiva, una cosa es conocer si cierta elección tiene como objeto un bien o un mal (aquí hablamos de moral objetiva) y otra cosa es saber si el que cometió ese acto es culpable o no (se trata de moral subjetiva).  
Se puede realizar un mal y no ser culpable, yo puedo elegir un comportamiento que es siempre y ante cualquier circunstancia malo y no saber que es malo y realizarlo, sin lugar a dudas en este caso cometí un mal, pero no es imputable a mi persona.
Quizá en la mente del lector esté la siguiente reflexión: “Entonces conviene no conocer qué es bueno y qué es malo.”
Hay ignorancias culpables y otras invenciblemente erróneas que veremos después, pero recuerde que la moral no está ahí para amargarnos la vida, sino al contrario es un medio, es el camino para ser felices, como decía un anuncio en la televisión hace algún tiempo: “si las cosas que valen la pena fueran fáciles, cualquiera las haría” y si quiere le podemos modificar un poquitin de la siguiente manera: “ Si los actos que nos llevan a la felicidad fueran fáciles de realizar, no habría problemas en el mundo”
ARGUMENTO ÉTICO SOBRE LA MALDAD DEL ACTO CONTRACEPTIVO
Voy a tratar de realizar un juicio moral sobre la acción que en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se propone como fin o como medio hacer imposible la procreación. A esta acción se le llama también acto contraceptivo.
El acto contraceptivo se desarrolla de la siguiente manera: La voluntad elige realizar la bondad de un acto sexual conyugal en un periodo fértil por la sencilla razón de que la inteligencia le está mostrando la bondad de cumplirlo y por otro lado se hace una segunda decisión, en la que la voluntad quiere destruir la fertilidad presente en el acto sexual porque la razón le está mostrando un mal a combatir.
Son dos actos diversos, los esposos por un lado descubren que es bueno unirse sexualmente para manifestarse su mutuo amor y por supuesto que no se han equivocado porque es verdaderamente bueno. Pero la inteligencia, influenciada por los sentimientos, descubre algo que le está estorbando y le dice por ejemplo a Carlos, “mira tú que quieres demostrarle tu amor a Cecilia, pero ambos son fértiles en este momento, es posible que como fruto de esta relación tengan un hijo que no conviene en este momento, qué te parece si destruimos el estorbo de la fertilidad. Vamos a proponerle a Cecilia el utilizar anticonceptivos”.
Entonces en el acto anti-procreativo se realizan tres actos:
a) El acto de la razón.- Que consiste en un juicio que dice así; Poner las condiciones para la concepción de una nueva persona humana es un mal.
b) El acto de la voluntad que consiste en la elección de destruir la posibilidad de esa concepción independientemente de tener o no fines nobles.
Esto de fines nobles o no, quiere decir que a lo mejor no quiero tener hijos porque sería la cuarta cesárea de mi esposa o a lo mejor no quiero porque ella se va en seis meses de vacaciones a la playa y no se quiere ver gorda.
c) El acto externo.- que puede ser tomar una pastilla o utilizar un preservativo, espuma, inyectarse, eyacular fuera de la vagina, etc.
Como dijimos en algún presupuesto: Da igual el acto externo que se realice, en todos se comete un acto contraceptivo, pero se puede añadir un acto abortivo si se sabe o se debería saber que el contraceptivo que se utilizó tiene efectos destructivos para el posible embrión. 
Ahora trataré de redundar un poco más en estos tres actos para entender el argumento:
EL ACTO DE LA RAZON. Es un juicio que dice que es un mal que este acto sexual pueda dar origen a una nueva persona humana. A fuerzas tuve que haber hecho este juicio porque si lo considerara un bien no destruiría la fertilidad. Ahora ¿Este juicio es verdadero o falso? es decir, ¿la posibilidad de que venga a la existencia una nueva persona humana es en sí mismo bueno, malo o depende de las circunstancias?
Como comenté en alguno de los presupuestos, para valorar una posibilidad hay que valorar la realización de esta posibilidad. Por lo tanto el juicio presente en el acto anti-procreativo es falso porque, como también comprobamos en algún presupuesto, el que una persona humana sea, siempre es un bien y no cualquier bien, las consecuencias de que una nueva persona humana sea, pueden ser buenas o malas, pero el hecho de que sea, siempre es bueno, jamás es lícito decir a alguien: Es un mal el que tú seas.
Indiscutiblemente en el acto anti-procreativo se considera que es un mal que una persona humana sea ya que se destruye positivamente la posibilidad de que venga a la existencia.
Alguno podría decir que en general se puede pensar que es un bien que la persona humana sea y en un momento de dificultad recurrir a la contracepción.
Una persona puede pensar que la vida humana es un valor absoluto y un día se topa con un hijo no deseado y lo aborta, o con una persona que verdaderamente le causa problemas y lo mata, es decir encuentra las circunstancias adecuadas para cambiar su forma de pensar, si sucede eso es que es falso que piense que la vida humana era un valor absoluto, sino que simplemente nada ni nadie había llegado al precio que él le ha puesto a la vida humana, hasta que llegó este hijo no deseado o la persona problemática. En otras palabras para esa persona la vida humana tiene un precio y por lo tanto no tiene un valor absoluto, aunque done un millón de dólares al centro pro-vida o a los niños desnutridos de África.
Este error en el juicio(“Es un mal que esta persona humana sea”) que inevitablemente se da en los cónyuges que cometen un acto contraceptivo puede ser provocado por varias circunstancias: banales, como por ejemplo si me embarazo pierdo mi figura, o serias, por ejemplo, una profunda confusión interior provocada por una guerra, pobreza o  enfermedades de los padres, que nos llevan a pensar que es un mal que una persona humana sea en este momento o en cualquier momento y por eso destruimos esa posibilidad, ya que si pensáramos que el que una persona humana sea, es un bien y las que son un mal son las consecuencias de que una persona humana sea, no destruiríamos la fertilidad, sino que simplemente no cumpliríamos el acto sexual conyugal en periodo fértil porque como dijimos destruir una posibilidad es como destruir la realización de esta posibilidad.
Por lo tanto las circunstancias no pueden transformar en un bien aquello que es un mal, éstas pueden disminuir o casi desaparecer la culpabilidad del que actúa pero nunca van a transformar la naturaleza del objeto que elige la voluntad, que en este caso del acto contraceptivo es destruir la posibilidad de que una persona humana venga a la existencia.
EL ACTO DE LA VOLUNTAD. En el momento que se piensa que es un mal el que una nueva persona humana sea, no hay razón para no realizar el acto sexual conyugal que es un bien en cuanto tal y destruir la fertilidad que es un mal que nos está estorbando.
EL ACTO EXTERNO. Simplemente se toma una pastilla anticonceptiva o se coloca una espuma o un preservativo, se pone una inyección, etc.
Con esto queda demostrado que el acto contraceptivo es un mal objetivo, ya que es un acto que va contra una bondad intrínseca de la persona humana, su acto de ser, es decir, la inteligencia considera un mal que una persona humana sea y la voluntad actúa en consecuencia.
DOS OBJECIONES AL ARGUMENTO
1) Dijimos que en el fondo la voluntad anti-procreativa, se da porque la razón ha juzgado como un mal la presencia de la fertilidad. La ética general enseña que si se actúa en conformidad con la razón no se actúa mal, por lo tanto el que comete un acto contraceptivo no actúa mal.
2) En alguna parte del argumento mencionamos que en ocasiones es moralmente lícito no realizar el acto sexual conyugal en los periodos fértiles y realizarlo en los infértiles. ¿Qué diferencia tiene esto con el acto contraceptivo, si es que la tiene? 
La respuesta a la primera objeción es que existen juicios racionales falsos y verdaderos. La verdad o falsedad de estos juicios, ciertamente no dependen del grado de certeza que se tiene. Podemos estar absolutamente ciertos en afirmar una mentira como verdad y absolutamente dudosos en afirmar una verdad.
Entonces siempre que la persona elige un mal, sabiendo o no que es un mal, comete un mal objetivo, por eso la voluntad contraceptiva es siempre injusta.
Por ejemplo: Yo puedo no tener miedo a equivocarme en afirmar que la tierra es cuadrada, sin embargo es redonda, o lo contrario, puedo decir, creo, pero no estoy muy seguro, que la tierra es redonda. Independientemente de que esté seguro o dudoso de su redondez es redonda y punto. Por eso esté conciente o no de que el acto contraceptivo es un mal es un mal y al elegirlo realizamos un mal.
Ahora, un problema muy distinto es conocer si la persona, que realiza este acto malo, es culpable o no. Y para solucionar esto hay que ver si la persona es culpable o no de haber caído en el error de considerar un mal el que una nueva persona humana venga a la existencia.
Ciertamente es muy difícil para un observador externo el saber quién es culpable o no, pero hay unos criterios, bastante objetivos, que nos pueden ayudar a descubrir nuestra responsabilidad.
Se es culpable de estar en el error si se cae en cualquiera de los siguientes tres puntos.-
a) Porque intencionalmente no se quiere saber la verdad, para no comprometer la libertad.
b) Porque se es negligente en buscar las verdades, que tiene el deber de intentar conocer para llegar a su fin último.
c) Porque no escucho, por cualquier razón al que tiene la autoridad de guiarme hacia la verdad.
Por lo tanto si caigo en uno o varios de los tres puntos anteriores no sólo cometo un mal, sino que soy moralmente culpable.
Si la razón cae en el error por una causa diversa a las mencionadas, realiza un mal, pero no es culpable de ello.
La respuesta a la segunda objeción implica en primer lugar una atenta reflexión personal para distinguir la diferencia entre un acto no pro-creativo y uno anti pro-creativo. A continuación trataré de ayudarte a comprender con unas ideas que nos pueden ayudar mucho.
A manera de introducción  puedo dar un ejemplo que nos  ayude a ir intuyendo la diferencia entre los dos actos.
Una persona que elige la vida consagrada en el sacerdocio que como sabemos, en algunos países implica renunciar al matrimonio, puede realizar dos tipos de elecciones, la primera sería elegir la vida consagrada y no la vida matrimonial, la segunda sería una decisión de seguir la vida consagrada y anti matrimonial.
Entonces: Decisión uno.- Vida consagrada-no matrimonial, decisión dos.- vida consagrada anti matrimonial. 
En el primer caso (decisión de vida consagrada no matrimonial) se renuncia definitivamente la vida matrimonial, sin embargo se la sigue considerando como un bien y por ello se le promueve, se le defiende, etc. En el otro caso (vida consagrada, decisión anti matrimonial) se excluye definitivamente la vida matrimonial porque se le considera un mal y se busca destruir ésta institución con críticas, comentarios, omisiones, escritos, etc.
Otro ejemplo puede ser el de la persona que está a dieta y decide no comerse un delicioso pastel de chocolate, pero no niega la bondad de ese pastel; o el que se auto engaña y dice ese pastel es malísimo, tiene unos ingredientes de pésima calidad y hace mucho daño, por eso no me lo como, es más lo mejor es tirarlo a la basura y que nadie lo pruebe, no vaya a ser que se enfermen.
Este ejemplo del pastel nos ayuda a observar dos comportamientos aparentemente iguales (no comerse el pastel porque se está a dieta) pero esencial mente diversos, uno no comérselo pero respetar su valor, el otro no comérselo y destruirlo.
Después de estos breves ejemplos podemos pasar a identificar la diferencia fundamental entre los dos actos. La voluntad no pro-creativa es un movimiento que elige no realizar el bien de la procreación, pero no va en contra de él y la voluntad anti pro-creativa, es aquella que se propone como fin o como medio destruir el bien de la procreación, eliminarlo temporal o definitivamente por considerarlo un estorbo.
Para que quede aún más claro, podemos hablar de una experiencia que todos tenemos. Cuando tenemos que escoger, no se nos presenta sólo un bien, sino muchos bienes posibles y excluyentes, en estos casos, que son la mayoría, (En los pocos que no hay que elegir ni entra la ética) es necesario escoger un bien y descartar otro u otros.
Esto es en razón de que somos seres limitados y hay que reconocerlo y no caer en el error rigorista de que debemos de realizar siempre todos los bienes.
Entonces, podemos llegar a la comprensión de que el poner las condiciones para la concepción de una persona humana es un bien operable, por ello, juzgarlo un mal es un error e ir en contra de él con la voluntad es siempre un mal. En cambio, como se dijo se trata de un bien inteligible y por ende debe de ser querido inteligentemente, es decir, debe realizarse en las debidas circunstancias y cuando no las hay no sólo no se debe cumplir, sino que en ocasiones se tiene el deber de no poner dichas condiciones, pero como ves hay un abismo de diferencia entre la voluntad no pro-creativa, que no quiere lo que juzga un bien, porque no existen las circunstancias para realizarlo y la voluntad que no quiere aquello que juzga un mal.
Como consecuencia entendemos porqué es éticamente permitido el recurso de tener relaciones conyugales en los periodos que se presumen infértiles y dejar de tenerlas en los fértiles por causas razonables, aunque hay que tener cuidado ya que como también mencionamos en algún presupuesto, cabe la posibilidad de realizar un acto interno sin externo y tener una voluntad anti pro-creativa que no se manifieste porque se utilice este recurso (periodos infecundos), lo cual también sería un mal y por ello, éticamente prohibido.
(Con esto se puede decir que hemos desarrollado el primer argumento contra la contracepción, el argumento ético, sin embargo supongo que pueden quedar dudas en algunos lectores, por ello les recomiendo reflexionar el libro “Etica Generale della Sessualitá” de Carlo Caffarra editado por Ares/Milano, de donde me basé para describir este argumento.
Por último hay que decir algo de grandísima importancia y es que los argumentos que vamos a ir estudiando y en especial el que acabamos de ver, se basan en verdades inteligibles, en un reconocimiento intrínseco del valor del ser, en este caso de la persona humana, es decir, en valores morales que seguramente son valores ilimitados que no se deben transgredir porque de hacerlo nos desviamos de nuestro fin último, rompemos el orden del ser instituido por el creador, destruimos nuestra fisonomía moral que es lo que no se va a ir al panteón el día de nuestra muerte, en pocas palabras al destruir ese orden moral causamos un mal infinito, el problema es que en principio ese mal no se percibe con los sentidos y por ello puede ser que no se le de importancia y por eso encontramos gente que dice: Sí todos esos argumentos son muy bonitos, pero la vida no es así, sino que si yo tengo una dificultad y me dicen que no debo realizar un acto contraceptivo, a mí lo que me interesa es resolver mi problema y el mal moral se puede ir muy lejos. Si se piensa de esta manera, de nada sirve dialogar, porque jamás llegaremos a un acuerdo debido a que en el fondo quien piense así no reconoce un valor intrínseco e ilimitado en la persona que nadie tiene el derecho de transgredir y por ello todo acto con más o menos razones proporcionales que más o menos lo justifiquen será permitido y al final de cuentas viviremos con la ley del más fuerte donde se rompe la base de la convivencia entre las personas y reina la desconfianza y el pisar al otro cuando se presente la oportunidad.)
ARGUMENTO ANTROPOLOGICO
Para comprender este argumento debemos reflexionar atentamente sobre la verdad interior del amor conyugal, la cual no es posible entender si antes no conocemos la verdad interior del amor humano.
Por verdad interior entiendo decir  la esencia, lo que verdaderamente es. Y digo verdaderamente es porque precisamente el amor humano y el amor conyugal se han confundido con muchas otras cosas. Me imagino la típica película donde dos se conocen y el mismo día acaban en la cama y después al despertar ella le pregunta cuál es tu nombre y él contesta entre música y después desaparece. Según ellos esa noche hicieron el amor cuando en realidad yo creo que deshicieron el amor.
Lo primero que debemos preguntarnos para entender la esencia del amor humano es: ¿Cuál es el vínculo más profundo y originario que une a las personas humanas entre ellas?
Pueden haber muchos vínculos entre los seres humanos, por ejemplo el hablar la misma lengua, el pertenecer al mismo país, el simpatizar con el mismo equipo de fútbol, etc., pero ¿Existe algún vínculo que une a las personas en cuanto tales, sin importar sexo, edad, nacionalidad, equipo de fútbol, ni nada, es decir, un vínculo que tenga la capacidad de unir a una persona con cualquier otra? 
El ser personas humanas., La común pertenencia a la misma humanidad en el modo propio de ser persona.
Pero hay que tener cuidado, porque esta afirmación nos puede introducir en una reflexión no exacta donde pensaríamos que el hombre es simplemente el caso particular de la ley general. Donde la ley general es que los individuos de la misma especie se sienten vinculados entre ellos, es decir, "El lobo no se come al lobo", por lo tanto al ser los hombres de la misma especie se crea el vínculo del que hablamos. 
En realidad en la persona humana se da una experiencia única, y mucho más profunda que la de pertenecer a la misma especie, ya que el vínculo que experimentamos por ser personas humanas se da siempre con la mediación de un conocimiento-conciencia que la persona humana tiene de sí misma.
¿Cómo que conocimiento-conciencia?
Hablamos de conocimiento-conciencia porque en una primera instancia el objeto de él conocimiento es el mismo conocedor (la persona particular que está por hacer la experiencia de pertenecer a la misma especie). 
Hay experiencias cotidianas muy misteriosas en las que uno tiene conciencia-conocimiento de que no forma solamente parte de un todo, uno no se percibe únicamente como parte de una especie biológica, no es un número de una serie, sino que estas mismas experiencias generan en nosotros la conciencia-conocimiento de que somos algo único, irrepetible.
Por ejemplo: La experiencia de que cuando está por morir un ser querido, no se le puede consolar diciéndole que no se preocupe porque hay muchos millones de personas más.  O si una novia se encuentra abandonada por su novio en la iglesia el día de su boda, no se le ofrecen cinco candidatos de entre los solteros asistentes a la celebración para que sustituya al novio. Para un hijo no es lo mismo el que su padre sea su padre o lo sea el vecino, todo esto lo sabemos y por eso nos experimentamos como insustituibles.
Entonces frecuentemente hacemos la experiencia de ser algo insustituible, como un absoluto, algo único. A este ser absoluto y único se le conoce en ética como dignidad de la persona humana.
Por lo tanto, la dignidad de la persona humana es aquello que hace que cada persona humana sea algo único e insustituible. Y lo contrario a la dignidad humana es ponerle un precio, es decir considerar a la persona humana como algo limitado, que se puede cambiar por dinero, conveniencias, políticas, etc. Las cosas se pueden comprar, pero la persona humana nunca.
Una reflexión que podemos extraer de esto, es la conciencia de la grandeza de nuestra dignidad y al mismo tiempo de su gran fragilidad, la dignidad humana puede ser violada en cualquier momento por la libertad. Yo me puedo tratar y puedo tratar a otros como menos que persona.
Me platicaron que en algunos hospitales del seguro social ligaban a algunas mujeres que acababan de dar a luz, sin ni siquiera consultarlas, si esto es verdad, no cabe duda que se trata de una violación a la dignidad de las víctimas de esto, y qué decir del aborto, donde se le pone un precio a la nueva persona humana.
Estos pensamiento nos introducen a la segunda parte de nuestro estudio sobre la verdad interior del amor humano y es que la persona se da cuenta que no vive sola, sino que vive con otros y ¿quiénes son los otros? Descubrimos a través de nuestra experiencia y nuestra razón que la dignidad del otro es igual a la mía, sabemos que lo debido a nosotros mismos es debido a los demás seres humanos. Por eso no debemos de negar al otro lo que es debido a nosotros mismos.
Como dice Sto. Tomás de Aquino: El amor a sí mismo es la medida del amor al otro. Y es que la persona descubriendo su dignidad, descubre lo debido a sí mismo en cuanto persona y luego descubre lo debido a cada persona que es lo mismo que uno mismo en cuanto a dignidad se refiere.
Cuando nosotros aceptamos esta verdad con nuestra inteligencia y nos adherimos a ella con nuestra libertad se genera la sociabilidad humana, el vínculo entre las personas humanas.
Cuando uno se aleja de este vínculo se rompe la sociabilidad humana y generalmente se da de dos maneras:
1) La negación de la existencia de la dignidad de la persona humana: Sus máximas expresiones son el racismo, la esclavitud y el aborto.
En estos casos se dice el negro, el esclavo y el embrión no son personas humanas y por lo tanto no tienen dignidad, son sustituibles por una buena excusa.
2) El no reconocimiento práctico de esta dignidad. Aunque teóricamente acepte lo que acabamos de decir, en la práctica trato a otros como menos que persona.
Con lo escrito en los renglones anteriores podemos definir la verdad interior del amor humano: Es el reconocer la dignidad de cada persona humana con nuestra razón y con nuestros actos. Ser prójimo de cada persona humana.
El amor así entendido es un acto espiritual en su esencia, porque es un acto del intelecto que reconoce al otro como igual a mí y de la voluntad que ama lo reconocido (cada persona humana).
El siguiente paso de nuestra reflexión es, como dijimos, comprender la verdad interior del amor conyugal. 
Lo primero que podemos decir es que el amor conyugal es mucho más que el amor humano. ¿En qué consiste este mucho más? Se trata de amar al otro no sólo por ser persona, sino porque es esta persona, es persona porque es único e irrepetible, pues se trata de amar lo que le hace ser único e irrepetible, que es algo diverso de lo que hace ser únicas e irrepetibles a todas las demás personas humanas.
En otras palabras, la verdad interior del amor conyugal consiste en amar a esta persona humana, porque es esta persona humana y no otra. Si hablamos de amor interpersonal, todos son mi prójimo, pero en el amor entre esposos no se ama igual a todos, sino que se ama a una persona más que a las otras, se ama lo diverso, lo único, lo irrepetible, y eso no es una parte del amado, sino toda la persona humana del amado, es el amado.
La siguiente pregunta que nos tenemos que hacer es ¿Cómo sucede el descubrimiento del valor de la singularidad del otro? o visto desde el otro lado, ¿En qué modo la persona revela su singularidad?
Aquello que hace que esta persona sea esta persona es su cuerpo. El principio de individuación es el cuerpo, no el ser persona, ya que eso es debido al espíritu, pero el ser esta persona es debido al cuerpo. El cuerpo es el lenguaje a través del cual la persona revela su singularidad. Nos reconocemos diferentes gracias a nuestro cuerpo.
Qué hermosa forma de ver el cuerpo, no como un objeto, o un instrumento para alcanzar nuestros fines, sino como lo que somos, la expresión de nuestro espíritu.
¿Conoce la Piedad de Miguel Ángel?
Pues ahí tiene un ejemplo que con la debida distancia nos aclara la realidad que estamos tratando de describir. Si analizáramos el pedazo de mármol en el que está esculpida La Piedad nos daremos cuenta que tiene la misma composición que el mármol del baño de una recámara, sin embargo La Piedad de Miguel Ángel tiene un cristal antibalas y el baño no, ¿Porqué? porque La Piedad tiene un valor infinitamente mayor que el baño. ¿Y qué le da ese valor? Pues la gran inspiración de Miguel Ángel.
Ahora, si se da cuenta La Piedad no representa la inspiración de Miguel Ángel, es la inspiración de Miguel Ángel, ese pedazo de mármol  esculpido es la inspiración. Nuestro cuerpo es también nuestra persona, es más ahí está toda nuestra persona, como La Piedad es toda la inspiración de Miguel Ángel, por eso si a alguien le entregaras La Piedad de Miguel Ángel no le entregas sólo un pedazo de mármol, le entregas también la inspiración de Miguel Ángel, al igual si se le entrega al esposo o a la esposa el cuerpo en una relación conyugal, no se le entrega carne y hueso y un trozo de pescuezo, sino toda nuestra persona (cuerpo y espíritu).
Pero dicen que los artistas nunca están conformes con su obra porque su inspiración es mayor a su obra.
Pero en este caso el autor es Dios y El no tiene límites que le impidan crear exactamente lo que quiere, por eso nuestro cuerpo es el lenguaje exacto de nuestra persona.
Pero si alguien está muy feo es que Dios tuvo pesadillas la noche que lo creó o qué.
Alguna vez ha visto una pintura del Greco por ejemplo, utiliza unos modelos bastante feos lo que hace que el cuadro no sea bonito para los ojos, pero contiene una muy hermosa inspiración que lo convierte en una obra de arte, sucede lo mismo con las personas humanas, con una variante, la pintura del Greco así se va a quedar, nosotros no, sino que nos perfeccionaremos y nuestro cuerpo será glorioso como el de Cristo resucitado, nuestros defectos y limitaciones van a quedar superados parte en esta vida si nos esforzamos y el resto en la vida eterna.
Entonces, lo que hace que esta persona sea esta persona es su cuerpo.
La persona revela su singularidad a través del cuerpo y así puede ejercitar una atracción hacia otra persona, presentándose como un bien.
¿Cómo de que así puede generar una atracción?
Nuestra singularidad es un bien, lo que nos hace esta persona humana y no otra es algo bueno, porque fue creado por Dios, sin embargo gracias a Nuestro Señor, no todos perciben ese bien como su bien, es un hecho que la singularidad de Juanita Pérez o Chuchita Gomiz es un bien, pero yo por lo menos no descubro en su singularidad un bien para mí, con el que me podría casar, en otras palabras no me atraen, sin embargo a sus esposos sí los atrajeron.
Entonces ¿puedo ir tras las mujeres que me atraen porque son un bien?
Las personas que le atraen se puede decir que formaron el círculo de las candidatas a ser tu esposa, sin embargo como somos limitados sólo nos podemos entregar totalmente a una, porque si nos ofreciéramos a otra dejaríamos de entregarnos totalmente a la primera porque le daríamos parte a la otra, pero eso lo veremos en otros párrafos.
También hay que recordar que como esta atracción se da a través de cuerpo, implica la dimensión psicofísica, que debe de integrarse a la espiritual.
Esto quiere decir que no es sólo un bien inteligible el que veo en la singularidad del otro, sino también un bien sensible, por lo que debo tener cuidado para que todo se quede en su lugar y no ponga el bien sensible sobre el inteligible y convierta al otro en un objeto en lugar de persona humana.
Estoy escribiendo términos un poco elevados, pero es porque antes escribí unos presupuestos para que esto se entendiera, pero poniendo en palabras sencillas puedo decir que esta atracción consiste en lo siguiente: De un comienzo que se describe en la siguiente frase “esta persona me gusta”, pero no se queda ahí, sino que esta persona es un bien para mí a la que le quiero donar toda mi persona y recibirla a ella todos los días de mi vida. 
Sin embargo esta atracción física espiritual no es todavía el amor conyugal, aunque se ha tratado de confundir, es simplemente el lugar donde el amor conyugal puede constituirse. El amor conyugal es un acto de la libertad mediante el cual la persona acepta esta atracción y se mueve hacia el bien que le presenta la singularidad del otro.
¿En qué consiste aceptar esta atracción y moverse hacia el bien de la singularidad del otro?
Se trata de una unificación a) afectiva, b) efectiva y c) recíproca.
 
a) La unificación afectiva es aquella recíproca inmanencia en fuerza de la cual los dos son uno en el otro. 
La persona amada habita en el pensamiento de la persona que le ama y por ello no se contenta con un conocimiento superficial.
No sólo se queda el amado en el pensamiento, sino que se manifiesta en la voluntad de dos formas: La primera es que el que ama, no puede seguir proyectando su existencia al margen del amado, tiene en cuenta al otro para decidir cualquier cosa. La segunda forma en que se manifiesta es cuando la persona que ama, siente como su bien y como su mal el bien y el mal de la persona amada. A este nivel hay una verdadera inmanencia, habitación en el otro, es cuando surge el celo bueno que consiste en impedir a cualquier costo el mal de la persona amada y obviamente no tiene nada que ver con ser una persona inmaduramente celosa. ¿Está claro?
b) La unificación efectiva no es sólo querer el bien del otro y no querer su mal, sino actuar para que se de el bien del otro y se evite su mal, es beneficencia, no sólo benevolencia.
c) Por último la reciprocidad es que lo dicho vale para cualquiera de los dos cónyuges. Mientras puede haber un amor humano no correspondido (amor a un pobre que no se da cuenta de nuestra obra), no tiene sentido hablar de amor conyugal no correspondido.
La reciprocidad es que los dos participamos del mismo bien y en este caso participamos de la donación aceptación de nuestras personas.
Creo que ahora entendemos la verdad interior del amor conyugal, su esencia y es fácil deducir las propiedades del amor conyugal y de ahí va a surgir el argumento que nos demuestra que la contracepción es contraria al amor conyugal.
Las propiedades del amor conyugal son: totalidad, indisolubilidad y fidelidad.
Para nuestro argumento podemos tomar a la totalidad. 
Mientras el tener es medible, el ser no lo es. Si mi amor a otro consiste en donarle un millón de pesos o un peso es cuantificable, es decir le estoy haciendo un don menor si le doy sólo un peso y mayor si le doy un millón. En cambio si mi amor al otro consiste en donarle mi persona, hay que recordar que el ser no es cuantificable o se dona todo o no se dona nada, la persona es indivisible.
¿Pero porqué la persona es indivisible, porqué o se dona todo o no se dona nada?
Porque es un espíritu, es inmaterial.
¿Y el cuerpo?
Es el lenguaje de la persona, la persona misma.
Si se excluye parte del cuerpo se excluye a toda la persona, porque no se dona lo que se es, sino lo que se tiene.
  
Entonces, las consecuencias del amor conyugal o de la donación de la persona son:
Para hablar de una donación total entre seres humanos se tiene que incluir la dimensión del tiempo, porque no hay una donación de toda la persona por media hora, sino que sólo es total la donación si es para siempre. La totalidad significa eternidad, el amor conyugal es total y por lo tanto eterno y para que sea eterno es necesario que, en nuestra condición humana, la dimensión temporal se incluya en el amor conyugal. Por eso otra propiedad del amor conyugal que va incluida en la totalidad es la fidelidad que en términos jurídicos se le denomina indisolubilidad.
Esto se puede explicar por otro camino: Si dono lo que tengo no se puede exigir fidelidad, ya que lo que tengo hoy mañana lo puedo perder, en cambio lo que soy no lo puedo perder, el ser no lo puedo perder porque no me pertenece, le pertenece a mi Creador.
Por eso el amor conyugal o es total y por lo tanto fiel e indisoluble o no es amor conyugal.
(Está claro que la constitución del vínculo conyugal implica un ejercicio de la libertad a muy alto nivel, porque se compromete toda mi libertad al donar mi totalidad a otra persona. El escribir este libro es un acto de libertad, pero no exige toda mi libertad, en cambio el dar mi consenso para ser fiel en lo próspero y en lo adverso en la salud y en la enfermedad y amar y respetar todos los días de mi vida a mi esposa es una elección que requiere un alto grado de libertad.
Por eso hay personas incapaces de dar el consenso matrimonial, porque no han alcanzado este grado de libertad y por eso existe la nulidad que sólo la tiene el derecho canónico porque se basa en una filosofía personalista. Pero la enseñanza que nos puede dejar este pequeño paréntesis es que es realmente importante educar a la libertad responsable a nuestros hijos para que puedan tomar decisiones trascendentes y aspirar a la felicidad y una última idea es que la libertad se basa en la verdad, sino es libertinaje.)
Estamos de acuerdo en que el amor conyugal es  la donación y la aceptación de las totalidades de las personas. Parecería por lo tanto que no tiene una gradualidad, es decir no es posible ni que crezca ni que disminuya, si esto último (que no puede crecer ni disminuir) fuera verdad, toda la ética estaría equivocada porque siempre afirma que el amor conyugal tiene gradualidad y además la experiencia misma nos enseña que en la historia de mi amor conyugal y en la de otros ha habido progresos y retrocesos.
Por eso es importante distinguir la sustancia del amor conyugal y la intensidad con la que se vive la sustancia de este amor.
Por ejemplo, el primero de los 10 mandamientos es: amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas, uno podría preguntarse si es posible observar este mandamiento o si el hombre siempre está en pecado grave porque no observa el principal mandamiento porque muchas veces, durante la batalla diaria nos damos cuenta que hasta los más santos reconocen que han realizado algunos actos de preferencia de otras cosas antes que a Dios.
En primer lugar esta forma de amar a Dios (primer mandamiento) es la única forma de amar a Dios porque su Ser merece ser amado sobre todas las cosas porque es infinito, en segundo lugar ante los límites humanos para cumplir con perfección, este mandamiento se debe distinguir, el amor total habitual a Dios que consiste en obedecer sus preceptos graves y se puede decir que este es el límite inferior bajo el cual no se cumple el primer mandamiento, sin embargo este mandamiento nos pide que el amor a Dios se convierta gradualmente en la inspiración continua de cada elección que realice.
Entonces el amor a Dios es total en sustancia si no caigo en pecado mortal y este amor total puede ser más o menos intenso dependiendo de mis elecciones cotidianas que rieguen esta sustancia.
Es como si me meto a la boca un dulce, en realidad tengo en mi boca la totalidad del dulce, pero para que el dulce me manifieste su totalidad hay que saborearlo por unos cinco minutos, es decir es diversa la sustancia que la intensidad con que experimento esa sustancia.
Por lo tanto el amor conyugal sí tiene una gradualidad, ya que podemos hacer elecciones que distraen un poco nuestra atención o esforzarnos por ser fieles hasta en los más pequeños detalles y así vivir con más intensidad este amor, pero también tiene un límite inferior por debajo del cual se contradice a la totalidad de ese amor conyugal, nos pone en camino contrario al del verdadero amor conyugal.
La infidelidad rebasa el límite inferior del amor conyugal, el acto contraceptivo es también una de estas elecciones que contradice al amor conyugal. 
¿Porque lo contradice?
Una exposición muy clara del porqué la encontramos en la exhortación apostólica “Familiaris Consortio” de Juan Pablo II en el cuarto párrafo: "Cuando los esposos, mediante el recurso al anticoncepcionismo, separan los dos significados (unitivo y procreador) que Dios creador ha inscrito en el ser del hombre y de la mujer y en el dinamismo de su comunión sexual, se comportan como árbitros del designio divino y manipulan y envilecen la sexualidad humana, y con ella la propia persona del cónyuge, alterando su valor de donación total. Así, al lenguaje nativo que expresa la recíproca donación total de los esposos (la relación conyugal es el lenguaje nativo que expresa la donación total de los esposos), el anticoncepcionismo impone un lenguaje objetivamente contradictorio, es decir, el de no darse al otro totalmente: se produce no sólo el rechazo positivo de la apertura a la vida (por el primer argumento de este artículo), sino también una falsificación de la verdad interior del amor conyugal, llamado a entregarse en plenitud personal”.
Voy a explicar este texto y al final del argumento lo volveré a escribir y el lector lo entenderá como si fuera quien lo escribió.
Este argumento se basa en términos claves que hay que aclarar:
Antes de entrar al texto, en la explicación utilizaré el término lenguaje del cuerpo que se refiere a la corporeidad de la persona en cuanto expresa a la persona misma en forma concreta, tangible, en su realidad ontológica y existencial. Es decir, el cuerpo en su masculinidad o feminidad expresa o es el lenguaje que manifiesta a la persona y así, al ser el cuerpo de la persona la persona misma en su lenguaje visible, la donación de este cuerpo de un hombre a una mujer no es la donación de lo que la persona tiene, sino que hace posible la donación de lo que es. Es como el ejemplo que pusimos de La Piedad de Miguel Ángel, el mármol es la piedad, es el lenguaje, es la materialización de la inspiración del artista.
El primer término que utiliza el número 32 de la Familiaris Consortio, que debemos de aclarar es lenguaje nativo o natural:
El lenguaje del cuerpo posee en sí mismo un significado propio, es decir, antes de que la persona use este lenguaje o lo hable, ya tiene un significado propio. Vamos a poner un ejemplo para que quede más claro esto: Una Coca-cola en lata tiene un significado propio y no digo es un líquido para regar las plantas y la lata es un zapato, sino que todos saben que es un refresco para beberse. Una Coca-cola tiene un significado nativo, es decir no lo instituyo en el momento que lo uso, sino que simplemente lo reconozco y lo utilizo. Obviamente si alguien utiliza una coca-cola como rodillo para amasar el pan no hay ningún problema, porque la Coca-cola no tiene un valor moral absoluto, en cambio si utilizo un embrión para hacer experimentos innecesarios y riesgosos para él, sí que estoy violando su dignidad y cometiendo un acto objetivamente malo al no respetar su lenguaje nativo.
Existen otros objetos que no tienen un significado nativo, por ejemplo: el aluminio con el que se hizo la lata de la Coca-cola no tiene un significado nativo ya que se puede usar para hacer latas o para hacer ojillos, adornos o para enmarcar las ventanas, depende por lo tanto del significado que el hombre le de.
Entonces la pregunta es: ¿El lenguaje del cuerpo tiene el significado que yo le doy cuando lo uso o tiene un significado antes de que lo use, o sea un significado nativo? 
(Con esto también estamos insinuando la gran pregunta de la que depende mucho en nuestra vida: ¿Existe una verdad sobre el bien y sobre el mal, conocible y que precede al ejercicio de mi libertad?
La respuesta a esto la encontramos muy bien expresada en la Encíclica Veritatis Splendor de Juan Pablo II o en el libro de Gnoseología de Alejandro Llano, etc.)
La respuesta entonces es: Sí efectivamente el cuerpo tiene un lenguaje nativo que veremos cuál es más adelante.
El otro término que tenemos que aclarar es el de falsificación:
Decir que el lenguaje del cuerpo es un lenguaje nativo no significa que el hombre tampoco sea en cierta forma autor del significado del cuerpo, de hecho el significado del cuerpo está confiado a la libertad de la persona.
Parece como si estuviera afirmando dos cosas contradictorias. Por un lado el cuerpo tiene un lenguaje nativo y por el otro lado dices que el hombre también constituye este lenguaje.
Con un ejemplo trataré de demostrar que no hay contradicción: 
El que sabe de música estará de acuerdo en que cuando va a la tienda de discos y pide La Traviata de Verdi, la persona que le atiende le preguntará: “¿interpretada por quién?” y no va a contestarle: “Por cualquiera, me da igual”, sino que el conocedor de música dice: “voy a comprar La Traviata de Verdi interpretada por Muti o por Von Karajan.” 
Es decir, La Traviata que está escrita por Verdi es una y está en Milán, pero desde el momento que se ejecuta La Traviata empieza la interpretación. Y entonces se dice: El mejor intérprete de Verdi es por ejemplo Muti no Von Karajan. 
Entonces la partitura es la misma para todos y en la ejecución es donde interviene la interpretación.
La persona-cuerpo, es decir la persona humana posee en sí misma un sólo lenguaje, una sola partitura que es el lenguaje nativo. Pero esta partitura debe ser ejecutada por la libertad de la persona y esta interpretación puede ser muy diversa, tan es así que unos escogen el amor conyugal y otros el virginal, pero seguirá siendo auténtica si se respeta la partitura original.
El director de orquesta para seguir la música, debe buscar de entender la inspiración propia del autor, por ejemplo de Mozart y  un conocedor puede decir: Este director sigue a Mozart como si siguiera a Bethoven y lo destruye. Es decir, aunque no falsifica el lenguaje nativo no está siguiendo la inspiración del autor que fue contratado a interpretar.
La falsificación empieza cuando el director corrige al autor y ha sucedido, dicen: Verdi no sabe y vamos a cambiar esto o aquello. Por ejemplo la homosexualidad es una falsificación del lenguaje nativo o de la partitura original del cuerpo.
Entonces la definición de la falsificación es: Libre realización o uso del lenguaje del cuerpo contrario a su significado original o lenguaje nativo.
Por fin, con todo lo visto podemos dar el segundo argumento contra el acto contraceptivo que ahora describiremos, para después explicarlo.
Premisa mayor: La unión sexual expresa a la persona de los cónyuges en la medida de TODA la verdad de su recíproca donación/pertenencia.
Premisa menor: El acto contraceptivo impide la realización de este significado de la unión sexual.
Conclusión: La contracepción viola el orden interior de la comunión conyugal.
Explicación de las premisas: 
Premisa mayor: La unión sexual es un acto que expresa a la persona de los esposos en cuanto tal, es decir, en su totalidad.
¿En qué medida se puede expresar el ser cónyuges? De muchos modos, por ejemplo el que vivan en la misma casa o el planear el futuro tomando en cuenta en todo al otro, son formas de expresarse que son cónyuges. Otro modo de expresárselo es la relación sexual conyugal y lo específico de esta manera de expresarse el ser cónyuges, es que al donar todo mi cuerpo debo de donar toda mi persona, porque el acto conyugal tiene ese significado nativo de donarme por completo al otro y creo que estamos de acuerdo en eso.
Por esa razón sólo es éticamente lícita la relación sexual después del matrimonio, porque no se le puede donar todo a quien no le has jurado antes eterna fidelidad porque sería una mentira.
El acto conyugal no es decirle a tu esposa: ¿Quieres ir al cine en la tarde?, o “hay que arreglar el foco que está descompuesto” es decirle: “Te dono todo mi ser y acepto el tuyo”, en otras palabras con este acto se expresa toda la conyugalidad, es decir toda nuestra mutua donación pertenencia que el día de mi boda juré que era todo y no parte de mí.
Por eso teológicamente, hasta que no se realiza el primer acto sexual humano no se consuma el matrimonio ya que falta la realización, el cumplimiento de esa donación total que se prometió en el consenso matrimonial.
Un hombre y una mujer son esposos porque se pertenecen totalmente el uno al otro, ya que mutuamente han donado toda su persona a su cónyuge. Y la forma en que se expresan que se han donado y se han aceptado totalmente es la relación sexual conyugal.  
Es como cuando está en un hotel y suena la alarma contra incendios. Aunque yo diga es música de ambientación o el claxon de un coche, es y será la alarma contra incendios y quiere decir “sal pronto del hotel o te quemas”. De la misma manera una relación conyugal quiere decir te dono toda mi persona, aunque yo diga en mi interior te dono solamente parte.
Premisa menor: La fertilidad (En ética es la capacidad de poner libremente las condiciones para la concepción de una nueva persona humana) es una dimensión de la persona, éticamente hablando es la persona la que es fértil o no.
Si hablamos desde el punto de vista biológico se es fértil cuando se está en un periodo de aproximadamente de tres días antes de la ovulación y un día después de ésta, sin embargo si lo vemos desde el punto de vista ético se es fértil, cuando los esposos consideran que como fruto de su relación pueden generar un hijo. Llegados a este punto de considerarse fértiles tienen tres opciones, no realizar el acto sexual, realizarlo haciendo imposible la procreación y realizarlo quedando abiertos a la vida. Entonces mis queridos amigos estarán de acuerdo conmigo en que la fertilidad es también una dimensión de la persona, porque ella decide si poner o no las condiciones para la concepción de una nueva persona humana.
Los esposos que realizan un acto contraceptivo se consideran fértiles independientemente de que lo sean o no biológicamente hablando, si no obviamente no realizarían este acto. Entonces entiendo eso de que la persona es la que es fértil éticamente hablando, porque puede decidir quedar abierto a la vida y conservar su fertilidad o de plano cerrarse a la vida y excluir su fertilidad.
Es como quien pone veneno en una copa para dársela a tomar a un enemigo suyo y a la mera hora le cambian la copa sin que se de cuenta. Aunque no está envenenando a la otra persona porque la copa no contiene veneno, ha tomado la decisión de envenenarlo y éticamente hablando lo envenenó, por lo tanto es un asesino aunque no haya matado a nadie biológicamente hablando, pues igual aunque los cónyuges no sean fértiles biológicamente hablando, lo pueden ser personalmente hablando y la fertilidad es una dimensión importante de la persona humana, es la capacidad de donar al otro la posibilidad de la paternidad o de la maternidad, por lo tanto es éticamente ilícito excluirla del acto que por sus características debe abarcar la totalidad de la persona.
¿Porque es tan importante no excluirla del don al otro?
Porque le está diciendo al tener una relación sexual, te dono toda mi persona, y a la hora de la verdad, le dice te dono todo excepto mi fertilidad y estará de acuerdo en que la fertilidad no es cualquier cosa, quizá es lo más grande que tenemos, imagínese, es la posibilidad de concebir una nueva vida igual en dignidad a la nuestra, es la posibilidad de convertir al cónyuge en padre o madre.
Quizá ahí está la razón del porque es tan difícil para la gente el entender la ilicitud de la contracepción. El problema es que no valoran la fertilidad. Me imagino perfectamente a los esposos que dicen: “te quiero mucho y me molesta que por una norma moral no te lo pueda demostrar, así es que vamos a mandar muy lejos a la moral, te tomas esta pastillita y ven a acostarte conmigo.” Para poder valorar un bien hay que estar a la altura de ese bien, sino no me atrae. Es una vez más la durísima frase “No tires margaritas a los cerdos porque no lo valorarán.” Yo pienso que el problema de la contracepción no está tanto en el acto mismo, sino en el hecho de que los hombres no están a la altura del bien, viven en una caverna y tienen miedo de ir a la luz, unos pocos les dicen “vamos, salgan a la luz” y ellos en lugar de escuchar el llamado los critican, los humillan y hasta los matan o simplemente son indiferentes, pero si por lo menos así encontraran la felicidad, sin embargo se llega a todo lo contrario.
No sólo el valor de la fertilidad es demasiado luminoso para los ojos del pecador, sino también el de la fidelidad, el de la solidaridad, el de la fe, el del amor, etc. Pero cómo estar a la altura de ellos, para reconocerlos no sólo como bienes, sino como nuestro bien.
Oración, comunión, confesión y un esfuerzo por lograr una vida buena, aunque al principio no reconozcamos el valor que esto tiene. 
¿Pero una persona estéril o un matrimonio que se encuentre en un periodo infecundo estará haciendo un don incompleto de su persona al cónyuge?
Es obvio que cuando uno es estéril o está en periodo infecundo no deja de donar toda su persona ya que nadie está obligado a dar lo que no tiene, es decir: Dona todo lo que es en ese momento y no excluye absolutamente nada. Sin embargo está claro que todo acto contraceptivo se realiza cuando se retiene ser fértil y por lo tanto se es a nivel moral, a nivel de la persona, aunque posiblemente en la realidad biológica no sea así, por lo que cada acto contraceptivo excluye la fertilidad del don “total”.
Concluimos que al ser la fertilidad una dimensión de la persona, si se le separa del acto que por naturaleza expresa la donación total de las personas se está mintiendo.
Es decir, por una parte se realiza un acto cuyo lenguaje nativo es el de expresar la TOTAL y RECIPROCA donación y por otro lado se hace uso de este lenguaje excluyendo la totalidad del don y así se realiza una falsificación  del lenguaje nativo de la sexualidad conyugal.
Por tanto: Se cumple una real unión corporal a la cual no corresponde la verdad interior de una comunión de los esposos en sentido total, es decir: A fuerzas le estoy diciendo a mi cónyuge con mi acto sexual: te dono todo mi ser, pero en realidad no le dono todo, sino que excluyo mi capacidad de hacerle padre o madre, mi fertilidad. 
Es entonces la contracepción contraria al amor conyugal porque es una mentira, un engaño al otro aunque ambos estén de acuerdo porque cuando se realiza un acto conyugal o se dona todo o se miente.
Es como Judas con Jesucristo: con un beso, cuyo lenguaje nativo es trasmitir amor y no traición, entrega a Cristo a la cruz.
Es interesante ver como la contracepción se promovía como algo que iba a colaborar a la unidad de los cónyuges y sin embargo, con el paso del tiempo vemos en las estadísticas que ha colaborado a la infidelidad ya que quita la responsabilidad de un posible hijo con el o la amante, también se acepte o no es una realidad que el acto contraceptivo ha contribuido a nivel social a aumentar la instrumentalización del cónyuge, es decir a que en la teoría y/o en la práctica se vea como un objeto y no como persona y esto es porque con la contracepción se tiene siempre un cuerpo disponible para hacer de él lo que a uno le plazca en el momento que le plazca. Estas son luces que nos ayudan a ver cómo es verdad lo que dices, de que  hay una relación entre el amor conyugal y la contracepción que se refleja en las estadísticas a nivel social.  
Ahora volveré a escribir el argumento de la Familiaris Consortio y verá que claro queda: "Cuando los esposos, mediante el recurso al anticoncepcionismo, separan los dos significados (unitivo y procreador) que Dios Creador, ha inscrito en el ser del hombre y de la mujer y en el dinamismo de su comunión sexual, se comportan como árbitros del designio divino y manipulan y envilecen la sexualidad humana, y con ella la propia persona del cónyuge, alterando su valor de donación total. Así, al lenguaje nativo que expresa la recíproca donación total de los esposos (la relación conyugal es el lenguaje nativo que expresa la donación total de los esposos), el anticoncepcionismo impone un lenguaje objetivamente contradictorio, es decir, el de no darse al otro totalmente: se produce no sólo el rechazo positivo de la apertura a la vida (por el primer argumento de este artículo), sino también una falsificación de la verdad interior del amor conyugal, llamado a entregarse en plenitud personal."
ARGUMENTO TEOLOGICO
Primero voy a exponer el argumento y después trataré de explicarlo:
Premisa mayor: El cumplimiento del acto conyugal fértil, pone objetivamente a los dos cónyuges en una relación especial con Dios Creador.
Premisa menor: El acto contraceptivo niega prácticamente esta relación especial con Dios Creador.
Conclusión: El acto contraceptivo contradice la verdad objetiva del acto conyugal en cuanto fértil.
Explicación:
Premisa Mayor: En primer lugar es necesario aclarar algunos términos.
#1) Relación objetiva.- Es aquella relación que existe no porque los cónyuges quieren ponerla, sino que la relación se da, quieran o no los cónyuges por el simple hecho de que se está realizando un acto sexual fértil. En otras palabras no depende de la voluntad de los esposos.
Por ejemplo cuando decido rezar me pongo a mí mismo en una relación con Dios, yo decido si me comunico con Él o no. En cambio en el momento que los cónyuges realizan un acto sexual fértil, aunque no quieran se ponen en una relación especial con Dios.
#2) Especial.- Toda creatura espiritual o material está en relación con Dios Creador objetivamente, se de cuenta o no, lo quiera o no está conservada en el ser por Dios Creador, si Él se olvidara de mí (caso imposible) desaparecería en cuerpo y alma al instante. Esta, obviamente también es una relación objetiva pero no es una relación especial ya que toda creatura se encuentra en esta relación con Dios.
De la que hablamos es una relación que se da debido al acto conyugal fértil, por lo tanto es propia de los esposos y únicamente en ese momento. En ese sentido es especial, ni siquiera es de los esposos cuando realizan cualquier acto conyugal, sino cuando es un acto conyugal fértil, es decir, capaz de poner las condiciones de la concepción de una nueva persona humana.
¿Fértil, biológicamente hablando o moralmente hablando?
En realidad esta relación especial con Dios se da únicamente cuando efectivamente se concibe una nueva creatura, sin embargo para nosotros da igual, porque no podemos saber si habrá o no una concepción, para nosotros habría la posibilidad de  esta relación especial siempre que retengamos posible la concepción de un hijo, porque no podemos saber qué pasará. Y obviamente la gente que comete un acto contraceptivo lo hace porque cree posible una concepción, sino no,  no realizaría dicho acto.
#3) Dios Creador.- Es diversa la relación entre hombre y Dios que se da con Dios Creador que con Dios Redentor, por ejemplo,  aunque sea el mismo Dios y hombre.
La creación produce un acto de ser diverso al ser divino. La redención da como resultado un acto de ser igual al ser divino. Por ejemplo el bautismo es un acto redentivo ya que consiste en la participación en la misma vida de Dios. En cambio cuando Dios creo al mundo creo algo diverso a sí mismo. Es más cuando queremos participar del acto redentivo de Dios es necesario estar en estado de gracia, ya que no se puede participar de la vida divina si estamos en contradicción a ella. Sin embargo cuando nos relacionamos con el acto creativo de Dios no es necesario estar en gracia ni bautizados para involucrarnos en ese acto creativo.
Hasta ahora únicamente he buscado aclarar los términos de la premisa mayor, ahora corresponde pasar a la demostración de esta misma premisa.
Es una realidad que la concepción de cada persona humana es el término de un acto creativo de Dios. Esta no es sólo una verdad racional, sino también de fe.
 
#1 Esta es una realidad, porque la persona humana no es simplemente cuerpo, no es una materia que alcanzó su máximo funcionamiento, sino que es también esencialmente espíritu. 
#2 Es más, el ser persona es debido al ser espíritu, no a ser cuerpo, ya que persona es una realidad simple y no compuesta y sólo el espíritu es simple. (Para estudiar esta afirmación remitirse a la tesis de la unidad sustancial de Sto. Tomás de Aquino) 
Cuando decimos que al origen de la concepción de toda persona humana está un acto creativo de Dios, nos referimos a que cualquier sujeto espiritual, forzosamente tiene su origen de un acto creativo de Dios. Es decir, el alma infundida en el cuerpo es creada inmediatamente por Dios. 
¿Porqué el alma es creada inmediatamente por Dios? 
Por experiencia nos damos cuenta que nosotros, los hombres, no somos capaces de crear una realidad nueva, máximo podemos producir una nueva realidad que se trata de transformar otra realidad ya existente. Como dicen los físicos: Nada se crea, nada se destruye, sólo se transforma. Ej: Un coche o una computadora son la transformación de varios elementos ya existentes.
Y además es imposible que un sujeto espiritual tenga origen en una realidad ya existente, por lo siguiente:
Si tuviera origen de una realidad ya existente tendría que venir a fuerzas de una materia o de un espíritu, porque si no de qué, no hay realidad existente que no sea materia y/o espíritu.
Si decimos que viene de la materia es necesario concluir que es un absurdo ya que del menos no puede venir el más. Por ejemplo, si revisamos nuestro modo de actuar nos daremos cuenta que es muy diverso nuestro actuar espontáneo y nuestro actuar libre. El espontáneo no implica a un sujeto espiritual ya que simplemente surge de los dinamismos psicofísicos del hombre, sin embargo nuestro actuar libre, obliga que detrás haya un sujeto espiritual capaz de razonar y elegir. Sería tonto pensar que una combinación de elementos materiales diera lugar a la libertad, por más materia que juntemos en toda nuestra vida, jamás lograremos transformarla en un ser capaz de elegir lo mejor o lo peor o todo lo que hay entre estos dos extremos.
Si decimos que la nueva persona tiene origen o viene del espíritu de sus padres, sería algo imaginable, pero no pensable: Podemos imaginarnos que el espíritu de los padres crea el espíritu de los hijos como si se tratara de una flama que originara a otra, no sé, un cerillo que prende a otro o a un pedazo de papel. Sin embargo no es pensable porque un espíritu es siempre una subjetividad personal, una flama es igual a otra, además de que por ser una realidad simple no es pensable ni el origen ni el fin ya que nuestra experiencia, nos enseña que todo lo que nosotros transformamos son realidades compuestas, es decir, que su ser está donado a una serie de elementos sometidos a unas ciertas leyes y por lo tanto está destinado a la descomposición, todo lo que transforma el hombre tiene un principio y un fin, se va corrompiendo, en cambio, una realidad simple como el espíritu o la persona humana que es lo mismo, no puede descomponerse. 
Entonces, es sólo imaginable (como en los cuentos que el hada buena crea algo) que el espíritu del hombre de origen a otro espíritu, pero es impensable porque no somos capaces de crear realidades simples y porque toda persona es una subjetividad diversa (única e irrepetible) de las demás.
Existe otro camino para demostrar que el alma infundida en el cuerpo es creada inmediatamente por Dios ayudándonos de la psicología: Los esposos pueden elegir poner las condiciones para traer al mundo a una persona, pero no pueden escoger a esta persona porque no la conocen (debido a que no es creada por ellos) hasta que nace. Dios crea a esta persona donándole su subjetividad única e irrepetible. Mientras que la generación se mueve en el campo genérico, la creación se mueve en lo concreto y esto sucede hasta con la fecundación in vitro ya que es imposible crear su subjetividad espiritual, únicamente se podrían elegir algunas características genéticas.
Entonces el origen de la subjetividad espiritual, puede venir únicamente de un acto creativo, del cual el hombre no es capaz, sin embargo, por disposición divina el acto creativo no se realiza si el hombre no pone ciertas condiciones (Excepto con Cristo que de todas formas requirió del consentimiento y del óvulo de María) , es decir si el hombre no genera, en otras palabras, el origen de la persona humana es también por generación.
Cada persona humana es:
Término de un acto creativo de Dios y término de un acto generativo humano. Pero ¿cuál es la relación entre estos dos actos?  1) relación de interdependencia, no hay acto creativo sin generativo ni viceversa, ya que no hay persona humana que no sea cuerpo y espíritu. 2) También se puede decir que el acto generativo humano, es la condición necesaria y suficiente para que se pueda dar un acto creativo.
Con todo lo dicho deriva que cuando los esposos realizan un acto conyugal fértil ponen la condición necesaria y suficiente para que se genere una persona, y hacer esto es poner la condición necesaria y suficiente para que Dios, si quiere, ponga su acto creativo.
Osea, poniendo este acto fértil en el universo creado, se abre un espacio para otro posible acto creativo de Dios. Y no se trata de una posibilidad remota, sino real, en ese momento Dios puede crear una nueva persona humana.
Entonces, la contracepción corta la relación objetiva con Dios que se da al poner un acto conyugal fértil, es decir, con la libertad se le cierran las puertas a Dios de un acto destinado objetivamente a relacionarse con Él. Se expulsa a Dios de nuestro acto, queremos realizar la elección que le corresponde a Él cuando realizamos un acto fértil. La decisión que nos corresponde a nosotros es poner o no las condiciones de la concepción de una nueva persona humana, pero si decidimos ponerlas, la decisión de crear o no una nueva persona humana le corresponde a Dios. La contracepción es por lo tanto una negación práctica de Dios Creador. Es práctica porque no quiere decir que en teoría se diga que Dios no existe, pero tomamos la decisión de excluirlo de lo que a Él le corresponde.
Iba a explicar el argumento premisa por premisa, pero me inspiré y se puede decir que con esto queda expuesto el argumento.
Objeciones al argumento teológico
Primera objeción: Nos podrían decir: “quien demuestra mucho, demuestra nada” ya que si este argumento es verdadero, también en los casos de violencia carnal, adulterio o fornicación, se daría esta relación objetiva con Dios y es indigno que dos personas en fuerza de un acto pecaminoso, se pongan en relación con Dios creador por lo tanto las consecuencias hacen insostenible el argumento.
Contestación:
a) Se trata de una relación objetiva, es decir la relación surge no porque quieran o no los que realizan el acto sexual, sino porque se realiza un acto fértil que está dotado de una propiedad particular, es más, algunos esposos que les falla el anticonceptivo también entran en esta relación objetiva y especial con Dios Creador.
Es necesario distinguir dos problemas que en esta objeción se confunden: 
1) ¿Poner un acto fértil, objetivamente ofrece o no a Dios la posibilidad de un acto creativo?
2) ¿Cuándo tengo derecho a ponerme en esta relación con Dios?
Como otro ejemplo: Cuando un sacerdote obtiene la dispensa de sus funciones, es decir cuando se sale de sacerdote como se dice comúnmente, no debe consagrar, sin embargo si consagra sucede exactamente lo mismo que si consagra el Papa, como se dice: Realiza un acto válido pero ilícito.
Entonces la respuesta al primer problema es sí nos pone en una relación objetiva con Dios. Y la respuesta al segundo problema es la siguiente: Tengo derecho a ponerme en esa relación con Dios sólo al interno del matrimonio ya que sólo el matrimonio es una relación estable que debe ser para siempre que puede asegurar los derechos fundamentales al concebido.
Entonces aunque sea un acto pecaminoso se da una relación especial con Dios Creador porque la propiedad de entablar esta relación es del acto sexual y no de la libertad del hombre.
De esta objeción surge la siguiente pregunta: ¿También en la FIVET se da una relación objetiva con Dios creador?
La respuesta es sí, quien pone las condiciones para la concepción de una nueva persona humana se pone en esta relación especial con Dios Creador.
De esta respuesta deriva la pregunta de si es lícita o no la FIVET.
La respuesta es, no es lícita, porque las condiciones para la concepción las pone un técnico y no los esposos que son los únicos con vocación a procrear, además de que es indigno para la nueva persona humana el no ser concebido por amor, sino por unos honorarios o por el progreso de la ciencia o por hacer un favor o cualquier otra razón y por último, es indigno de cualquier persona humana, el que su ser esté totalmente en manos de otra persona humana, es como cuando una persona tiene apuntada una pistola en la sien de otra, en sus manos está el jalar el gatillo y que muera o el no jalarlo y que viva, esta situación es injusta, el técnico por su parte obliga a que se unan un óvulo y un espermatozoide, está totalmente en sus manos el que sea o no sea una nueva persona humana, de hecho obliga a que sea, en cambio los esposos a través del acto conyugal, únicamente ponen las condiciones según el lenguaje nativo, creado por Dios en la sexualidad para la concepción de una nueva persona humana, es decir, dejan en manos de Dios, el que sea o no sea una nueva persona humana y como Dios es un Ser Superior al hombre, no es indigno que en sus manos esté el que seamos o no.
Obviamente estos argumentos contra la FIVET requieren de una explicación mucho más detallada, sin embargo no es el tema que estamos tratando, por ello la dejaremos para mejor ocasión.
Entonces, la relación especial, objetiva con Dios Creador se da y la contracepción niega esta relación, va en contra de ella, le cierra las puertas a Dios y eso es siempre malo, como tu dices, el no poner las posibilidades para que se de esa relación, no sólo puede no ser malo, sino a veces obligatorio, pero el ir en contra de esa relación, con Dios es siempre malo.
Un acto conyugal es la posibilidad de esa relación y cuando no lo es, no hay problema, porque nadie realiza un acto contraceptivo cuando se sabe imposibilitado para procrear.
Para terminar con este argumento teológico, tenemos que afirmar que es ilícito a la creatura humana, impedir positivamente que Dios realice su acto creativo.
Y contra este razonamiento viene nuestra última y más seria objeción que dice así: 
                    (PRINCIPIO DE LA OBJECION)
                       
Es una verdad evidente el que la relación entre el amor conyugal del acto sexual y Dios, es de cooperación con Dios Creador por parte de los cónyuges. Estamos hablando de una cooperación de personas y por lo tanto razonable y libre, es más, Dios mismo no puede más que exigir una cooperación razonable y libre, es decir digna de personas. 
Por otro lado hay situaciones en las que es irrazonable procrear, en las que no se debe de procrear. ( guerra, enfermedades graves, útero pluri-cesáreo, etc). En estos casos, los cónyuges deben de retener, que Dios no quiere crear una nueva persona humana en esta situación y por lo tanto no sólo no es mala la contracepción, sino que es un deber el utilizarla, si se quiere cooperar racionalmente con Dios Creador.
Aparte de esto el sostener el argumento teológico que describimos en esta cena hace que veamos a Dios como tirano y no como Dios, es decir, para demostrarnos que es más poderoso que nosotros, nos obliga a no cometer actos contraceptivos por ningún motivo, aunque tengamos motivos válidos y racionales. En otras palabras este argumento nos crea una imagen de un Dios que nos impone leyes arbitrariamente y no según nuestro bien. Todos sabemos que Dios no actúa así, sino que pide al hombre lo que pide porque es el bien del hombre y jamás algo irracional.
Por todo esto si quieres argumentar contra la contracepción mejor utiliza los otros dos argumentos ya que este va a salir contraproducente.
      
                      (FIN DE LA OBJECION)
Contestación a la objeción: Como respuesta a esta objeción hay que decir antes que nada, que los principios en los que se basa son totalmente correctos, (es verdad que Dios nos pide una cooperación racional y que además busca nuestro bien y jamás nos va a pedir algo contrario a éste), sin embargo toda esta objeción no pertenece a nuestro argumento, no tiene nada que ver y vamos a tratar de demostrarlo:
Partimos de la siguiente pregunta: ¿El hecho de que la fertilidad humana sea cooperación con Dios Creador, de quién depende a final de cuentas? o dicho de otra forma ¿Quién pone últimamente en la fertilidad humana el significado de ser cooperación con Dios?
Pueden haber dos respuestas:
1) Depende en último análisis de los esposos, son ellos los que deciden si el hecho de que su acto sea fértil, los va a poner en relación con Dios o no.
2) El hecho de que la fertilidad ponga a los esposos en relación con Dios creador no depende de los esposos, sino que la misma fertilidad tiene inscrito este significado por el mismo Creador, o sea, depende de los esposos tener o no una relación conyugal fértil, pero no depende de ellos ponerse en esta relación especial con Dios.
Si la primera respuesta fuera verdadera no sólo sería lícita la contracepción, sino que en algunos casos sería casi obligatoria.
Sin embargo la respuesta verdadera es la segunda, porque Dios mismo inscribió en la sexualidad humana el lenguaje unitivo y el lenguaje pro-creativo. Es un lenguaje que ya tiene un significado antes de que lo aprendamos a hablar y en general nos damos cuenta que nuestro cuerpo es un lenguaje que nos da forma, no somos algo indeterminado, una libertad pura, sino hombres, cuerpo y espíritu, y por lo tanto esta forma de ver al hombre (como cuerpo y espíritu) es integral, mientras que otras visiones son reductivas ya que afirman una parte de la persona y niegan las demás diciendo, ya sea que el cuerpo no es el hombre, o que razonamos con el estómago. Y nuestra misma experiencia nos enseña que somos nosotros mismos los que realizamos una actividad espiritual como pensar o una física como correr. Por lo tanto el cuerpo es un lenguaje escrito por Dios, con un significado que no depende de nosotros, el ojo nos hace ver y no respirar, los pies caminar y no hablar y todavía más lejos que otras facultades está la fertilidad que nos relaciona con Dios de una manera especial queramos o no.
Para entender mejor esto, es muy importante reflexionar detenidamente el número 48 de la Encíclica Veritatis Splendor de Juan Pablo II.
Por lo tanto, es verdad que la sabiduría de Dios, se participa a través del ejercicio de nuestra razón, pero la razón humana, está llamada a descubrir el orden de la sabiduría divina en la estructura misma de la persona humana, no a crear la sabiduría divina.
Por todo esto la esencia del acto contraceptivo, es el no reconocimiento en la práctica de Dios creador y el contradecir la verdad objetiva del acto conyugal, en cuanto fértil, que es relacionarse de una manera especial con Dios Creador.
Recapitulando, un acto conyugal fértil nos relaciona de una manera especial queramos o no con Dios Creador, porque es evidente que el fruto de una relación sexual fértil, es algo en lo que tuvo que haber entrado Dios, porque verdaderamente nadie crea a una persona, porque como dijimos, ni siquiera los padres saben cómo es su hijo hasta que nace.
Como nosotros no sabemos si vamos a concebir o no, es decir, si vamos a tener esa relación especial con Dios Creador, estamos obligados a dejar el campo abierto, a no cerrarle las puertas a Dios, podemos y a veces debemos no realizar un acto conyugal que retengamos fértil, pero no podemos realizar un acto cuyo lenguaje es una relación especial con Dios y excluirlo de ella.
El realizar un acto contraceptivo es como tocar la puerta de una casa y salir corriendo, o como tirar un penalty hacia el otro lado de la portería, o como dormir con alguien que no sea tu esposa, o como marcar un número telefónico y decirle a la persona que conteste, que cuelgue.
Estas comparaciones son un poco burdas, pero lo importante es que usted capte la idea y les aseguro que reflexionando personalmente, se van a dar cuenta de la evidencia de que el lenguaje nativo de nuestra fertilidad, es relacionarse de una manera especial con Dios y eso es así porque Dios nos creó así, puso una línea directa entre nuestra fertilidad y su persona que no depende de nosotros, aunque con nuestra libertad podemos cortar esa línea o respetarla. Y al mismo tiempo es verdad que nos pide una cooperación racional, pero que consiste en poner o no las condiciones para la concepción de una nueva persona humana, no en cortar los canales de comunicación que tenemos con él.
¿Y a poco es tan importante el no cortar esa línea con Dios?
Es la diferencia entre reconocernos administradores o dueños, entre considerar la vida como un don o un derecho, entre tomar el lugar de Dios o quedarnos en nuestro lugar de hombres, entre suponernos creadores del bien y del mal o en reconocedores del bien y del mal creado por Dios. Creo que sí es importante.
 
CONCLUSIÓN GENERAL 
Aunque una verdad no depende de los argumentos, sino que es lo que es independientemente de que nuestra inteligencia encuentre o no buenas razones, lo estudiado nos puede ayudar a fortalecer nuestras convicciones o hacernos pensar un poco si tenemos ideas diversas, aunque es importante aclarar que estos argumentos necesitan unos presupuestos para ser bien entendidos, por ejemplo el de la unidad sustancial de la persona humana o un cierto nivel de cultura, por eso es conveniente ver qué argumento utilizar, dependiendo de la persona a la que nos dirijamos y por último recordar que la ley de la contracepción no nos obliga, porque una voluntad decidió que así fuera, sino que nos obliga porque es nuestro bien, es decir no es ilícito el acto contraceptivo porque es prohibido por Dios o por el Papa o por quien sea, sino es ilícito porque es injusto, porque niega la naturaleza misma del hombre, lo lleva a un camino diverso del de su verdadera felicidad.
Es importante recordar que para ser felices hay que ser buenos, y para ser buenos hay que realizar actos buenos y evitar los malos.