Agustín Caloca Cortés
Navidad es “Emmanuel”, Dios con nosotros, se hace tan próximo que ya es uno de los nuestros, Dios nos ama: por eso brilla en todo el mundo esta noche que habla de que el éxito a la vida no es triunfar sobre los demás, sino amar, sentirse queridos. Vino a la tierra para decírnoslo. Y nos trae la alegría, fruto de su proximidad (“Alégrate, llena de gracia, el Señor es contigo”, dice el Ángel a Maria; y san Pablo: “alegraos... el Señor es cerca”).
Muchos corazones han llegado a una especie de “apostasía silenciosa”. La fórmula aparece en la exhortación apostólica postsinodal “Ecclesia in Europa”, publicada por Juan Pablo II el año 2003, dedicada a analizar la situación de la Iglesia en Europa.
Ante los enemigos de la fe católica
Existe un método bastante definido con que algunos atacan la doctrina de la Iglesia católica. Recogen citas de Papas y concilios para demostrar, según ellos, que la Iglesia ha cambiado planteamientos y dogmas a lo largo de la historia. A partir de lo anterior concluyen que no existirían verdades absolutas, y que lo que hoy defienden el Papa y los obispos, mañana puede cambiar.
Ante el pluralismo religioso
El Concilio Vaticano II preparó un denso e importante documento sobre la liturgia, titulado “Sacrosanctum Concilium”, que pretendía “proveer a la reforma y al fomento de la Liturgia” (n. 1).
La laicidad de un estado es sana cuando son aceptados y promovidos valores básicos sin los cuales no hay auténtica convivencia social. La defensa de la vida, la justicia y la igualdad ante la ley, la protección de los débiles, el apoyo a la familia, la tutela del derecho al trabajo, son temas no negociables: ningún estado puede dejar de lado la defensa de los derechos humanos fundamentales.
El tiempo pasa. Un ser querido, desde hace días, meses, tal vez años, sigue secuestrado.
Se lo llevaron rápido, un día no esperado. Los padres, la esposa o el esposo, tal vez los hijos, lloran por su ausencia. Un hombre que era libre está ahora en otras manos, vive en la angustia y el dolor de su prisión forzada, sufre por la lejanía de los suyos.