El Movimiento presenta a sus miembros una espiritualidad alentada por el Espíritu Santo y abierta a su acción poderosa, y les invita a incrementar en sus vidas la fe y el amor a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, a ser dóciles y fieles a sus inspiraciones para que, iluminados y fortalecidos con su gracia, caminen fielmente por el sendero de la voluntad de Dios, a ejemplo de Jesucristo, y realicen con plenitud su vocación cristiana.