Misterio de Poder en Manos Temblorosas
Te amo, Señor, por el gran don del sacerdocio. Por este misterio de poder que has depositado en mis manos temblorosas. El don de tu perdón, que abre el océano de tu gracia al océano de nuestra miseria.
Tiemblo ante la grandeza de este misterio, porque llevo tu tesoro en vaso de barro.
Te amo, Señor,
porque me has elegido entre todos, para ser la atadura y la hoz de este mies amarilla.
Porque me has elegido con un amor triple, como el de Pedro, para conducir tu rebaño de hombres por tus altos caminos.
Yo sé, Señor,
que me has puesto como una pasarela entre Ti y los hombres, que seré signo de contradicción y que quizá me crucifiquen como a tu Hijo, mi Señor Jesucristo. Soy tu mensajero, hombre hecho de luz, venido de la luz, y enviado a este mundo donde reina una noche sin fin.
Haré prevalecer tus mandatos ,y aunque el odio se encienda contra mí, ¿qué me importa, Señor, si sobre todo te tengo a Ti y sólo Tú me bastas?