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constancia

Acercar a la gente a Dios

El Concilio Vaticano II es el concilio de nuestro tiempo y uno de los más importantes de nuestra historia. Es convocado por el Papa Juan XXIII. Cuando a Juan XXIII le preguntaron: ¿Por qué hacer un concilio? Su respuesta fue profética:

—“Porque necesitamos abrir una ventana. Necesitamos aire fresco”.

 

No se trataba de sancionar doctrinas o condenar errores. Se trataba de una renovación de la vida de la Iglesia, de tener un diálogo con el mundo. No se trataba de hacer diagnósticos deprimentes sino de dar remedios alentadores y mensajes de esperanza.

¿Constante inconstancia?

Se pueden tener grandes propósitos para alcanzar una virtud, iniciar el camino correcto o realizar actos concretos que disponen para ella. Sin la constancia, todo quedará en un manojo de buenas intenciones, excelentes intuiciones y un puñado de frutos verdes e inmaduros arrancados por el viento.

La constancia es la firmeza y la perseverancia del ánimo. En palabras muy elegantes del poeta y literato italiano, Arturo Graf, “la virtud por la cual todas las otras virtudes dan su fruto”.

El papa del milenio

El Papa del Milenio



Una profecía de Juliusz Slowacki, poeta visionario de mediados del siglo XIX, decía: “A un Papa eslavo le está deparado un trono... Valiente como Dios, afrontará las espadas. Para él, el mundo es fango”. Juan Pablo II, el primer Papa eslavo en la historia, cambia la escenografía del catolicismo: las plazas y los estadios son las nuevas catedrales. Los diarios le dedican grandes titulares.

El optimismo y el caracol

El optimismo y el caracol

 “Imaginemos un caracol, un caracol de jardín. Recorramos con la mente la espiral que decora su concha y que le sirve de casa. Pensemos en la manera en que disfruta la humedad después de la lluvia. Parecería que le entusiasma tanto como a algunos de nosotros cuando retozamos entre las olas del mar .

 En el interior de la cubierta de roca de un caracol, así como dentro del ser más admirable y amado se encierra la historia del cosmos. Conocerlos a profundidad sería entender en detalle cómo se originó el universo.

Filiación divina, primera parte

Hay que saborear lo que decía San León Magno: “el don que supera todo don es que Dios llame al hombre su hijo y que el hombre llame a Dios su Padre” (Homilia VI in Nativitate, 4). Toda nuestra vida cristiana es una gran peregrinación hacia la casa del Padre.

La misión del Espíritu Santo es la esperanza, es convencernos de que somos hijos de Dios. Juan Pablo II dijo algo muy profundo: El hombre va descubriendo en sí mismo su pertenencia a Cristo, y en él, su dignidad, la elevación a hijo de Dios, comprende su dignidad de hombre.

Un virus recuerda la soberbia o la grandeza del ser humano

En estos días, de repente y casi de la nada, aparece un enemigo del ser humano. Su tamaño es minúsculo, imperceptible a la simple mirada del hombre. Sin embargo, su poder puede ser letal. Ante su aparición no faltan falsos profetas que lo identifican como un castigo de Dios. Sin embargo, el verdadero creyente, con el don de la sabiduría puede aprender mucho de esta amenaza de tamaño minúsculo.

El sentido del esfuerzo

Me gustó la anécdota que leí, de un niño que encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa. Un día vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar: la mariposa luchaba por abrirlo más grande y poder salir... forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero. Parecía que se había atascado. El niño quiso ayudar con unas tijeras, y por fin la mariposa pudo salir de aquella cárcel que le aprisionaba. Tenía un cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

San Agustín de Cantorbery

San Agustín de Cantorbery, 

Fundador de la Iglesia en Inglaterra. Año 605.

27 de Mayo

San Agustín de Cantorbery es considerado uno de los más grandes evangelizadores, al lado de San Patricio de Irlanda y San Bonifacio en Alemania. Tiene el gran mérito de haber dirigido la evangelización de Inglaterra.