Oraciones de Ofrecimiento
MATER
(Madre Admirable)
Lirio frágil y esbelto tan fragante
quiero verte a mi lado,
mi ternura de Madre por ti vela
con amor exquisito, dulce amparo.
Si peligros te cercan por doquiera
con fermentido halago,
y el mundo te presenta su hechizos,
que encierran brillo falso.
Acude a mí. Mi velo te cobija
con maternal cuidado, y este velo
de virgen sabrá darte de la pureza
los divinos rasgos.
A la Beatísima Virgen
Os reconozco y os venero, ¡oh Virgen santísima, Reina de los Cielos, Señora y Patrona del universo!, como a Hija del eterno Padre, Madre de su dilectísimo Hijo, y Esposa amantísima del Espíritu Santo; y postrados a los pies de vuestra gran Majestad con la mayor humildad os suplico por aquella divina caridad, de que fuisteis sumamente llena en vuestra Asunción al cielo, que me hagáis la singular gracia y misericordia de ponerme bajo vuestra segurísima y fidelísima protección, y de recibirme en el número de aquellos felicísimos y afortunados siervos
Oración a Nuestra Madre, la Virgen Maria
Llévanos a tu Hijo, dichosa y agraciada,
madre de la vida y madre de la salvación.
Por ti nos acoja el que por ti se entregó
a nosotros. Tu integridad excuse en tu
presencia la culpa de nuestra corrupción.
Y que tu humildad, tan agradable a Dios,
obtenga el perdón de nuestra vanidad.
Que tu incalculable caridad sepulte el
número incontable de nuestros pecados y
que tu fecundidad gloriosa nos otorgue
la fecundidad de las buenas obras.
Oracion a María, Nuestra madre
A Tí que eres la Madre,
que amas con ternura,
venimos a ofrecerte nuestra vida
y a decirte que te amamos;
que somos tus hijos que confiamos
en el poder de tu protección.
Llévanos sobre tu corazón
junto al Niño que descansa en tus brazos,
consuélanos en la aflicción,
fortalécenos en la tentación.
Haznos crecer en la fe, en la esperanza,
y en el amor a Dios y a los hermanos.
Conserva en nuestro interior
la alegría de ser hijos de la Iglesia.
Oración a la Virgen María
Santa María, Madre de Dios,
consérvame un corazón de niño,
limpio, puro y transparente,
como un manantial;
dame un corazón sencillo,
que no rumie sus tristezas;
un corazón magnánimo
al entregarse,
tierno para la compasión;
un corazón fiel y generoso
que no olvide ningún bien,
ni guarde rencor por ningún mal.
Oración a la Santísima Virgen Maria
Dóciles a la invitación de tu voz maternal,
oh Virgen Inmaculada de Lourdes, acudimos a
tus pies en la humilde gruta donde aparecisteis
para indicar a los extraviados el camino de la
oración y penitencia, dispensando a los que
sufren las gracias y prodigios de tu soberana
bondad.
Recibid, oh reina compasiva, las alabanzas y
súplicas que pueblos y naciones, unidos en la
angustia y la amargura, elevan confiados a Ti.
¡Oh María!
Eres, oh María, señora de la historia,
porque en ti se cumplió "la plenitud de los tiempos".
Se inauguró contigo una nueva era
en la historia del hombre y Dios.
Nos llena de gozo saberte tan de ayer
y tan de hoy. ¡Tan de siempre!
Nunca envejecida, ni olvidada.
Siempre joven, como la gracia de Dios.
Te cantamos hoy,
como te cantaron ayer y te cantarán siempre
todas las generaciones:
¡Tú eres la flor más hermosa
y el fruto más preciado de la humanidad!
Oh Madre
Oh Madre que con tu misericordia
has penetrado en mi corazón
ten piedad de mí.
Tú que desde lo alto
me has hecho ver la Verdad
me libraste de caer
en manos enemigas,
eres admirable en tu amor
en tu bondad divina.
Por medio de Ti
recibimos la Gloria del Señor.
Mi boca pronunciará
eternamente Tu Nombre,
que quede yo impregnada de Ti.
Madre eres como un manantial
emanando sabiduría
y el camino hacia el Todopoderoso.
Alabada siempre seas.
Amén.
María, Nuestra ayuda
Vigilante estás Tú Dulce María,
silenciosa siempre a nuestro lado,
cuidando nuestro camino
y sacando las piedras
que hay a nuestro paso.
Nunca salgas de nuestra vida
Virgen mía,
perdidos estaremos si no tenemos tu guía,
a veces nos desviamos de la ruta que
nos trazas,
o desmayamos ante cualquier tropiezo,
pero siempre nos sacas adelante,
con la ayuda de Nuestro Padre.
Amén.