Oh Madre
Oh Madre que con tu misericordia
has penetrado en mi corazón
ten piedad de mí.
Tú que desde lo alto
me has hecho ver la Verdad
me libraste de caer
en manos enemigas,
eres admirable en tu amor
en tu bondad divina.
Por medio de Ti
recibimos la Gloria del Señor.
Mi boca pronunciará
eternamente Tu Nombre,
que quede yo impregnada de Ti.
Madre eres como un manantial
emanando sabiduría
y el camino hacia el Todopoderoso.
Alabada siempre seas.
Amén.