Virgen María 1
Virgen María
Madre:
Madre:
Madre mía ,en el comienzo de este día bendíceme,
que tu amor y tu oración maternales me acompañen a lo largo de toda esta jornada.
En las dificultades del trabajo, ayúdame.
Si flaqueo en mis buenos propósitos, anímame
En las dudas y decisiones, guíame.
En mi "obscuridad", "ilumíname".
Cuando me desprecien u olviden, ámame.
En las tentaciones y peligros, defiéndeme.
En las ansiedades y angustias de mi alma, cálmame.
Concédenos, Virgen Santa, un poco de consistencia para nuestro barro; un poco de luz para nuestra noche; un poco de paz para nuestra lucha de cada día; un poco de fe para nuestra duda; un poco de alegría para nuestras penas; un poco de amor para nuestro egoísmo; un poco de agua para nuestra sed; un poco de vida para nuestra vida; un poco de servicio para nuestra comodidad; un poco de calor para nuestra frialdad; un poco de ilusión para nuestra desgana; un poco de tu auxilio para nuestra necesidad.
Amen.
Santa Maria, Madre de Dios y Madre de la Iglesia te pido:
Un poco de tu nieve para mi barro,
Un poco de tu luz para mi noche,
Un poco de tu paz para mi lucha,
Un poco de tu fe para mi duda,
Un poco de alegría para mi pena,
Un poco de tu amor para mi odio,
Un poco de tu agua para mi sed,
Un poco de tu vida para mi vida,
Un poco de tu Hijo para tu hijo,
Un poco de ti para mi.
V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya,
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
V. Ha resucitado, según predijo; aleluya,
R. Ruega a Dios por nosotros; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya,
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Porque en ti veneramos la infinita dulzura,
la señal inequívoca de la vida más pura,
y el hondo sentimiento que se ofrenda en ternura
para que el alma encuentre su senda de ventura.
Venimos a pedirte que seas nuestra guía
y en el tumulto diario de la humana porfía
nos otorgues la gracia, celeste melodía,
de saber que te encuentras en nuestra cercanía.
Auxilio de los pecadores
siempre dispuesta al perdón
y a la intercesión
obtenme las gracias
que me sean necesarias
para encaminar rectamente mi vida,
rechazar enérgicamente el pecado.
huir de sus ocasiones
y poner los mejores medios
para purificarme
según el divino designio
y así encaminarme
hacia quien es la Vida misma
Amen
Padre Celestial, Tú has querido que en María
se reflejase tu amor.
¡Gracias por habernos dado una madre tan
perfecta! Ella es para nosotros una nueva
revelación de todos los tesoros de bondad
que se encuentran escondidos en tu corazón
paterno, nos muestras hasta que punto Tú
eres bueno y dulce en tu amor.