Pasar al contenido principal

Problemáticas

El costo social y económico de las familias rotas y los beneficios de familias unidas

Un informe del Institute of Marriage and Family Canada (“Opciones privadas, costes públicos: cómo nos cuestan a todos las familias rotas”) evidenciaba el impacto económico de las familias separadas. Según ese informe, en el año fiscal 2005-2006 se destinaron 6,100 millones de dólares para ayudas a este tipo de familias.

Subidas y bajadas y un poco de cemento

La vida a veces nos vapulea. Subimos, bajamos, estamos bien y al rato nos tienen que sacar del cubo de la basura. Hoy compramos un billete para ir de vacaciones a tal lugar, y mañana quisiéramos romperlo para quedarnos más tiempo con la familia o los amigos.

Nuestras decisiones tienen muchos ingredientes. Análisis fríos, emociones calientes, presiones de los de casa o en el trabajo, intuiciones y miedos: todo se mezcla y, de repente, decidimos.

Y los hijos, ¿qué?

Y los hijos, ¿qué?

Por diversas razones, en estas últimas semanas he estado presente en conversaciones sobre la Familia, así, con mayúscula. Un concepto que se ha manejado de muy diferentes maneras y que se ha vuelto el foco de discusión en varios foros. Por ejemplo, un tema de las pasadas elecciones de los Estados Unidos, fue el respeto a la institución familiar, a los valores de la familia tradicional. En varios estados se votó la aprobación o el rechazo del matrimonio homosexual (por cierto, en todos los casos se rechazó el concepto).

¿Vale la pena casarse?

Bastantes jóvenes aseguran hoy que no ven razón alguna para contraer matrimonio. Se quieren, y en ello encuentran una justificación sobrada para vivir juntos. Estimo que están equivocados, pero los comprendo perfectamente.

Y es que las leyes y los usos sociales han arrebatado al matrimonio todo su sentido:

a) la admisión del divorcio elimina la seguridad de que se luchará por mantener el vínculo;

Cuando la enfermedad llega

Hay veces en que prometemos sin saber a lo que nos comprometemos. Es muy fácil, cuando uno es joven y está sano decir y prometer que estaremos con nuestro cónyuge, con nuestra familia en la salud y en la enfermedad. Luego, los años pasan, la enfermedad llega, poco a poco a veces, otras veces con fuerza y por sorpresa. Entonces nos damos cuenta de que lo que prometimos no era poca cosa; que la enfermedad  es una de las pruebas más fuertes para el amor.

Antes de divorciarte

Según parece cada día aumenta el número de divorcios y no sólo en los Estados Unidos, sino en países como el nuestro, donde tenemos una estructura familiar mucho más sólida y sana. Por lo cual nunca estará de más profundizar en esta triste realidad que, suele ser la puerta de escape de las crisis matrimoniales. Una puerta de escape en un avión es algo que solamente en situaciones de gravedad excepcional debe usarse.