Matrimonio
¿Sería legítima una ley de matrimonio de homosexuales?
El pasado 29 de junio comenzó en España - por votación del Congreso de diputados - la preparación de una ley que equipara las uniones del mismo sexo con el matrimonio. Los obispos han publicado una nota el 15 de julio diciendo que las personas homosexuales merecen respeto como toda persona, pero que no hay que pensar que cambiar lo que es el matrimonio pueda ayudar a nadie. Si quieren hacerlo tendrán que aportar estudios serios para cambiar una institución milenaria que tiene a favor razones de tipo antropológico, social y jurídico. Veámoslas brevemente.
La Pasión de Mel Gibson
Bernanós decía que todos tenemos un “lugar” en el Evangelio; que todos deberíamos encontrar en las Escrituras esa frase que se pronunció por mí. Mel Gibson ha encontrado la suya en el lugar más incomprensible y difícil de todos: la Pasión. Desde hace más de doce años ha leído su vida pasada en esta clave, bajo esta luz: “Por sus llagas hemos sido curados”. Aquella frase del profeta Isaías, además de ser el marco de la película, es también el porqué de esta producción que desafía a Hollywood. La Pasión revive las últimas doce horas de la vida de Cristo.
Amor, flor delicada
Amor, flor delicada
En la película “Secretos de un matrimonio” de I. Bergman, aparece una mujer –típica ama de casa- quiere divorciarse, pues su matrimonio es sin amor; después de muchos años en los que “todo ha ido bien”, quiere separarse y se lo cuenta a la abogado: “mi marido es una buena persona, no le reprocho nada, ha sido un padre excelente y nunca nos hemos peleado.
¿Qué tipo de amor supone el matrimonio?
¿Qué tipo de amor supone el matrimonio?
En una ceremonia de boda donde todo son felicitaciones, fotos, sonrisas y fiesta, las palabras del rito tienen una nota disonante que siempre me han llamado la atención: en lo adverso. ¿No parece fuera de lugar y hasta de mal gusto recordar la adversidad en un momento así? Sin embargo, en esas palabras va toda una visión del matrimonio y del amor. Esto es lo que las siguientes líneas quieren explicar.
La preparación para el matrimonio
La preparación para el matrimonio
Por desgracia, muchos se casan en la Iglesia sin preparar adecuadamente ese evento. Lo hacen por inercia, por costumbre o fijándose solamente en los aspectos exteriores. Para evitar este escollo es preciso tomar las medidas necesarias para preparar la misa y comprender a fondo el rito. Las siguientes reflexiones quieren ayudar a lograr este objetivo. Son cosas sencillas, prácticas, pero pueden ayudar a hacer más profunda la participación.
Preparación de la misa, de las lecturas, etc.
La gota que derrama el vaso en el matrimonio
Cuando uno se pregunta de dónde provienen los problemas matrimoniales, las respuestas pueden ser múltiples y complicadas. Unos se rompen porque existe por parte de uno (o de los dos) un problema psicológico o moral serio. Me refiero a problemas como las neurosis, las psicosis, el alcoholismo... o, en el plano moral, la falta de principios fundamentales de decencia.
Podríamos pensar en casos como los siguientes.
Cristo, centro, criterio y modelo de tu matrimonio
Los esposos se santifican con su amor
Desde luego, amar santifica a la persona que ama. Pero después del sacramento del matrimonio hay algo más: amar santifica también a la persona amada. Desde el momento en que sus amores son amalgamados con el amor que Cristo les tiene, todos los actos de amor de los esposos son también vehículo del amor de Cristo por ellos y, por lo tanto, vehículos de la gracia.
Ama con amor de amistad
El amor busca el bien de la persona amada. El amor es capaz de trabajar "sólo" y sin correspondencia, pero lo más grande en este mundo es cuando dos amores se encuentran. Entonces se crea la amistad: un amor que va y viene en las dos direcciones.
Antes de casarte abre bien los ojos
Creo que es uno de los consejos más sabios que se puede dar a una persona casada. ¡Cuánto sufrimos por exigir a los demás lo que no pueden o no quieren dar! En el matrimonio es importante no soñar con una situación perfecta sino hacer lo mejor que se puede con lo que se tiene.