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Educar en valores y virtudes

Clave para la armonía familiar: ¡Nunca criticar!

Los hijos  lo asimilan todo de sus padres: sus reacciones, su conducta, sus actitudes, sus virtudes y también sus defectos. De ahí la importancia de dar buen ejemplo.

En el tema de vivir la caridad y no criticar a los demás, es algo que se aprende desde el seno del hogar.

C. S. Lewis, el célebre autor inglés de Las Crónicas de Narnia y cuyas obras recomiendo ampliamente por la riqueza de sus contenidos, tiene  otro libro suyo bastante interesante, titulado: Cartas del Diablo a su sobrino.

¿Hay esperanza frente al alcoholismo?

Al escritor Jorge Luis Borges, anciano y ciego, le preguntaba un joven:

“¿Cómo es posible que un hombre tan culto e inteligente como usted, se empeñe en oponerse al curso de la historia?”. La respuesta fue la siguiente:
“Oiga, joven ¿no sabe usted que los caballeros sólo defendemos causas perdidas?”. Las causas perdidas son las únicas que vale la pena defender. No
sólo porque las otras se defienden solas, sino porque la verdad siempre aparece como desvalida.

¿Cómo dar clases de catecismo?

El personaje central de todo catecismo ha de ser Nuestro Señor Jesucristo, su vida, sus enseñanzas, su amor al Padre, el envío del Espíritu Santo y el don de dejarnos por madre a su Madre. Hay que mantener la memoria activa para que esté en buen estado. Para tener mayor capacidad de memoria hay que sacar a nuestro sistema nervioso de la rutina a través de su ejercitación.

¡Quédate con nosotros!

San Lucas cuenta el episodio de los discípulos de Emaús: El mismo día que la Magdalena vio a Cristo resucitado, dos de los discípulos iban a Emaús. La beata Ana Catalina Emmerick dice que eran Cleofás y el mismo Lucas. Los dos discípulos conversaban entre sí, cuando  de pronto un desconocido se les unió: 

La paciencia hace más llevadero lo que no tiene enmienda

Se pierde, se cansa, se agota, se debilita, se satura, se irrita, se quiebra, se acaba, se recobra, se sofoca, se agobia, se troncha, se restablece, se quebranta, se abruma, se termina, se encuentra, se muele, se hastía, se consuma, se rescata, se liquida, se remata, se molesta, se sufre, se desborda, se recupera, se destruye, se atosiga, se extenúa, se harta y se colma la paciencia. Si has llegado a esta línea sin que te reviente la paciencia, habrás dado un paso importante para conseguir esta virtud.

La aventura de la vida ordinaria

Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. Dicho popular 
Desde la fundación del Opus Dei, en 1928, San Josemaría Escrivá de Balaguer nos ha venido a recordar que el trabajo humano no es consecuencia del pecado original sino parte del plan de Dios para todo ser humano. El trabajo de cada día puede resultar novedoso si sabemos meter vida de fe y oración, y el trabajo más valioso será el que se haga con más amor de Dios. Decía el poeta que, en este mundo, todo será de acuerdo al cristal con que se mira.

Bendecir la mesa, una costumbre que ayuda a que vuestros hijos vivan en un ambiente cristiano

La Bendición de la mesa es una costumbre antiquísima entre los cristianos; y, antes, entre nuestros hermanos mayores, los judíos. En los relatos evangélicos se puede observar como el propio Jesús, nuestro Señor, lo hacía. No sólo en la última cena, sino que, por ejemplo, antes de multiplicar los panes, bendice al Padre, pronuncia la bendición de agradecimiento… Lo mismo hacen los discípulos, como se puede apreciar en el libro de Los Hechos de los Apóstoles y otros del Nuevo Testamento.

¿Qué significa bendecir algo o a alguien?

El narcisimo de los jóvenes

El narcisimo de los jóvenes

Los adultos han hecho de todo para que no les falte nada a sus hijos,
inducen a los jóvenes a que crean que tienen que satisfacer cada uno de sus deseos, confundiéndolos con la necesidad.
¿Es educativa esa manera de proceder?, ¿qué tipo de personalidad deseamos formar?

El miedo a educar

El miedo a educar

-Deja de ver la televisión, o deja el nintendo y haz tus deberes.



Voz que cae en el desierto y orden que no es obedecida



Uno de los signos de preocupante degradación de algunos valores, es la ambigüedad acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos. 
Antes, los padres de familia educaban, con mayor o menor acierto, pero educaban.