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Educar en valores y virtudes

Cultivar la fe en familia

Cada familia cristiana es una “comunidad de vida y de amor” que recibe la misión “de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa” (Juan Pablo II, “Familiaris Consortio” n. 17). Es una comunidad que busca vivir según el Evangelio, que vibra con la Iglesia, que reza, que ama.

Para vivir el amor hace falta fundarlo todo en la experiencia de Cristo, en la vida de la Iglesia, en la fe y la esperanza que nos sostienen como católicos.

Autoevaluación para padres: ¿qué quiero para mi hijo?

Si es cierto que las virtudes están enlazadas unas con otras, no es menos que conveniente centrarse en aquellas cuyo desarrollo es más propio de la edad del hijo. En niños menores de siete años lo propio es el desarrollo del orden, la sinceridad y la obediencia. De la intencionalidad de los padres en la educación depende buena parte el éxito de la misma. ¿De qué sirve saber qué virtudes debemos potenciar si no sabemos cómo?

El amor es asi

El amor es así

El amor es así.

Triunfa del mal

a base de paciencia y confianza,

a pesar de todas las pruebas.

El amargo o agridulce sabor de la pólvora,

entiéndase del trabajo duro y diario,

produce resultados que saben a miel.

Esfuerzo y entusiasmo

son mis compañeros de camino.

¡Qué buenos amigos son!

Pero la estrella polar de mi vida

es el amor.

Porque el amor llega donde no llega la razón.

Iniciación a la Moral

Iniciación a la Moral

Prof. Tashia de Vallenilla

Esquema:

    I, Iniciación a la Moral

    II, Prologo de la Ética Cristiana

I. Iniciación a la Moral

La vida moral se presenta como la respuesta debida a las iniciativas gratuitas que el amor de Dios multiplica a favor del hombre. Es una respuesta de amor.

Aquello que es el hombre y lo que debe de hacer se manifiesta en el momento en el cual Dios se revela a sí mismo. Dt 6,4/7