Amo la vida y lucho por ella, pero he perdido el miedo a la muerte
Una frase como esta salió de la boca de un hombre pocos días antes de morir. Es una de las últimas frases completas y legibles que pude escuchar de él, y que resumen quizá una vida. Estas fueron las palabras de Héctor Murillo, enfermo de cáncer, que días antes de Semana Santa, el 12 de abril por la tarde, dejaba a su esposa Sandra y a su hijo Leo, de dos años de edad recién cumplidos, en este mundo para irse al encuentro definitivo con Dios.