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Aborto

El aborto

Hablaba con un amigo sobre la votación que se desarrolló ganando por un voto el “no” a una ampliación sobre el aborto. Me decía que los políticos no querían más que los votos, que el problema no era si se mataba o no a un ser, que eso no les importaba, sino “hacer carrera”. Por esto, pienso que la verdadera batalla sobre este tema no ha acabado, pues está en la opinión pública. Ante tanta información, habría que apelar a la verdad interior de las cosas y no a las modas o a las votaciones.

Aborto y laicidad

La laicidad de un estado es sana cuando son aceptados y promovidos valores básicos sin los cuales no hay auténtica convivencia social. La defensa de la vida, la justicia y la igualdad ante la ley, la protección de los débiles, el apoyo a la familia, la tutela del derecho al trabajo, son temas no negociables: ningún estado puede dejar de lado la defensa de los derechos humanos fundamentales.

Aborto y evasión fiscal

Los que defienden el aborto repiten aquí y allá los argumentos de siempre, con una originalidad bastante escasa. Si los usan tanto, será porque son buenos... De verdad, ¿son tan buenos como parecen?

Imaginemos, como en una fábula, que se aplicasen algunos de esos argumentos al tema de los impuestos, la evasión fiscal y los fraudes...

Clonación y aborto

Existe un rechazo bastante general hacia la clonación humana. Construir un hombre “programado” mediante una técnica experimental parece algo monstruoso. Por eso las Naciones Unidas, en su votación del 8 de marzo de 2005, han aprobado una declaración que invita a todos los países a prohibir la clonación humana.

No sólo abortos femeninos

La revista The Lancet acaba de publicar (9 de enero de 2006) un estudio sobre los cerca de 10 millones de abortos “femeninos” que se han producido en La India durante los últimos 20 años. El título del estudio es: “Low male-to-female sex ratio of children born in India: national survey of 1•1 million households”.

Contra todo aborto ilegal (2-12-2007)

Necesitamos recordarlo una y otra vez. No existe ni puede existir ningún aborto inducido que sea legal.

Porque la ley, si es verdadera ley, no puede permitir un crimen. Porque la ley deja de ser ley cuando viola los derechos humanos fundamentales. Porque una injusticia nunca dejará de serlo por más que esté sostenida por normas, decretos, votaciones parlamentarias, plebiscitos populares.

Pena de muerte y aborto

Quizá parezca un sueño, pero muchos luchan por conseguir una moratoria mundial de la pena de muerte. Grupos políticos, movimientos sociales, personas que pertenecen a distintas religiones, se unen para alcanzar esta meta. Parlamentos de algunos países apoyan el proyecto, y buscan que los organismos internacionales (Unión Europea, Naciones Unidas) asuman un proyecto tan ambicioso.

¿Vale la pena defender la vida?

¿Vale la pena defender la vida?

Cada vez hay más legislaciones que se van decantando por la despenalización del aborto, por la promoción de medidas jurídicas que permitan la unión de personas del mismo sexo, lesionando el papel de la familia, y por la regulación de la eutanasia como derecho. Todos ellos son atentados contra la vida en su inicio, en su desarrollo o en su término natural. El panorama, muchas veces desalentador, nos hace preguntarnos con seriedad, ¿sirve de algo ir contra esa corriente que ve al ser humano como un objeto y no como un sujeto?