Doctrina Social Cristiana
En su reciente viaje al Reino Unido el Papa Benedicto XVI ofrece a los fieles laicos, es decir, a los fieles comunes y corrientes, de a pie, sin ninguna consagración particular o ministerio eclesial determinado, un potente mensaje, un auténtico desafío y un horizonte atractivo para su vida y su labor cotidiana. Quiere despertar de la apatía, de la modorra y el pesimismo a la parte más consistente –por lo menos numéricamente- de la Iglesia, la parte que puede fecundar y transformar el mundo.
Un indudable indicio de madurez política es la capacidad de colaboración y sinergia que se establece entre los diversos componentes de la sociedad en un estado determinado. En la relación entre la Iglesia y el Estado, entre el ámbito religioso y el civil se descubre con frecuencia si esa madurez se ha alcanzado, o si por el contrario persisten prejuicios e intolerancias entre los diversos actores de la sociedad civil.
Algunos piensan que la Iglesia se equivoca cuando habla sobre temas sociales y políticos. Otros piensan que la Iglesia habla demasiado poco sobre esos temas.
Lo cierto es que la Iglesia ofrece al mundo un servicio insustituible cuando recuerda principios y valores que son irrenunciables a la hora de construir sociedades justas y solidarias.
Por eso, la Iglesia no se equivoca cuando recuerda a los católicos y a los hombres de buena voluntad que es injusta cualquier acción que implique desprecio, abuso, violencia física, explotación de seres humanos inocentes.
«Las directivas son claras y perentorias: ahorrar, sanear, hacer competitivo al Grupo. Para ello, reducción de personal. En otras palabras, expulsiones.
«Tengo que dar órdenes concretas. Habrá expulsiones entre los 30 ejecutivos que viven en un país rico. Sospecho lo que ocurrirá cuando llegue mi mensaje. Alguno se suicidará. En otros casos, la depresión psicológica se hará presente, llevará a la destrucción lenta de las personas. Habrá familias que se disgreguen. Habrá tensiones, peleas, odio en los corazones.
Recientemente Benedicto XVI ha vuelto a abordar el espinoso tema del cristianismo y la política, que a primera vista podrían parecer dos realidades por lo menos heterogéneas, cuando no incompatibles o contradictorias. Lo llamativo es que sea precisamente Joseph Ratzinger, el antiguo cardenal que hizo hasta lo indecible por acabar con el maridaje entre religión y política que había forjado la teología de la liberación.
La Doctrina Social de la Iglesia expone los aspectos principales e inseparables de la persona humana para captar las facetas más importantes de su misterio y de su dignidad. No han faltado concepciones reduccionistas y relativistas, de carácter ideológico o simplemente formas difusas de costumbres y pensamiento, que se refieren al hombre, a su vida y su destino.
- ¿Por qué cree que el Papa ha elegido el tema de la Justicia para su mensaje con ocasión de la Cuaresma? ¿Hay una relación entre Justicia y los cuarenta días de ayuno de Jesús en el desierto que conmemoramos con este período penitencial de nuestro calendario cristiano?
Hitler en Misa y otras supuestas pruebas de complicidad de la Iglesia con el nazismo
No dejan de ser inquietantes las imágenes que los medios de comunicación nos transmiten sobre la tragedia de Haití. Esas imágenes nos interpelan: ¿qué puedo hacer yo? Es preciso sensibilizar la conciencia, porque desgraciadamente podemos acostumbrarnos al sufrimiento ajeno y presenciarlo como espectadores pasivos, como aquel que ve una película, y que al terminar la proyección pasa a otra cosa: unas palomitas, una cena…
MENSAJE DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA XLIII JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
1 DE ENERO DE 2010
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