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¿Vio Usted el Informe Presidencial?

Cuando hablamos de valores sociales, algunos destacan, ya que son valores que “hacen” sociedad, que logran que sea posible el funcionamiento de las sociedades. Entre otros, están los valores de participación, compromiso, solidaridad; esos son los que permiten que una sociedad funcione. Si la audiencia del pasado Informe Presidencial fuera un examen sobre estos valores, sin duda la mayoría de nosotros reprobaríamos.

¿Vio Usted el Informe Presidencial? Casi un 70% de los mexicanos no lo vimos o escuchamos. Tuvimos muchas razones: Tenía mucho trabajo, No tiene importancia, Dicen puras mentiras, Es siempre lo mismo, fueron algunos de los motivos que se dieron para no ver el informe. Y, por cierto, en mucho tienen razón. Un Informe Presidencial es casi tan entretenido como un estado de cuenta bancario o los estados financieros de una empresa. Ninguno de ellos se escucha con deleite, pero hay que ponerles mucha atención, porque ahí están datos muy importantes para conocer la situación de las finanzas familiares o la situación de una empresa… o de un país.

A mí en particular me preocupó ver que muchos diputados (electos por nuestro abstencionismo) están en la misma actitud que tuvo la legislatura anterior. No se ve que haya la menor intención de escuchar argumentos, de tener un debate inteligente (a lo mejor es mucho pedir), o por lo menos respetuoso. Tres años de actitudes infantiles les rindieron jugosas ganancias electorales (y monetarias); por lo tanto seguramente seguirán con las actitudes que tanto daño nos hacen, porque lo que les importa es el bien de su partido, no el bien de la nación.

Claro, es fácil criticar al Congreso. Y nosotros ¿qué hacemos? Si ni siquiera nos molestamos en ver el Informe, el mensaje para los políticos es muy claro: Podemos hacer lo que queramos; a la gente no le importa. Nos quejamos mucho, pero solo estamos viviendo las consecuencias de nuestra falta de participación y compromiso. La responsabilidad la tienen ellos, los que se meten en política. Nosotros, los que no nos ensuciamos con esas cosas tan feas, estamos desde la barrera, criticándolos, pero sin tomarnos ninguna molestia. Pero, me dirá Usted, ¿qué podemos hacer? ¿No estamos indefensos ante estas situaciones? Hay mucho que hacer: al menos participar en los comicios, al menos ver estos eventos para poder criticar con bases. ¿Qué nos impide mandar una carta hoy a nuestro diputado diciéndole que nos avergüenza la actitud que están tomando sus colegas? Yo le aseguro que no se necesita que sean millones de cartas. Si mañana llegaran 200 mil cartas así a los diputados, vería Usted como se empezarían a preocupar.