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Mensaje al inicio del año. Un llamado contra la pobreza.

1) Para saber

Como es tradicional, el santo Padre ha vuelto a dirigir un mensaje a todo el mundo el primero de enero. Es un mensaje por la paz. Y ha querido referirse al problema de la pobreza, la cual provoca una pérdida la paz.

“Es verdad, dice el Papa, que cualquier forma de pobreza no asumida libremente tiene su raíz en la falta de respeto por la dignidad trascendente de la persona humana. Cuando no se considera al hombre en su vocación integral…, se desencadenan también dinámicas perversas de pobreza”.

El Papa hace un llamado a no quedarnos en las causas superficiales de la pobreza, sino atender también a las que están en el mismo corazón humano, como la avidez y la estrechez de miras. Pues el problema no es solo monetario, sino de un desarrollo integral de los hombres, en donde las personas que ayudan, a su vez, han de involucrarse verdaderamente, y así, tanto el que ayuda, como quien recibe la ayuda salen beneficiados.

2) Para pensar

Es preciso, pues, salir de uno mismo, por amor a Dios y a los demás, no quedarse ensimismados.

Se dice que al poner un buitre en un cajón que mida 2 metros por 2 metros y que esté completamente abierto por la parte superior, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto. La razón es que el buitre siempre comienza un vuelo desde el suelo con una carrera de 3 a 4 metros. Sin espacio para correr, ni siquiera intentará volar, sino que quedará prisionero de por vida en una pequeña cárcel abierta, sin techo.

Algo semejante sucede con la abeja que, al ser depositada en un recipiente abierto, permanecerá allí hasta que muera, a menos que sea sacada. Nunca ve la posibilidad de escaparse por arriba. Seguirá buscando una salida hasta que completamente se destruye a sí misma.

De alguna forma somos como el buitre y la abeja obrera, luchamos con nuestros problemas y frustraciones, sin nunca darnos cuenta que lo que tenemos que hacer es ver fuera de nosotros, ver hacia arriba. Esa es la ruta de escape y la solución a cualquier problema. Salir de nosotros mismos viendo hacia arriba, hacia Dios: la tristeza mira hacia atrás, la preocupación mira hacia alrededor, pero la fe mira hacia arriba.

3) Para vivir

Ya Juan Pablo II advertía sobre la necesidad de nunca considerar a los pobres, sean personas o pueblos, como molestos e importunos. No es así, los pobres exigen el derecho de participar y gozar de los bienes materiales y de hacer fructificar su capacidad de trabajo, creando así un mundo más justo y más próspero para todos.

La Iglesia, interesada siempre por los pobres, señala los principios de solidaridad y de la caridad que son imprescindibles para un mundo mejor. Por ello, el Papa Benedicto XVI afirmaba que por sí sola la globalización es incapaz de construir la paz, más aún, genera en muchos casos divisiones y conflictos; pero si está orientada hacia una profunda solidaridad, contribuirá en la construcción de la paz.

Terminaba el Papa Benedicto XVI invitando a cada una y cada uno a ensanchar su corazón hacia las necesidades de los pobres, haciendo cuanto le sea concretamente posible para salir a su encuentro, sabiendo que "combatir la pobreza es construir la paz".