Éstas son, hasta ahora, las más famosas fechas fallidas de los «profetas» del fin del mundo
+ Año 1843.- William Miller, estadounidense ex-bautista y fundador de la secta «Adventistas Evangélicos», publicó en 1836 el escrito Evidencia sacada de las Sagradas Escrituras y de la historia acerca de la segunda venida de Cristo en derredor del año 1843. Esto atrajo multitudes; sus seguidores abandonaron sus cosechas, sus trabajos y donaron sus pertenencias, quedando en la miseria cuando la predicción no se cumplió.
+ 22 de octubre de 1844.- Miller admitió haberse equivocado con el 1843, pero hizo nuevos cálculos y anunció la nueva fecha cuya llegada, claro está, también fue un fracaso.
+ 1854.- La mayoría de los seguidores de Miller lo abandonaron ante la desilusión; pero otro predicador, Jonathan Cummins, reorganizó a los pocos feligreses que quedaban. Anunció que Miller estaba en lo cierto en cuanto a la cercana fecha del fin, pero que la correcta era 1854. Curiosamente, tras el nuevo fracaso en los vaticinios, la secta no desapareció, sino que por acciones de Ellen White, se fortaleció y transformó en la «Iglesia Adventista del Séptimo Día».
+ 1874.- También en Estados Unidos, Charles T. Rusell, que había sido seguidor de Miller, decidió hacer su propia secta —hoy llamada «Testigos de Jehová»—. En su tratado Estudios de las Escrituras (tomo III, pág. 171) dijo presentar «evidencia bíblica de que 1874 A.D. fue la fecha exacta del comienzo de los ‘Tiempos de la Restauración’ y, por tanto, de la vuelta del Señor».
+ 1879.- La secta de Rusell escribió en la revista Atalaya del 1 de julio de 1879, pág. 3: «Estamos viviendo en los postreros días, el Día del Señor (...) Es un hecho que no sólo es discernible al que estudia la Palabra detenidamente y que está siendo guiado por el Espíritu, sino que las señales extreriores que el mundo puede discernir dan el mismo testimonio».
+ 1914.- En 1886 Rusell anunció por escrito que ya entonces se estaba dejando sentir la Gran Tribulación, la cual culminaría en 1914, año del Armagedón o «fin final». En De paraíso perdido a paraíso recobrado, pág. 197, escribe que la Gran Tribulación «empezó a sobrevenirle a la organización del diablo en 1914».
+ 1918.- Rusell murió en 1916, pero la secta, comandada por Joseph Franklin Rutherford, publicó en 1917 The Finished Mystery, donde se lee: «En la primavera de 1918 vendrá sobre la Cristiandad un espasmo de angustia» (p. 62). «La calamidad se debe al resurgimiento del Día de Cristo (...), la cual comenzó con la Guerra Mundial de 1914 y la que cesará en 1918» (p. 404).
1975.- La secta «Testigos de Jehová», en 1966, predijo una vez más el fin —ya no «del mundo» sino de «este sistema de cosas», porque hoy enseñan que el mundo jamás se acabará—, según se lee en su libro Vida Eterna, pág. 29: «Según esta cronología bíblica fidedigna, seis mil años desde la creación del hombre terminarán en 1975, y el séptimo período de mil años de la historia humana comenzará en el otoño de 1975».
1984.- En diversos libros (por ejemplo, Cuando las piedras hablan los hombres tiemblan) se anunció con suficiente anticipación que los jeroglíficos de la egipcia pirámide de Keops vaticinaban que el fin del mundo tendría lugar en 1984.
1986.- En Perú un individuo llamado Sixto Paz, que decía tener encuentros personales con extraterrestres, anunció en 1975 que los visitantes le habían revelado que habría «una guerra atómica» que acabaría como un «holocausto vertiginoso y sangriento». Ello tendría lugar en 1986, con el paso del cometa Halley cerca de la Tierra.
1991, 1993 y 1996.- Giorgio Bongiovanni, italiano estigmatizado —obviamente sus estigmas no son de origen divino— que dice recibir mensajes de la Virgen de Fátima y que anuncia que el retorno de Cristo será en un platillo volador, anunció el fin del mundo para agosto de 1991 debido a que un meteroito chocaría contra la Tierra. Lanzó una nueva «profecía» del fin del mundo para el año 1993, y, ante el nuevo fracaso, la pasó a 1996.
1995.- Regresando a EU, en 1985 Vernon Wayne Howell (alias «David Koresh»), cantante de rock, polígamo y pederasta líder de la secta «Iglesia Adventista Davidiana del Séptimo Día», dijo a sus seguidores que el mundo acabaría diez años después, por lo que se atrincheraron en un rancho de Waco, Texas, hicieron acopio de armas de fuego para repeler a «los malos», y se enfrentaron a tiros con el FBI en 1993, falleciendo decenas de sectarios.
1997.- Treinta y nueve miembros de la secta estadounidense Heaven’s Gate (Puerta del Cielo) se suicidaron el 25 de marzo de ese año, convencidos por su líder, Marshall Applewhite, de que la Tierra iba a ser reciclada, que detrás del cometa Hale-Bopp había una nave espacial, y que si se quitaban la vida serían transportados en ella hacia el Paraíso.
11 de agosto de 1999.- El famoso diseñador de modas hispano-francés Paco Rabanne (Francisco Rabaneda y Cuervo), tuvo un repentino acceso de adivino, y anunció al mundo que la estación espacial rusa Mir iba a caer sobre París el 11 de agosto de 1999, en coincidencia con el último eclipse total de Sol del milenio, lo que —según una peculiar lectura de las Centurias de Nostradamus— iba a suponer la aparición del Gran Rey del Terror, lo cual marcaría el principio del fin. «No podía guardar un secreto tan terrible. He cumplido mi deber. Estoy aquí para avisar a los humanos», advirtió un mes antes de la fecha.
2000.- La supuesta incompatibilidad de algunos programas de computadora para ajustar el cambio de fecha en el año 2000, hizo afirmar a muchos que habría interrupciones en servicios públicos, transporte, gobierno, asistencia sanitaria, etc., lo que desembocaría en la catástrofe final.
Y los que van a fallar...
Entonces, ¿cuándo el fin del mundo? ¡En la fecha que te apetezca!
- En ciertos ambientes protestantes se está difundiendo la interpretación «profética» de que lo que ellos llaman «el rapto de la Iglesia» tendrá lugar el 21 de mayo del 2011,y que el 21 de octubre del 2011 un cometa colapsará con la Tierra, lo que provocará el fin del mundo y el juicio a las naciones.
- Según la muy de moda «profecía» maya, el mundo llegará a su fin el 21 de diciembre de 2012. Otros dicen que será el día 22.
- El italiano Giorgio Bongiovanni, el mismo que «profetizó» la segunda venida de Cristo para 1991, para 1993 y luego para 1996, hoy ya no se atreve a habla de fin del mundo ni del retorno de Cristo, sino de la entrada de la «Nueva Era», que, según él, será el 31 de diciembre del 2012.
- Otros dicen que en la pirámide maya de Kukulkán está predicho que el fin del mundo tendrá lugar el año 2023.
- Según las más recientes conclusiones de los seguidores del astrólogo francés Nostradamus, en el año 3500 habrá una guerra mundial y el fin del mundo tendrá lugar en el 3797.
¿También Jesucristo se equivocó al profetizar el fin del mundo?
Dijo a sus discípulos: «No pasará esta generación sin que todo esto suceda»?
A veces el modo de hablar o de escribir de la gente de una época dificulta que la de otro tiempo entienda lo que quiso decir. Es el caso de lo que dice el Evangelio respecto del fin del mundo. A primera vista parece que Jesucristo se equivocó. En Mateo 24, 1-34 se lee: «Se le acercaron sus discípulos para mostrarle las construcciones del templo. Pero Él les respondió: ‘¿Veis todo esto? Yo os aseguro que no quedará aquí piedra sobre piedra’... En privado sus discípulos le preguntaron: ‘Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo’». Cristo les responde ampliamente sobre las señales. Luego, en el versículo 34, afirma: «Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda».
Sin embargo, aquella generación pasó y no ocurrió la segunda venida del Señor. ¿Por qué? Responde el teólogo argentino Miguel Ángel Fuentes, sacerdote religioso del Instituto del Verbo Encarnado: «Jesucristo responde a dos preguntas: cuándo ocurrirá la destrucción del Templo (que profetiza en Mt 24,2) y su Segunda Venida. Las dos cosas no tienen lugar en el mismo momento, pero, según el conocimiento profético, una es ‘tipo’ (typós, figura) de la otra (antitypo). Jesucristo, pues, responde mezclando, como todos los profetas, ambas respuestas. Por eso, así como se refiere a dos acontecimientos distintos, así hay dos respuestas distintas, aunque unidas.
«1) No pasará esta generación: la destrucción de Jerusalén y del Templo tuvo lugar durante la vida de la generación a la que Jesús hablaba. De hecho, según cuenta Eusebio de Cesarea, recordando estas palabras de Cristo, los cristianos de Jerusalén, al escuchar hablar del avance romano cerca del año 70, huyeron a los montes y se salvaron (y extendieron la fe); en cambio, los judíos confiaron que podrían resistir y sucumbieron en el monstruoso asedio de Jerusalén o quedaron esclavizados después de él.
«2) Parte de las palabras de este discurso se refiere al fin del mundo. De éste dice claramente Jesús que nadie sabe ni el día ni la hora en que ocurrirá, ni siquiera los ángeles ni siquiera «el Hijo» (expresión que significa que el Hijo no puede tomar la iniciativa de manifestarlo, como indica el término «conocer» que tiene un sentido práctico)».
Los Apóstoles le preguntaron todo junto; y Él respondió todo junto: «Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo». «Eso» era para ellos la destrucción de Jerusalén —a la cual había aludido Cristo mirando al templo— y el fin del mundo, pues creían que el templo habría de durar hasta el fin del mundo.