Padre Juan Pablo Ledezma L.C.
Parece que la historia de México siempre se ha escrito con sangre. En 1913 había estallado la Revolución mexicana. Ya desde 1911 se fraguaba, cuando Francisco Madero sucedió al legendario Porfirio Díaz- quien se había mantenido en le Gobierno durante 30 años- y ensayó un intento de democracia. Madero moriría poco después, asesinado, en 1913. Es entonces cuando comienza la turbulenta Revolución Mexicana con sus legendarias figuras que han llenado novelas, canciones y pantallas de cine: Pancho Villa en Chihuahua; Obregón en Sonora y Emiliano Zapata en el estado de Morelos.
El ejemplo de Juan Pablo II
Los sociólogos de nuestros días distinguen ya entre "ancianos jóvenes" y "ancianos más ancianos", entre tercera y cuarta edad. Y siguen buscando palabras y términos intrincados para definir y caracterizar un hecho real: el número de abuelos y de abuelas en el planeta tierra abarca una tercera parte de la población mundial.
Es una chica formidable. Tiene 17 años y vive en una aldea de la Sierra norteña de Sonora, llamada Mazocahui. Por allí el ejército ha apostado retenes de soldados que persiguen a los traficantes de "cristal", la droga más barata.
Ahmed al-Jatib, como cualquier niño de 12 años, jugaba con su rifle de plástico. Era el regalo de su papá por su buen comportamiento en este pasado mes del Ramadán. En su imaginación de niño, Ahmed se soñaba soldado, capitán de Jenín… Corría, se escondía, apuntaba y disparaba imitando con su boca el sonido de las balas. Un militar israelí, temeroso y creyéndolo enemigo, le apuntó y disparó un proyectil de verdad.
El bueno de San Francisco de Asís vivía la Navidad maravillosamente. Cantaba, danzaba, contagiando su felicidad. Si el día 25 caía en viernes, lo celebraba en grande. En fecha tan entrañable no se podía ayunar. -Si las paredes pudieran comer carne, hermano León, se la ofrecería para que también ellas pudieran celebrar el nacimiento del Niño Dios– les decía con ternura.
El mundo parece un balón. No es normal que dos selecciones de fútbol se encuentren en el Vaticano para felicitar a un Papa por sus XXV años de Pontificado. Y así ha sucedido.
Pero lo más curioso, lo más relevante, lo mejor ha sido que el capitán de la selección italiana, Fabio Cannavaro, entregó como regalo al Santo Padre una promesa. Los jugadores “azzurri” se comprometieron a pagar y financiar cien adopciones a distancia de niños necesitados. Tremenda goledada para un mundo que juega a la defensiva. 100 adopciones. 100 niños.
El mejor regalo…
Llegamos a las 3 de la madrugada, después de haber organizado a los 240 misioneros en las 40 comunidades que tiene este santo sacerdote. Al llegar me dejó su cama y me proporcionó ropa los restantes días. Es un sacerdote joven, de 32 años de edad. Ha sido formador en el seminario y trabajó un año en la catedral. Ahora está apenas al frente de estas 40 comunidades de la sierra veracruzana. Necesia mucha ayuda económica, para construir la parroquia y otras iglesias. Quiere enviar a dos evangelizadores de tiempo completo.
Hace ya muchos años, allá por 1646, Arizpe era la capital de un inmenso territorio en el norte de México, tan grande en extensión como Italia. La corona española embarcó soldados y misioneros. Las armas de los primeros sirvieron para aplacar a los Apaches, la raza más agresiva y hostil de las cuarenta tribus que poblaba esta zona norteña. Al grupo de misioneros jesuítas, se sumaron algunos italianos.
Bernanós decía que todos tenemos un “lugar” en el Evangelio; que todos deberíamos encontrar en las Escrituras esa frase que se pronunció por mí. Mel Gibson ha encontrado la suya en el lugar más incomprensible y difícil de todos: la Pasión. Desde hace más de doce años ha leído su vida pasada en esta clave, bajo esta luz: “Por sus llagas hemos sido curados”. Aquella frase del profeta Isaías, además de ser el marco de la película, es también el porqué de esta producción que desafía a Hollywood. La Pasión revive las últimas doce horas de la vida de Cristo.