El sexo como pasatiempo
El sexo como pasatiempo
El sexo como pasatiempo
La conversión del corazón
El nuevo adolescente y el amor
Ven Espíritu Santo Creador
ven a visitar el corazón
y llena con tu gracia
viva y eficaz
nuestras almas, que tú creaste por amor.
Tú, a quien llaman
el gran consolador,
don del Dios altísimo y Señor,
eres vertiente viva,
fuego que es amor,
de los dones del Padre,
el dispensador.
Una encuesta llevada a cabo en Estados Unidos mostró que el índice de jóvenes que tuvieron relaciones sexuales prematrimoniales fue mayor entre los que habían recibido “educación sexual”. Otra consecuencia de esos programas de educación sexual es que el índice de abortos provocados se ha duplicado entre adolescentes desde 1972, año en que comenzó el movimiento de educación sexual en escuelas oficiales.
Mi historia es dolorosa de compartir, pero quiero que conozcas lo que me ocurrió para que no vayas a ser lastimada como yo. Tenía 23 años y siempre había planeado ser virgen al casarme. Soñaba con andar por la nave de la Iglesia con un vestido blanco, signo de mi pureza y del regalo que daría a mi esposo. Esto era muy importante para mí y me ayudó a permanecer fuerte por mucho tiempo. Ojalá que hubiera perseverado, pero no fue así.
Se lo dije a mis padres...
Era marzo. Entré a visitar aquella página web. La portada, muy atractiva. El mapa del sitio, muy lógico. Un lapicito simpático aparecía y desaparecía en la esquina superior derecha. En un golpe de ojo te quedaba claro qué era aquella organización, cuál era su visión y cuál su misión. Seguí navegando. Me topé con un anuncio: “¡Ayúdanos a ayudar, adquiere ya nuestras tarjetas navideñas”.
“La actual crisis financiera en Estados Unidos, es una tragedia de enormes dimensiones. Sin embargo, en México, somos un pueblo solidario y los miembros de cada familia se ayudan entre sí”.
La frase anterior que leí esta semana por el internet, no he dejado de pensarla.
¡Cuánta razón tiene el que la escribió!
Miles, quizá millones de familias, sufren al ver cómo el alcohol y/o la droga entran y destruyen la vida de los seres queridos: del padre o de la madre, del esposo o de la esposa, de un hijo o de un amigo.
Esta frase de S. Agustín, correctamente entendida y practicada, encierra en sí, el meollo de todo el mensaje cristiano. En efecto, nadie que ame de verdad, podrá nunca obrar mal ni respecto a Dios, a quien obedecerá en todo, ni respecto al prójimo a quien respetará profundamente.