Twiblings: todo se vale con tal de «tener» un hijo
Imagine que una mujer de 41 años, que ha logrado muchos éxitos en su vida profesional, decide al fin tener un bebé. Como es comprensible, tiene dificultades, dada su edad.
Imagine que una mujer de 41 años, que ha logrado muchos éxitos en su vida profesional, decide al fin tener un bebé. Como es comprensible, tiene dificultades, dada su edad.
¿Qué pasaría si en vez de abocar a las parejas infértiles al engaño de la fecundación in vitro decidiéramos volvernos más ecológicos y atacáramos las causas que provocan la infertilidad?
¿Qué tal si en vez de resignarnos a aceptar un mal (mayor) buscáramos las causas que provocan la infertilidad y dedicáramos esfuerzos a combatirlas, en lugar de ofrecer una solución tan poco eficiente como la FIV? Que como técnica, deja bastante que desear con una tasa de efectividad de tan sólo un 9%...
Robert G. Edwards, “inventor” de la fecundación “in vitro”, ha sido galardonado con el Premio Nobel en ciencias. Es un premio científico con grandes repercusiones éticas. ¿Es moralmente bueno manipular la paternidad y la maternidad? ¿Es ético todo lo que la ciencia es capaz de conseguir?
CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE
PREÁMBULO
Muchos matrimonios sufren por el drama de la esterilidad. Desean desde lo más profundo de sus corazones la llegada del hijo, pero el maravilloso don de una nueva vida no aparece en el horizonte del hogar.