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Blasfemias

Peor que la blasfemia

Para una persona educada en los valores democráticos del respeto a la opinión de los demás , la blasfemia es algo inadmisible. Quien carece de respeto a los sentimientos ajenos es un demócrata de pacotilla. El injuriar el nombre de Dios, de la Virgen o de los Santos descalifica a quien se precie de demócrata y nada digamos, de cristiano.

 

Ante la blasfemia

El mal avanza en el mundo por cobardía de los buenos. Si se deja sin contestación a los que faltan al respeto a Dios y a los demás, pronto nos veremos inmersos todos, hasta las cejas, en el chapapote de la inmundicia moral, que nos anegará.

Blasfemias en los medios

Algún responsable de medios de comunicación debe pensar que el derecho a la libertad de expresión le da carta blanca para decir cuanto le venga en gana, sin consideración alguna al derecho que tiene el ciudadano a que se le respete sus propias e íntimas convicciones religiosas. Todo libertad acaba donde empiezan los derechos de los demás.

Elevo mi enérgica protesta por las blasfemias públicas que se oyen en ciertas producciones de cine y televisión españolas, que hieren la sensibilidad de millares de creyentes.

Blasfemia públicas

¿Conoce alguien, sobre todo de los que más han viajado por el extranjero, algún país del ancho mundo, donde esté permitido el blasfemar en público?. Entiendo por blasfemias no el lenguaje soez, grosero, tabernario, sino "el decir palabras injuriosas contra Dios, la Virgen o los santos".