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Blasfemias en los medios

Algún responsable de medios de comunicación debe pensar que el derecho a la libertad de expresión le da carta blanca para decir cuanto le venga en gana, sin consideración alguna al derecho que tiene el ciudadano a que se le respete sus propias e íntimas convicciones religiosas. Todo libertad acaba donde empiezan los derechos de los demás.

Elevo mi enérgica protesta por las blasfemias públicas que se oyen en ciertas producciones de cine y televisión españolas, que hieren la sensibilidad de millares de creyentes.

En ningún país del mundo se oyen tantas blasfemias- insultos directos a Dios, a la Virgen o cosas sagradas - como en España. Esto, además de ser una muestra clara de irreligiosidad, es una palpable muestra de incultura, cutrez y desprecio a los sentimientos de la generalidad de los espectadores.

No les extrañe luego a semejantes regidores, que el público español deserte de ver sus engendros, donde son pisoteados sus más íntimos sentimientos o se hace burla de los mismos..