El arte de enseñar los límites a los hijos
En 2003, en Suecia, una chica de nueve años e hija única, levantó una denuncia legal contra su padre después de una negativa de comprarle una muñeca. La niña puso en práctica lo que había aprendido en la escuela.
Cogió el teléfono y denunció a su padre con la acusación de haber abusado sexualmente de ella. La sentencia del jurado fue a favor de la hija y el padre fue condenado a siete años de prisión. Pocos días después del veredicto la niña sintió remordimiento y recapacitó sobre la gravedad de lo que había hecho.