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calumnia

Calumnia e ingratitud

 Cuentan que estaba un conejo acurrucado en su madriguera protegiéndose del frío invernal cuando apareció un sapo pidiéndole albergue. El conejo le explicó que el espacio era muy pequeño y, por lo tanto, no reunía las condiciones para poder estar los dos con un mínimo de comodidad, pero ante la insistencia del sapo, el conejo le dio hospedaje. Después de un buen rato, el sapo comenzó a inflarse, pues en aquella oquedad la temperatura era mucho más benigna que en el exterior.

Iglesia calumniada

Da la impresión al leer cartas de algún defensor de los homosexuales, como la de Arturo Cáceres, o que no se enteran de nada o que obran de mala fe para desprestigiar o calumniar a la Iglesia católica. No es conforme a la realidad y sí una vil calumnia, escribir que “el señor Rouco y la Iglesia católica pregonan el odio contra los homosexuales o sus familias en sus locuciones públicas”.Le reto a este señor a que demuestre tamaña afirmación o se retracte.