Padre Alejandro Cortés González-Báez
Como cada año, en esta temporada navideña, hemos estado recibiendo los famosos catálogos de las grandes tiendas, gracias a los cuales podemos descubrir las 27 cosas que necesitábamos. ¡Qué curioso!
Dado que para vivir es indispensable el dinero, deberemos aprender a usar este recurso bajo esquemas inteligentes, pues como sucede en otros campos de nuestra vida, tendemos a hacerle demasiado caso a lo que nos exigen los antojos, gustos y sentimientos por lo que se explica que luego no tengamos para comprar lo realmente necesario.
Hace tiempo, después de publicar un artículo donde hacía referencia a un caso de infidelidad matrimonial, una lectora me remitió un comentario donde hace ver su extrañeza ante la capacidad de errar que tiene el ser humano, es decir, de echar a perder su vida al dejarse arrastrar por las pasiones, y en especial por la lujuria. Su texto lo condimenta con una frase, por demás, atinada: “hormona mata neurona”.
Hace tiempo, pude observar a un señor español cuando arreglaba una cerradura desgastada por el uso. Después de estudiarla detenidamente, volteó la cara para verme, y con tranquilidad me dijo: “Esto no está muy católico, no.” Dadas las circunstancias, deduje que para ellos “estar católico” significa estar bien hecho. La verdad me gustó la expresión, pues refleja con fuerza el aprecio que esa gente suele tener por la fe, la moral y la liturgia de la Iglesia Católica. Y con tristeza he de reconocer que “muchos católicos no estamos muy católicos, no”.
Si usted tiene la intención de entrar a la página Web de la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma se le pedirá que anote su edad, pues es una página restringida a mayores de 18 años y puedo suponer que es así, pues la cerveza es una bebida alcohólica y todos sabemos el peligro de que los niños y adolescentes comiencen a tomar alcohol. Pero también puedo suponer tal limitación porque, en la citada página de Internet, se exponen fotografías de mujeres en ropa y posturas provocativas.
Después de leer mi artículo de la semana pasada, un gentil lector me hizo llegar unos comentarios que me parecen muy enriquecedores, por ello he querido incluirlos en mis renglones de hoy.
Moralidad en las Islas Marías
Ahora sí, que traigan leña verde para quemarme vivo. ¡Habrase visto tal insolencia!, sólo a mí se me puede ocurrir una herejía de semejante tamaño, y cuando estamos en pleno 2005 y con tanta efervescencia para las próximas elecciones. Esto no tiene perdón de Dios, ni de los hombres, ni de los animales, ni de los vegetales, ni de los minerales, ni de los tales por cuales...
No entiendo por qué, pero a lo largo de mi ya no corta vida, siempre he tenido amigos locos, desquiciados, orates, chiflados, maniáticos, trastornados, idos, dementes, desequilibrados, insanos, tocados y/o excéntricos, y la verdad es que desconozco por qué me he encontrado con tanta gente así, pues aquí no se cumple el dicho aquel: “Dios los hace y ellos se juntan” ya que entre los habitantes de este planeta yo soy uno de los más normales.