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gracias

Gracias por ser sacerdote!

Gracias por ser sacerdote!

No resulta fácil ser sacerdote. Por las críticas de algunos familiares, que no comprenden por qué un joven deja la carrera o el trabajo para ir al seminario. Por la sonrisa compasiva de amigos, que ven cómo queda “arruinado” un futuro que parecía prometedor. Por la mirada de gente anónima, que espera el día en que la Iglesia deje de existir sobre la tierra...

Gracias, Amor eterno!

Hay momentos en los que el corazón sufre por tristezas profundas, por penas que parecen no tener fin. Pensamos entonces que Dios no nos escucha, que nos abandona, que nos “prueba”, que permite enfermedades lentas y dolorosas o dramas profundos en la propia vida o en la de tantas personas a las que queremos de veras.

Si Dios quiere

Si Dios quiere

Recuerdo que en la primaria nos enseño un maestro la importancia de las jaculatorias, esas oraciones breves que nos ayudan a recordar y alabar la presencia de Dios.

Primero Dios; Dios mediante; Si Dios quiere y otras similares nos sirven al ser usadas constantemente para recordar que la vida no la tenemos comprada y que en este mundo solamente vamos de paso.

Pero en alguna ocasión me he topado con gente que responde a mi 'Dios mediante' con un 'Dios aquí no tiene nada que ver'.

¿Maternidad a la carta? No, gracias

En el pasado había hombres o mujeres que buscaban tener un hijo a cualquier precio. Si “hacía falta”, recurrían a graves injusticias: a la violencia sexual dentro del matrimonio, al adulterio, al divorcio para “probar” con otra pareja. Pero la ética y el derecho nos dicen, con firmeza, que nunca algo bueno (el nacimiento de un hijo) puede permitir el uso de medios injustos.

Gracias Polonia

La mayoría de los ciudadanos del mundo seríamos incapaces de recordar los nombres de más de media docena de polacos célebres, que a lo largo de los siglos han pasado a la Historia como eximias personalidades, dignas de recordarse para siempre.

Entre los polacos universales y que pocos humanos olvidarán, está el nombre de Karol

Wojtyla, el papa Juan Pablo II, que ha presidido la Iglesia católica a lo largo de 26 años.

¡Gracias por ser sacerdote!

No resulta fácil ser sacerdote. Por las críticas de algunos familiares, que no comprenden por qué un joven deja la carrera o el trabajo para ir al seminario. Por la sonrisa compasiva de amigos, que ven cómo queda “arruinado” un futuro que parecía prometedor. Por la mirada de gente anónima, que espera el día en que la Iglesia deje de existir sobre la tierra...

Gracias, Amor eterno!

Hay momentos en los que el corazón sufre por tristezas profundas, por penas que parecen no tener fin. Pensamos entonces que Dios no nos escucha, que nos abandona, que nos “prueba”, que permite enfermedades lentas y dolorosas o dramas profundos en la propia vida o en la de tantas personas a las que queremos de veras.