Gracias, de corazón, gracias
Cada día recibimos mil gestos de fidelidad y de amor de los que viven a nuestro lado. Nos llega el pan a la mesa gracias al trabajo de unos panaderos, al policía que regula honestamente el tráfico, al padre o a la madre que van de compras, al empresario que paga puntualmente y con justicia su salario, al campesino que sudó para ver crecer, poco a poco, unas espigas. Corre el agua por el grifo gracias a un plan local o regional para abastecer pueblos y ciudades con ese precioso don que baja del cielo y las montañas.