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Padre Fernando Pascual L.C.

Misterios de lo profundo

Misterios de lo profundo

Desde la playa sólo se ve la superficie del mar. Con sus olas y sus espumas, con sus rumores o su bonanza.

En lo profundo, un mundo inmenso, rico, lleno de vida. Peces y corales, cangrejos y medusas, pulpos y moluscos, nacen, viven y mueren en medio de rumores extraños y de luces que bailan con las olas.

Mimados por Dios

El cielo estrellado en una noche limpia de viento seco. El mar enérgico con sus momentos de bonanza cautelosa. El caminar danzante de un petirrojo que busca comida en una fresca mañana de invierno. El abrirse tímido de una flor sobria y alegre.

“Mi amor es mi peso”

“Mi amor es mi peso”

¿Por qué el fuego va hacia arriba y la tierra hacia abajo? Para los antiguos la respuesta era sencilla: porque el fuego tenía una fuerza interior que lo llevaba a subir, mientras que la tierra tendía naturalmente hacia abajo. En otras palabras, porque el fuego “amaba” lo alto y la tierra prefería lo bajo.

Los hombres y las mujeres del planeta, ¿vamos hacia arriba o hacia abajo? Todo depende, decía san Agustín, del amor. En su obra más famosa, las Confesiones, acuñó una frase que se ha hecho famosa: “Mi amor es mi peso”.

Más allá de la tentación

Lo propio de la tentación consiste en “tentar”, atraer, sugestionar, absorber, arrastrar. Especialmente cuando la tentación consigue presentarse como algo “bueno”, como una solución para los problemas personales, o como la conquista de caminos fáciles para la felicidad.

Pero la tentación pierde casi toda su fuerza seductora cuando dentro del alma hay una certeza profunda: Dios se interesa por mí, Dios me busca, Dios me acompaña, Dios me salva, Dios me ama.

Mandamientos: ¿prohibiciones o caminos para crecer en el amor?

Existe un peligro a la hora de pensar en los mandamientos de la Ley de Dios y en los mandamientos de la Iglesia: verlos como una obligación, como una carga, como una ley más o menos pesada.

Cuando pensamos así es fácil que se suscite en uno la pregunta: ¿hasta dónde puedo llegar sin “faltar” a la norma? ¿Hasta qué punto me estaría permitido un acto que llega al límite de la transgresión, pero que todavía estaría dentro de la regla?

La espera

En una esquina, junto al bar, a la entrada de un cine, o entre los andenes de la estación: en muchos lugares podemos encontrar hombres y mujeres que esperan.

Esperan. ¿Qué esperan? Cada uno espera a alguien. Al novio, una chica enamorada. A la novia, un chico que necesita algo de esperanza. Al hijo, el padre que lo vio partir un día hacia una guerra inesperada. Al padre, ese hijo que lo quiere otra vez en casa, después de años sin poderse abrazar.

La evolución con final feliz

La teoría de la evolución, según algunos, nos dice que plantas y animales, jilgueros y tomates, Panchos y Lupitas, todos somos parte de un proceso con un inicio muy lejano y un final incierto. Para un grupo abundante de evolucionistas, no hay ninguna causa (un Dios que ponga orden o cree las distintas formas de vida) ni ningún fin (ningún programa o meta del camino que se recorre). Las casualidades se entrecruzan de modo imprevisible. Hoy se mezclan varios átomos y dan lugar a una molécula. Mañana varias moléculas se juntan y dan lugar a cadenas más complicadas.

La flor y el sueño

Nace una flor entre montañas, ríos y granjeros. El viento acaricia unos pétalos que brillan a la luz del sol. Luego, marchitos, vuelan, se pierden a lo lejos, mientras el fruto crece y prepara la semilla de una nueva vida.

Las nubes llegan, la lluvia pasa. El sol vuelve a brillar: seca la tierra, agosta flores pasajeras. En un hospital muere, entre las lágrimas de los suyos, un anciano. Mientras, en el cielo, un libro abierto llama a los que amaron sin medida, acoge a los que viven para siempre.